Los desleales optaron por la vía pragmática de crear conciencia repartiendo bonos y, de esta manera, reforzaron el clientelismo más perverso. Ahora tienen una masa que responde por reflejo condicionado a los bonos y a las cajas. Hasta aquí todo les salió bien. Pero, siempre hay un pero: la derecha gringa entró en la subasta, propone bonos más sustanciosos para comprar cariño. Los dirigentes obreros sólo atinan a pujas economicistas, no entran en la disputa política. En resumen, el economicismo, el clientelismo cercó a la sociedad.
Por allí anda el agente gringo, guaidó, repartiendo los bonos, y prometen que en el gobierno de emergencia todos tendrán los 100 dólares, en eso tasan la dignidad del venezolano, sobrepasan así la oferta del gobierno. El madurismo, desleal, creó la soga con la que será ahorcado. La tarea de los revolucionarios es rescatar la autoestima del venezolano, su moral, su ética, oponerse a la prostitución de la Patria. ¡Despertar!
Con Chávez tocamos con la punta de los dedos el futuro posible de la humanidad; nos hicimos verdadera sociedad, fraterna, amorosa, capaz de emprender tareas antes impensadas, capaz de sacrificios materiales en pro de conquistas espirituales, guiada por el espíritu de la independencia cuando la Patria importó más que cualquier otra cosa, siguiendo el ejemplo de Bolívar que cambió todo por la gloria de ser Libertador. Con Chávez fuimos un pueblo de Libertadores, el mundo así nos reconoció, ofrecimos al planeta la vía para revertir el camino a la extinción: la fraternidad, la conciencia del deber social.
Este pueblo, como ningún otro en el planeta, vislumbró el futuro posible que creíamos enterrado, quimérico. Este pueblo le dijo al mundo que el nuevo mundo diferente del capitalismo es posible, que el hombre no es una pasión inútil, que hay esperanzas. Con Chávez superamos la conciencia capitalista, y conocimos la conciencia humanista, el hombre por sobre el dinero, la fraternidad por sobre el egoísmo. Esa es nuestra fortaleza, la cátedra de humanismo, de amor que fue Chávez. Ahora se trata de ganar la batalla al gobierno desleal y a la oposición gringa que quieren regresarnos a la esclavitud del capital, a una vida miserable, mendicante.
Es hora de la unión de los leales al espíritu de los Próceres de la Independencia, de los mejores hijos de la Patria que fundó Bolívar, hay que volver al espíritu de Fabricio, de Argimiro, de Américo Silva, hay que volver a Chávez. Demostrar al gobierno y a la oposición gringa que este pueblo no cambia su Patria por un bono, que aquí hay amor para defenderla.
Es la hora de la dirigencia chavista auténtica, es su deber salir al frente del gran movimiento de rescate de la dignidad nacional; tener el coraje de llamar a la sociedad a metas elevadas, romper con la creencia de que la masa sólo responde a la zanahoria, al estímulo material; fracturar el círculo del clientelismo, ofrecer, como dijo Fidel: crear riqueza con la conciencia, y no intentar crear conciencia con la riqueza.
¡Viva Chávez!
