¿La Democracia en Emergencia?

Por lo general las elecciones son sinónimo de democracia y libertad, sin embargo, recientemente este precepto de la modernidad, ha sido puesto en dudas, pues a cada proceso electoral que NO favorezca a los candidatos plegados al mandato de los EEUU y la UE, se le desconoce su legitimidad, aludiendo vicio en el sistema electoral e inculpando a sus autoridades electorales de delitos que nunca o casi nunca son probados ante ninguna instancia judicial.

Por supuesto, el desconocimiento a las elecciones se convierte en un motivador de caos con el que se rompe el hilo democrático y se imponen gobiernos de facto, sin legitimidad de origen, ni apoyo popular.

Es el caso de lo sucedido en el Estado Plurinacional de Bolivia, donde el Presidente Evo Morales, a pesar de haber ganado en primera vuelta con más de 50% de los votos escrutados, fue derrocado por una casta fascista y racista, que bajo auspicio y el apoyo de los EEUU ha hecho trizas la institucionalidad democrática construida por ese pueblo.

Así Bolivia ha pasado de ser ejemplo de economía en crecimiento y bienestar para todas las naciones que en ella viven, a un país desbastado y sin legitimidad de sus estructuras políticas, económicas y sociales.

La misma historia se ha querido imponer recientemente, en Bielorrusia, donde el Presidente Alexander Lukashenko, alcanzo el 86% de los votos favorable y hoy enfrenta los embates de una minoría derrotada y empeñada en desconocerle como ganador.

Es de hacer notar que tanto en Bolivia como en Bielorrusia la estrategia imperial es la misma, que se ha intentado aplicar en Venezuela, Cuba, Siria y Nicaragua.

En ese sentido, el imperio capta, corrompen y forman, agentes apátridas capaces de desconocer sus orígenes y subordinarse a su mandato hegemónico. Sin importar su nivel de liderazgo, formación u condición moral, imponen politiqueros sin alma, ni arraigo nacional, los cuales le sirven para saquear y controlar los recursos y las riquezas de las naciones victimas de sus ataques.

Es evidente, que el imperio no da puntada sin hilo, ni dedal y pese que su modelo económico, político y social ha fracasado rotundamente ante la pandemia; no por ello, deja de asediar a toda nación que le contradiga sus afanes por mantener un estado bélico tensional en el mundo, el cual le sirve para saquear e intervenir en los pueblos que sus intereses geopolíticos le indiquen.

En ese orden de ideas, si bien la pandemia del COVID19 ha traído desgracias, muertes y desesperación para todos los pueblos, independientemente del sistema de gobierno u estatus quo que en cada nación rija; paradójicamente, con su infesta presencia, se ha desgarrado el velo de las ignominias gubernamentales del viejo capitalismo "civilizado y moderno" a decir de su engañosa propaganda; y "respetuosos" de las instituciones "democráticas" y la "libertad".

En ese sentido, lo que comenzó siendo en los EEUU y la EU una "Emergencia en Democracia" por los embates del COVID-19 en sus pobladores; resulto en una "Democracia en Emergencia"; herida de muerte pero comprometida con la ejecución de un plan macabro con el cual imponer su hegemonía colonizadora.

Del COVID-19 nadie está a salvo, todas las naciones han sufrido sus letalidad, y quienes negaron o quisieron obviar sus tangibles consecuencias, so pretexto que eran más graves las pérdidas económicas que las vidas humanas cobradas por el virus; no les ha quedado otro camino, que exhibir su incapacidad para gobernar y el fracaso de sus fallidos modelos socio económicos.

En ese sentido, la pandemia ha sacado lo mejor y lo peor de la condición humana, pero más allá de todas las miserias del capitalismo: único responsable de los desequilibrios ecológicos sobre el planeta; está la voluntad de los progresistas; el empeño de las naciones enamoradas de la vida y la férrea voluntad de quienes desde la diversidad han asumido su existencia consagrados por la construcción de un mundo mejor, solo regido por el respeto a su conformación multiétnica y pluricultural, en el entendido que solo la unidad nos hace libres.

Afortunadamente, a pesar de los desmanes del imperio en este siglo XXI, las líneas geopolíticas y el sistema mundo de Naciones Unidas, ha ido cambiando las relaciones de poder y frente a la hegemonía occidental de EEUU y EU, surge como nuevo bloque histórico alianzas geoestratégicas que señalan que la interculturalidad permite el desarrollo de nuevas oportunidades para la paz y la vida.

En correspondencia al párrafo anterior, Irán, China, Rusia, India, Vietnam, Turquía, entre otras naciones, van desarrollando una senda de oportunidades económicas y de crecimiento sin menoscabos de sus particularidades individuales, a la cual se suma gran parte de las naciones "no alineadas" al hegemónico imperial.

De allí el desespero de los Imperios y la negación de sus propio sistema democrático, el cual solo es sostenido como mascarada en los relatos mediáticos que de ordinario decoran el discurso de la derecha mundial; Por ello, la pandemia ha demostrado que el reto histórico en este siglo XXI es la construcción de un mundo distinto al que vivimos.

En consecuencia, ninguna nación que se precie de ser "Inteligente y Civilizada desde su particularidades Socio Culturales": Va en contra de la unidad de toda la humanidad; Ni arriesga el bienestar colectivo; Ni niega el derecho al auto determinación y el reconocimiento de que somos distinto, y tal vez, culturalmente distante, pero vivimos en el mismo planeta.

La vida es divergencias; de allí su carácter dialectico; en ella, la autocrítica es la norma, pero por encima de cualquier circunstancia, debe persistir la irreverencia en el debate y la disciplina en las acciones.

El mundo de hoy es extraordinariamente más pequeño que el que vivieron nuestros padres, las tecnologías de la información permite recorrer en segundos distancias inimaginables para cualquier ser humano, es por ello que los pueblos libres cada día somos más.

Otro mundo es posible. La Multipolaridad es el camino. El respeto a la Autodeterminación es la norma y la Complementariedad Solidaria entre las Naciones, la Praxis por y para la vida en sana Democracia y Libertad.



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Ángel Rafael Tortolero Leal

Profesor Investigador Titular en la UNERG, Diplomatico Ex Embajador, Analista Internacional, Miembro del Centro de Estudios Socialistas Jorge Rodríguez. Internacional Bolivariana y Miembro de la Línea de Investigación: Políticas Publicas y Pensamiento Contra Hegemónico. Militante del PSUV

 angeltortolero@gmail.com      @ANGELTORTOLERO1

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