Asistimos a unas megaelecciones muy su generes, en medio de un cuadro político muy particular, con una oposición fracturada donde cada una va por senderos diferentes; sin desdeñar los que se lanzan por el precipicio de la abstención; mientras que el PSUV suena con mayores posibilidades en la mayoría de las gobernaciones, a pesar que en algunos estados lleva a unos fardos que le van a restar votos.
El Parlamento Europeo que era algo así como un apéndice de los gringos, ha dicho que enviará a una Misión de Observación Electoral (MOE) a nuestro país para las elecciones del 21N; encabezada por la diputada Isabel Santos. Decisión que ha sido materializada a través de una comunicado difundido en Bruselas, en el cual se esboza; "que es un proceso electoral sin precedentes, con la participación mayoritaria de las fuerzas políticas, que luego de una inasistencia de varios años, asisten a un proceso donde se elegirán a 3000 representantes regionales y municipales". Donde afirman, que nosotros consideramos que es un sesgo; al señalar que este magno evento electoral es "un aporte importante para apoyar una solución pacifica, concebida por los venezolanos para la crisis y, en consecuencia un camino hacia unas elecciones creíbles inclusivas y transparentes"El hecho que la Unión Europea envíe, luego de 15 años de ausencia, a una delegación a las elecciones está reconociendo el proceso electoral como mecanismo para llegar al poder, a Nicolás Maduro como presidente constitucional y a los nuevos directivos del CNE. Esta decisión no llega graciosamente, tienen su asidero en las conversaciones que se están librando en México, en la Mesa de Diálogos, que ha servido como un atenuante a las posturas que venía librando la UE y sale ahora marcando distancias hacia su incondicionalidad de EEUU, guardando ahora cercanías con gran parte de la oposición moderada. Mientras tanto la ultraderecha recalcitrante, insisten en la abstención y con esta postura se aíslan del pueblo más y más. De ahí que esta voltereta de la Unión Europea, ha levantado mucha roncha. Por ahí apareció la Sra. María Machado que siempre anda con el hacha de la guerra encima, para declarar: "un grave error de la UE". "Esto no ayuda a la lucha democrática del pueblo venezolano, sino a la permanencia del régimeeeen. Esto incumple los estándares técnicos y políticos de la UE y afecta la credibilidad". Otro que salió de su exilio dorado fue el rey de Salamanca, pero en esta ocasión lo hizo desde Miami, el fortín escogido por la crema innata de la ultraderecha golpista, que más arremete a través de mercenarios de la pluma contra la revolución venezolana. Allí Leopoldo López soltó su bilis y su arrechera (como dijo el fulano aquel) contra las megaelecciones del 21N diciendo que no son legitimas y que es "un peligro que Europa se preste a legitimar a Maduro enviándole una Misión de Observadores".
Recordemos que las relaciones con la UE estuvieron marcadas por el distanciamiento, en el 2019 cuando el presidente "interino" Juan Guaido, se auto juramento en una plaza de Caracas, uno de los organismos internacionales, que salió reconociéndolo fue la UE; luego vendría la expulsión de Venezuela de la Sra. Isabel Brilhante representante de ese organismo, otro tanto hicieron allá con la venezolana Claudia Salerno. Otra portavoz fue la Sra. Nabila Massarali, que hizo unas declaraciones, señalando que los países miembros de la Unión Europea deben tener capacidad de repuesta militar". Esto en clara alusión a los reveses que ha recibido EEUU y la UE en Afganistán". Luego fue objetado, pero quedó en el ambiente la declaración. Aunado a esta decisión se une, que tenían 15 años que no enviaban representaciones a las elecciones. Esto a las primeras de cambio suena bien, al favorecer la institucionalidad nuestra; sin embargo puede ser considerada como un arma de doble fijo, retractándose antes de las elecciones o ser utilizada como un caballo de Troya, para cantar fraude .