El libreto de toda la dirigencia opositora es muy similar. Es una obra de teatro bien montada. En modo tragicomedia. Uno no sabe si reír o llorar ante sus deschavetadas ocurrencias donde los más cruentos criminales logran torcer la realidad (y escapar de la justicia) hasta quedar coinvertidos en querubines celestiales o en monjitas de la congregación de las Hermanas de la Misericordia.
Todos parten del mismo modus operandi. Victimizarse es lo que más da cartel entre esta banda de criminales. Declararse perseguidos políticos es lo de moda, para así autoexiliarse y luego gozar por el mundo de lo robado de las supuestas ayudas humanitarias o del saqueo a las empresas del Estado venezolano como CITGO o Monómeros. Los más destacados autoexiliados son Leopoldo López, Julio Borges y Carlos Vecchio. Cuyos estilos de vida jamás pasarían una minuciosa auditoria de la Contraloría General de la República por el evidente enriquecimiento ilícito y la legitimación de capitales. Son unos descarados. Desenfadados ladrones que no ocultan sus lujosas vidas como sibaritas, todo proveniente de sus fatigosos pero lucrativos empleos como representantes de la extrema derecha neofascista venezolana.
La puesta en escena siempre es la misma. Armar alharaca, salir chillando y rezongando, para luego aparecer sudorosos y sonrientes en alguna playa de Miami, en Bogotá o en Madrid. El colmo de los "sufridos" exiliados madrileños es que no pueden ocultar sus onerosos gustos por los buenos vinos y las tapas, apareciendo de cuando en cuando en lujosas tabernas olvidando como si nada todo el sufrimiento que han causado a través del bloqueo financiero y comercial en contra del país. Total, a ellos nada les afecta. La derecha fascista venezolana goza de un manto de protección por parte de sus pares de Estados Unidos, Europa y lo que queda del Cartel de Lima.
A la cabeza del cinismo, el melodrama y la mala actuación se encuentra un nefasto personaje proveniente del estado Bolívar llamado Américo De Grazia. Partícipe del fracasado intento de golpe de Estado del 30 de abril del año 2019, se escondió cobardemente en la embajada de Italia para escapar de la justicia. Mismo proceder de absolutamente toda la derecha venezolana de nunca asumir sus responsabilidades. De allí salió bien protegido rumbo a Italia. Destaca su descaro al declarar que sus viajes como representante actoral del sufrido exilio político venezolano por países como "Francia, España, Colombia y Estados Unidos", las pagan desinteresadas "asociaciones civiles" que financian sus espeluznantes montajes de teatro explicando cómo huir de la justicia luego de dirigir un golpe de Estado en contra de un gobierno constitucional y democráticamente electo.
En fin, el personaje representado por De Grazia retornó a Venezuela con la única intención de aspirar a la gobernación del estado Bolívar, por lo que señaló que "quedarán nuevos actores, gobernadores, alcaldes, concejales. Y podemos construir un nuevo centro de dirección política distinta a la anterior". Para justificar su soberana decisión suelta en la yugular de Guaidó que "Tenemos que brindarle una alternativa a la gente y ya no podemos seguir apostando a los mantras. Los mantras tienen un efecto tóxico, no tienen protocolo de uso". Se acabó pues su apoyo al espejismo del "cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres". Dejan solo al Titanic que naufraga, hundiendo al nauta Guaidó junto a toda la fracasada dirigencia de los partidos de extrema derecha Voluntad Popular y Primero Justicia.
Pero no todo es un jardín de flores para De Grazia. Para alcanzar sus objetivos debe superar primero el virulento rechazo que generó su propuesta en las filas de la extrema derecha. Su propio partido, la Causa R, ya le había espetado en abril su rechazo, al señalar que su candidatura era una "decisión personal que no se compadece con las posiciones discutidas y aprobadas por esta organización".
Pero al delirante comediante De Grazia la falta de respaldo de su propio partido no le importa en lo más mínimo pues ya cuenta con otra plataforma política (Unidad Regional Guayana Libre) para lanzarse solito al ruedo por la gobernación. Por eso escribe, cual sufrido profeta, un mensaje dirigido a sus iracundos críticos: "Regreso para UNIR no dividir; para incluir, no excluir. No vine a perdonar, sino ser perdonado. No vine a bendecir, sino ser bendecido. No vine a ser héroe, sino ÚTIL. Este es parte del objetivo". Las vueltas que da la vida, pasar de energúmeno golpista a cándido demócrata.