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Hay quienes tienen el tupé de espetarle en la cara a los demás, el que ellos son revolucionarios. Bueno, pues, voy a referirme a esa condición de REVOLUCIONARIO, expresión sagrada y sublime, tan usada y algunas veces tan desgastada y degradada en los debates, en los discursos, en las diatribas partidistas. Ante todo, nadie se hace revolucionario por ser militante de un partido que lleve el cognomento de REVOLUCIONARIO, ni siquiera porque ostente altos cargos en ese partido o sea funcionario de alto rango en el gobierno que controla ese partido.
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¿Cuántos llegaron a militar en el MOVIMIENTO DE IZQUIERDA REVOLUCIONARIO, MIR, para después pasarse vilmente a los peores MADRIGUERAS DE LA ULTRA-DERECHA, como ocurrió, por el ejemplo, con los casos de Gumersindo Rodríguez o Américo Martín?
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Ejemplos tenemos al por mayor, de personajes fraudulentos, traidores y canallas, que a partir de la aparición del Comandante Chávez (VERDADERO REVOLUCIONARIO) en el escenario político nacional, se auto-catalogaron y fueron catalogados por muchos como "REVOLUCIONARIOS", entre otros mencionaremos los casos de (el listado es inmensamente grande): Luis Miquilena (y su banda de Luis Velásquez Alvaray, Alejandro Armas, Ernesto Alvarenga), Alfredo Peña; los generales Luis Felipe Acosta Carlez, Raúl Isaías Baduel, Miguel Rodríguez Torres, Manuel Cristopher Figuera, Hugo "El Pollo" Carvajal, Clíver Alcalá Cordones; los oficiales Florencio Porras, Jesús Aguilarte, Rafael Isea, Leamsy Salazar; los ex gobernadores como Eduardo Manuit, Luis Gallardo (ex gobernador de Guárico), Henry Falcón (ex gobernador de Lara), Johnny Yánez Rangel Falcón (ex gobernador de Cojedes), Francisco Rangel Gómez de Bolívar; Ismael García, Christian Zerpa (ex magistrado del TSJ), Gabriela Ramírez (ex Defensora del Pueblo), Wilmer Azuaje (ex diputado a la AN), Rafael Ramírez (el profundamente marcado como ROJO ROJITO, junto con toda una pléyade de gerentes de PDVSA de primera línea), Rodrigo Cabezas, Luisa Ortega Díaz (junto con todo un infernal batallón de fiscales del Ministerio Público, estafadores y felones de marca mayor), Ana Lisa Osorio, Héctor Navarro, Jorge Giordani, Nelson Merentes, Toby (Tibio) Valderrama, (esa pléyade de notables "revolucionarios", casi todos ministros, diputados, ex gobernadores o asesores del gobierno)…
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El Che Guevara dijo, que en lo más alto de la condición humana está ante todo el REVOLUCIONARIO. Y revolucionarios han sido todos nuestros próceres, los grandes creadores, científicos e investigadores de la humanidad. Revolucionarios fueron escritores como Rafael María Baralt, Juan Vicente González, Cecilio Acosta, José Antonio Ramos Sucre, Ramón Díaz Sánchez, José Rafael Pocaterra, Pedro Emilio Coll, Santiago Mariño Palacios, Teresa de la Parra, Henrique Bernardo Núñez, Carmen Bohorquez, Estefanía Mosca, Vladimir Acosta, Earle Herrera, Luis Britto García, Argenis Rodríguez; como los creadores y cultores populares de Armando Reverón, Luis Zambrano, Juan Félix Sánchez y Epifania Gil, Barbarito Rivas, El Indio Figueredo, Ángel Custodio Loyola, Palmira Correa, Gino …, Rafael Montaño, Juan Vicente Torrealba, Alí Primera, María Rodríguez, Miguel Pérez Rossi, Morella Muñóz (con todo grupo de CONTRAPUNTO), Lilia Vera, Cecilia Todd, El Carrao de Palmarito, Jesús Sevillano, los médicos y científicos como José Francisco Torrealba, Fernández Morán, Jacinto Convit y Francisco de Venanzi. Todos estos eran verdaderos revolucionarios, incansables batalladores, que todo lo entregaron con devoción y grandes sacrificios por nuestro país.
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Difícilmente un político de partido supera en grandeza a un creador, a un campesino que labra la tierra de sol a sol, a un obrero que suda la gota gorda moviendo maquinarias, abriendo caminos y carreteras, levantando edificios, entregado a la producción de alimentos y dándole sentido a todos los minerales grandiosos que guarda nuestra tierra. El educador que con devoción sincera y sólidos conocimientos se entrega a la formación de sus estudiantes. El músico, los profesionales que aman a la patria y no al pervertido becerro de oro. Estos son los verdaderos revolucionarios, lo demás es cuento, pura fanfarria y pamplinas que estallan al primer soplo.