Son muchas las caras risueñas tras la opinión de la Cámara de Comercio de EU, de revisar el esquema de sanciones contra Venezuela.
De igual manera, son los muchos los rostros compungidos de quienes en lugar de revisión piden más y más bloqueo y sanciones no contra Venezuela sino contra el pueblo como admite la Cámara de Comercio de los EEUU: "Efectos contraproducentes sobre los venezolanos y la Seguridad Nacional de EU".
De cualquier manera, y dada la circunstancia político-electoral, no faltaran quienes en su afán protagónico comiencen a arrogarse el hecho de la declaración de la Cámara de Comercio, obviando que la misma viene dada fundamentalmente por las presiones de empresas estadounidense como la industria agrícola, automotriz y de servicios financieros cuyas sanciones cuan búmeran se regresaron contra ellas Amén (ASI SEA), como admitir que fueron las sanciones las que obligaron a sentarse en la mesa de dialogo.
Si bien es cierto que la opinión de la Cámara de Comercio no es determinante para la corrección de la política del gobierno de EU hacia Venezuela, también es cierto que es un avance a lo requerido en los acuerdos firmados en Méjico, mas no como un triunfo sobre las sanciones incluido el bloqueo.
Un signo importante de considerar, es el hecho de que la opinión de La Cámara se haga justo cuando Venezuela y la Corporación Nacional de Petróleo de China están a punto de firmar acuerdos para la explotación del crudo venezolano. Una señal inequívoca de que a mediado plazo el gobierno de EU se verá obligado a revisar su política hacia Venezuela a despecho de Duque y el G4.