En el marco de la estrategia para desacreditar al gobierno venezolano ante el mundo, la ultra derecha en nuestro país, se propuso como estrategia crear la desesperanza, provocar el odio entre nuestros nacionales y sobre todo fomentar la pérdida de interés por todo lo que significaba Venezuela. Crear un estado de angustia que llevará a los venezolanos a odiar su propio país y generar una estampida, para sacarle provecho político.
Grave error, porque eso los llevó también a propiciar el odio contra nuestros nacionales, en cualquier parte del mundo donde se trasladaran, odio, que hoy se ve reflejado en el cúmulo de agresiones, persecución y hasta asesinato de venezolanos en muchos países, donde hasta ahora, ese fenómeno de la xenofobia no se había presentado con las características que hoy observamos.
Esto que afirmamos en el título de esta reflexión no es una acusación caprichosa, sino, que la afirmación se corresponde y está documentada con la conducta expresa de líderes de esa ultra derecha que utilizando la mediática internacional y el dinero que se han procurado al robar bienes públicos del Estado venezolano, han fomentado y propiciado la xenofobia y racismo contra sus propios compatriotas.
Julio Borges, ancla de la ultra derecha, es uno de estos personajes que ha recorrido el mundo con este discurso contra los venezolanos, incluso, contra partidarios de sus propias ideas, que se han creído el cuento de encontrarse con un especie de Disneylandia, al abandonar a Venezuela, estimulado por su discurso.
Este líder ultra derechista que se auto exilo y tiene cuentas pendientes con la justicia venezolana, entre otras cosas, por haber atropellado con su auto un niño y luego huir, antes que presentarle asistencia (Videos documentan esta cobardía); es uno de los abanderados de la xenofobia y el racismo contra sus propios compatriotas, si se les puede catalogar de esta manera, a quien parece no tener ningún sentimiento por su propio país.
A la prensa internacional y así fue reseñado, dijo:
"La migración venezolana es una enfermedad contagiosa para los países de la región"
Y como si esto fuera poco, señaló, igualmente, que esta migración estaba ligada al crimen organizado, al militarismo, al para militarismo, al tráfico de drogas y el terrorismo.
Al mismo tiempo, hizo un llamado a países como Brasil, Chile, Colombia (Donde al parecer hoy él reside), República Dominicana, Países del Caribe y Panamá, para que realizaran acciones para preservarse de esta enfermedad contagiosa.
Con estas declaraciones lapidarias, de alguna manera avaladas, por todos los otros dirigentes de Primero Justicia y otros líderes de los tantos grupos opositores minoritarios que existen en Venezuela, porque no lo desmintieron, ni condenaron; comenzaron las penurias de los venezolanos que voluntariamente salían del país, en la búsqueda del paraíso que le prometían, los líderes de ultra derecha, sin saber que ellos mismos los estaban estigmatizando y colocando en las brazas de un fuego que hoy se contabiliza en muertos, desaparecidos y hostigados, sin distinguir sexo, edad ni condición social.
A pesar que las informaciones de prensa revelaban, el cuadro de hostigamiento contra los venezolanos, justamente en los países donde Julio Borges, llamó a tomar acciones contra "la enfermedad migratoria de los venezolanos", la gota que colmó el vaso fue las muerte de dos niños venezolanos, que habían sido retenidos por comerciantes colombianos, por simples sospechas, de que querían robar en un comercio. Los niños (un niño y un joven) fueron retenidos y los testigos dijeron que estaban vivos, pero al cabo de unos días aparecieron muertos con tiros en la cabeza y un cartel que decía "Por ladrones". Es decir que por una simple sospecha, según testigos presenciales, los niños fueron ajusticiados.
Esto señores, raya en el escándalo, y no sabemos ya cual es el escándalo mayor, en una sociedad como la colombiana, donde la muerte por sicariato y ajusticiamiento se enseñorea y ya es parte de la normalidad. Lo más grave es que altos funcionarios venezolanos han denunciado que aproximadamente 3.000 venezolanos han sido asesinados por esta ola xenofóbica que fomentó la ultra derecha y solicitará investigaciones a nivel internacional contra el Presidente de Colombia, que ampara paramilitares y propicia estos actos criminales en su territorio.
Pero nos preguntamos también, ¿Es que acaso la justicia venezolana no puede actuar, también, contra los responsables intelectuales de nacionalidad venezolana, que han fomentado y propiciado esta violencia? "No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad, que la forma en que trata a los niños". Nelson Mandela.