“Informales vuelven mañana”, “Despliegue policial contra buhoneros”, “La pugna por el bulevar”, “Tensa calma y expectativa en el bulevar” y “Buhoneros amotinados” son los titulares de prensa del día martes 16 de enero 2007, todos en la primera plana de varios diarios de circulación nacional. No es necesario ser adivino para ver el final de este pugilato. Ya lo hemos visto otras veces ¿Cómo es que las autoridades municipales deciden devolverles espacios urbanos a los caraqueños, a costa de negarles el derecho al trabajo a los buhoneros? ¿Desalojo sin reubicación?
Los argumentos de lado y lado son los mismos siempre, desde hace años, pues son los mismos buhoneros. Y las mismas autoridades municipales desde hace seis largos años. Los buhoneros: la solución es la reubicación. Tenemos derecho al trabajo. Las autoridades: deben respetar los espacios, no conectarse ilegalmente con electricidad, reducir el tamaño de los tarantines, no tapar entradas del Metro. Pronto serán reubicados.
Veamos. Ciertamente la alcaldía del municipio Libertador ha sido más que negligente en la reubicación de los buhoneros. Y ha sido muy eficiente en permitirles, casi sin oposición, trabajar donde les dé la gana. No es cierto que los buhoneros sean un problema sólo del “Estado”, que para Bernal es sinónimo de Gobierno central. Lo que si es cierto es que Bernal, cada vez que intenta “resolver” el problema lo hace un método que lo “salva”. Haciendo crisis. Esperando que el “Estado”, que para él es el Gobierno central, es decir Chávez, le diga: cero represión, los buhoneros se quedan donde están. Así es muy fácil justificar la ineficiencia de los otros once meses del año. ¿Vieron que sí es un problema de Estado?, espetará el burgomaestre.
Desespera que, otra vez, se intente “resolver” el problema de los buhoneros sin tener una solución. Lo que digo parece una estupidez, pero es lo que se ha repetido año tras año: llega diciembre con la consabida promesa de que “en enero no habrá buhoneros”. Pero no hay un metro cuadrado construido para reubicarlos. Y llega otro enero y yo escribiendo para solidarizarme con las victimas de la ineficiencia municipal. ¿No es desquiciante?
*Periodista
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