-
Debe ser una constante en nuestro quehacer diario y en nuestros pensamientos y luchas, esa máxima que tanto recordaba el Comandante Chávez, que todo lo justo y noble que hacemos en este mundo es por nuestros niños. Recordar también aquel poema de Andrés Eloy Blanco, en el que decía: "Cuando se tiene un hijo se tienen todos los hijos de la tierra…". En la aldea La Coromoto del municipio Arzobispo Chacón tenemos muchos hijos, y miren esto…
-
En la aldea La Coromoto (a cuatro kilómetros de Canaguá) del Municipio Arzobispo Chacón de Mérida, nuestra casita, como he dicho en otras ocasiones, está ubicada frente a la escuelita "Isabel Mora", a la cual asisten cinco niños de prescolar y cinco de primaria. Relataré, de qué manera, las sanciones y bloqueos también se han ensañado con nuestros niños, algo que nos afecta en el alma. Porque llama sobremanera la atención que cuando el sector de los educadores opositores sale a protestar, nunca mencionan el efecto nefasto y criminal que producen las sanciones sobre los salarios y la propia calidad de nuestra educación, y dudo que alguna vez han salido a marchar contra esas criminales sanciones.
-
Es el caso, de que ahora mismo me estoy enterando, cuán precario está resultando la asistencia del programa PAE (Programa de Alimentación Escolar) en esta aldea La Coromoto. Solamente éste se sostiene por lo que contienen las Bolsas de CLAP, es decir, que por lo general no tienen proteínas. A estos niños de La Coromoto, se les alimentan, básicamente a fuerza de puro arroz, arvejas y pastas, y en cuanto a los condimentos, la sal y las verduras, éstas son aportadas con grandes esfuerzos por los representantes. Por ejemplo, los espaguetis se preparan sólo con una poca de sal, más nada. Las arepas que les dan a estos niños, con la ayuda de la comunidad, se las hacen fritas, y se le pone un poco de azúcar para hacerlas más pasables, porque aceite ni azúcar han entregado últimamente con los CLAP’s. En cuanto a los jugos no hay con qué endulzarlos.
-
Por otro lado, aprovechamos para indicar, que estos niños no hacen deportes porque carecen de los más elementales materiales deportivos. Han tratado de solicitar una bandera nacional, porque la actual se encuentra roída de vieja, y aún no han encontrado la manera de reponerla. Ojalá se pudieran remediar de algún modo estas necesidades y carencias, tan dolorosas, que tocan de manera estremecedora el alma, el corazón y el estómago de nuestros amados niños de esta parte del sur de Mérida.
