Jueves, 30 de diciembre de 2021. Se nos va otro año, pero llega uno nuevo.
Si partimos del principio de que cada año tiene una especie de marca o signo que lo caracteriza, podríamos decir, que este año que está a punto de concluir se ha manifestado como el de la despedida de queridos amigos que se han ido marchando hacia otra dimensión, sin aviso y sin protesto, como solía aparecer en las letras de cambio, que antiguamente se firmaban cuando se compraba a crédito.
Los tiempos que nos ha tocado vivir se empeñan en mantenernos hiperinformados en este alud de información que nos cubre diariamente y que forma en nuestras mentes una especie de adicción a la información inmediata y fresca, normalmente, sin mucho análisis, ni revisión profunda de la misma, sin molestarnos en verificar su origen, su destino, ni mucho menos, la dirección a la que pretende conducirnos.
Ovejas del mismo rebaño masificado, vamos felices o no, hacia donde nos llevan.
Mucho más y supuestamente, mejor información, pero mucho menos profundización en la misma que nos permita desarrollar criterios que podríamos llamar independientes y libres de perjuicio y grosera manipulación.
El tsunami informativo a que estamos sometidos todos los días difícilmente nos permite pensar con balance y equilibrio y quienes lo hacen y promueven su uso, son acusados, muchas veces sin piedad, de ir lentos en el manejo de este océano tormentoso y agitado.
No importa lo que digan los promotores de la masificación informativa, sacerdotes de un aquelarre desbordado y sin medida, que descaradamente promueven sin ninguna vergüenza que más es siempre mejor.
No importa.
Tómese su tiempo, beba una taza de café, de té, de manzanillla o de tilo o de algunos de los bebedizos que promueve el brujo de Boconó.
Piense, medite, analice, sopese la información que reciba, regúlela, analícela, digiérala y siga adelante en esta lucha diaria entre corrientes tormentosas y ríos agitados.
En la medida de lo posible no se deje manipular por los vendedores de lectura veloz y respuestas prefabricadas.
Y Feliz Año mi querida Venezuela.