Solos en medio del basto y expansivo universo

¿Hay vida inteligente ahí fuera? Ondas de radio. La Paradoja de Fermi de principios del siglo XX. ¿Qué se ha buscado? ¿Cuáles son las probabilidades? ¿Hay capturas? El gran filtro y el inmenso desperdicio si así fuera.

Cuanto sabemos de nuestro propio planeta, y del Universo, existe la posibilidad de vidas distintas a las humanas, si lo pensamos bien y somos de verdad consientes de tales posibilidades, solo basta que comparemos entre nosotros, con nuestra constitución y el resto de organismos vivos, y de otros muchos que no estándolo, se activan al contacto con la vida, cono los virus, por ejemplo. De teorías está lleno el pensamiento del conocimiento de los seres humanos, algunas plausibles, otras que parecen más descabelladas; buscamos certezas, necesitamos de explicaciones, hay mucho sobre las cosas que desconocemos, a pesar de los gigantescos avances científicos. Cuando se habla de extraterrestre, nos imaginamos marcianitos verdes, o lagartos de tres metros, lo cual no es imposible, hemos tenido dinosaurios en otras eras hace millones de años. Pero nos parece como algo extraño de debatirlo con mente abierta, hay cosas que no se ven, pero están ahí, pero se ha pensado que solo lo fisicalista es, lo demás no es, lo invisibilizamos, lo negamos, lo ocultamos. Somos humanos y erramos, puesto que somos creyentes, pero también dotados de conciencia, por lo que podemos ir más allá, hacia afuera o hacia adentro, desde nuestra mente, o desde el espíritu, ese soplo que enciende la vida en el ser. Toda creencia se basa en la existencia de otros seres, solo que en otras dimensiones no necesariamente materiales; sino qué es Dios, qué papel juegan los dioses en la cultura humana; y hay o no cohortes celestiales, como estrellas existen en el universo. No era por cierto lo que daba la pauta en el planteamiento durante los siglos de la teología y la escolástica.

Cuántos proyectos pudiéramos contabilizar que atañen a si hay vida inteligente o no fuera de este planeta Tierra. Es harto conocido que pese a la insistencia de negarlo todo, pues del control de la información se logra mantener el poder sobre el mundo, dividido entre creyentes y no creyentes ya no en el teísmo, sino en la ciencia, la tecnología, el conocimiento y el saber sobre lo que es real, lo que es realidad, lo fantástico y lo científico. El contacto con otras entidades, sus tecnologías que superan las que poseemos los humanos, se supone que hay universos que nos llevan años luces de haberse manifestado, apenas si tenemos 5.000.000.000 de años de existencia como sistema solar. Es inútil y falta de coherencia si negamos que en teoría hace 13.7000.000.000 de años, distantes del Big Bang, o si prefieren la creación de todo lo que hay, es decir la realidad. Es posible, que se haya invertido tanto para que seamos los únicos y solitarios privilegiados en el inconmensurable espacio, para apenas los 7.7030.000. millones de habitantes de un solo mundo, donde además medran otros millones de millones de millones de seres vivos; que por cierto no son exclusivos de la Tierra, porque antes, ni vía Láctea había. Estos son aspectos de un tema mucho y por más complejo, que se refiere a lo que fue la física clásica, y lo que es la mecánica cuántica, y las inmensas posibilidades en gestación.

Sería de ingenuos, de lerdos, de ignorantes, en su más antigua etimología, casa, de la que nosotros al parecer nos hemos olvidado, creyendo que ésta es nuestra casa, cuando en realidad somos sin lugar a dudas, de origen extraterrestre. Hay galaxias que abarcan entre 100.000 y 400.000 millones de estrellas y planetas orbitándolos, que astrónomos, astrofísicos, cosmólogos, científicos en general, sostienen con los millones de planetas que las orbitan, como en el caso de la Vía Láctea. Entonces, todavía hay quien pueda creer que no hay más vida más allá, es un problema técnico, ya que no tenemos al momento la tecnología necesaria para poder interpretar las señales que nos llegan de afuera, transmitidas, pongámoslo más fácil, cuándo y cuánto costó poder alcanzar a descifrar la escritura cuneiforme, o los jeroglíficos. Cuanto más no es lo que desconocemos.

Pero qué no nos dice la NASA, el SETI, y demás organismos que intervienen el espacio exterior desde hace siglos, apoyados en la documentación y los vestigios existentes, solo basta mirar en una noche estrellada para tener apenas una aproximación a tales dimensiones de la bastedad en la que apenas si nos hemos adentrado hace solo unos miles de años. Recuerden las astronómicas cifras supra. Acaso no hay una creación, no la de las religiones, sino la que creamos nosotros mismos para acceder a los secretos de los fenómenos ocultos y develar su identidad a través de las herramientas necesarias telescopios, satélites, señales enviadas y recibidas; los métodos de recolección y clasificación, que como potentes flashes de luz láser alcanzan el espacio del cual se establece contacto lumínico como respuestas inteligentes. A quien le cabe la idea de que lo que se conoce pueda llegar a viralizarse de modo que se pierda el control de la información que se maneja, y está bien resguardado bajo toneladas de teorías conspiranoica. De hecho, de saberlo se expondrían a un grave riesgo de seguridad, pues dejarían de tener el control y por tanto perdería además las inmensas erogaciones presupuestarias para sus propios intereses. Aunque su función sea la de proteger y asegurar el mundo, eso no les da derecho a abrogarse unilateralmente la potestas, que pasan incluso sobre las constituciones y las organizaciones civiles.

Los intereses son tales que nos mantienen en un oscurantismo similar al practicado durante la Edad Media europea, cuando la Iglesia mantenía bajo las exageradas doctrinas y los dogmas, que por cierto son reos de holocaustos, y asesinatos de millones de seres humanos, bajo la ignorancia y la insania mental de muchos tocados por dioses sanguinarios y psicópatas. Hay teorías para toda teoría, para ocultar la verdad, la realidad de los hechos. Será que Dios es un pichirre, o en su bondad lo hizo todo para que de aquí a millones de millones de millones de años, las futuras generaciones puedan seguir ocupando uno a uno los planetas que habrán de colonizar, puesto que están solos a partir de la Tierra. Un cuanto que es difícil contar y que pueda ser creído por una mente racional. Todo depende del nivel tecnológico, a decir de los físicos, los filósofos tienen sus puntos de vista diferentes, y así podríamos continuar con los místicos, y sus estudiosos sobre la única y verdadera máquina perfecta en este planeta. Cuántos filtros hemos tenido que traspasar para alcanzar a ver lo necesario, para comunicarnos con el espacio extraterrestre



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Franco Orlando


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