Enfrentamiento político acabó con Plan de la Patria y sacrificó ingresos de los trabajadores

"El que se pica es porque ají come"

SOBRE EL PENSAMIENTO ECONÓMICO VENEZOLANO

Señores y señoras, en Venezuela es urgente encontrar un nuevo pensamiento económico originario, dirigido a formular una política monetaria, fiscal, industrial, aduanera, cambiaria, petrolera, agrícola y laboral, orientada hacia una mejor redistribución del ingreso ¡ya!

Hay que construir un modelo de desarrollo que surja desde nuestra propia realidad, que responda a nuestra vocación nacional. Porque si no, como decía Alberto Adriani en su libro "Labor venezolanista, "estaremos siempre condenados a imitar a los demás, a ser eco de los demás, a vivir la vida de los otros, a fugarnos de nuestro país, a la manera de los literatos de la generación pasada, que se hicieron sus mundos artificiales" (Adriani, 1937: 278)

Ese nuevo pensamiento tiene que ser originario, basado en nuestra propia realidad, sobre nuestras necesidades, y no una copia fiel y exacta de las experiencias extranjeras. No puede ser como todavía se escucha y siguen soñando algunos dirigentes políticos de izquierda y de derecha, que insisten que el nuestro modelo tiene que ser una copia fiel y exacta del neoliberalismo estadounidense o del socialismo con peculiaridades chinas. Como si nuestra estructura económica y social fuera parecida a la de esos países.

Eso es insólito escucharlo a estas alturas. Por eso me resisto y lo ataco. Incluso, muchos me llaman el "Economista criollo", y no es por afán nacionalista. La insistencia es porque la condición ineludible para sacar un país adelante es viendo sin tapujos nuestras propias necesidades y sobre su dinámica, ir tomando las medidas que va imponiendo esa realidad cambiante.

Porque considero, que no estamos para estar improvisando, para estar copiando modelos teóricos. Porque en esa búsqueda y copiadera permanente que nos mantiene la clase política nacional, como los propios copiones que han mostrado ser, Venezuela actualmente es el país con el salario más bajo y con la distribución de los ingresos nacionales más desiguales del planeta. Y eso nadie lo puede ocultar.

EL PAIS SABE CUÁLES SON SUS FALLAS ESTRUCTURALES

Ya en nuestro país la población sabe cuáles son sus fallas estructurales y sus fallas coyunturales, que los viene afectando todos los días desde el llamado viernes negro en febrero de 1983, y luego con la aplicación del Paquete Neoliberal de CAP 2 en 1989, que aún estamos pagando las consecuencias económicas de esas medidas recomendadas por asesores extranjeros.

A partir de esos dos momentos históricos, nuestra sociedad ha estado circulando sin cambios en el tiempo, entre devaluación, inflación, mayor dependencia de la renta petrolera, la corrupción, la continua pérdida del poder adquisitivo del salario y empobrecimiento colectivo. Es un ciclo que se reproduce, persiste y no genera cambios, es como una corriente circular, que genera estancamiento, donde la economía se reproduce simplemente y no hay modificaciones estructurales o cualitativas.

Contextualizando lo dicho, hoy la población tiene necesidades que deben ser satisfechas de manera inmediata, sea como sea. Porque además son los votantes del 2O24, y han estado sufriendo en los últimos años por culpa de la intolerancia política, por la descoordinación social entre cúpulas políticas, que pareciera todos tienen un mismo fin: ponerles la mano al coroto en el Palacio de Miraflores para administrar la renta petrolera en beneficios de muy pocos y en detrimento de la mayoría de los venezolanos.

Las estadísticas no mienten. Hoy los niveles de desigualdad de ingresos en el país son atroces, donde los grandes empresarios y monopolios públicos y privados, se quedan con el 80% de los ingresos que generan todos por igual, mientras que los 14 millones de trabajadores se reparten apenas el 20% para mantener a sus familias.

Todos sabemos que somos un país dependiente tanto de los petrodólares y de mercancías o materias primas importadas. Para qué seguir copiando modelos de desarrollo económico, si sabemos que para superar esa falla, hay que delinear políticas industriales y de protección de sectores estratégicos y de bienes y servicios de primera necesidad que se producen en el país. Y todo el mundo sabe, que para eso sólo se requiere coordinación social, política y económica entre los actores: el Gobierno, los empresarios y los trabajadores de esos sectores. Donde se planifique para que todos ganen a la vez.

Todos sabemos en Venezuela que esa dependencia de las importaciones genera como consecuencia una permanente demanda de dólares, que forza la devaluación permanente del tipo de cambio, y que tiene un efecto directo en la inflación. Eso lo saben todos, porque cada vez que sube el dólar suben los precios y lo sienten en el bolsillo. Y para acabar con esa alta demanda de dólares y la inflación que genera su continua devaluación, se requiere la coordinación social, política y económica que dijimos anteriormente, para impulsar y desarrollar los sectores Industriales, comerciales y agrícolas nacionales.

Finalmente, todos sabemos que la corrupción es otra falla estructural, y que sólo se resolverá con más mano dura por parte del sistema judicial, acabar con la impunidad para los ricos y algunos altos políticos de las cúpulas partidistas y sus familiares. Eso también se corregirá el día que haya coordinación social entre los políticos, los empresarios y los trabajadores para atacar la corrupción en todos los niveles, caiga quien caiga.

HACIA UN MODELO DE DESARROLLO ENDÓGENO

Como ven el nuevo modelo de desarrollo económico, político y social del país se puede impulsar de manera endógena, con nuestros propios recursos, aplicando y respetando las leyes, haciendo justicia en la misma medida para todos, protegiendo y acompañando a todos los sectores industriales y comerciales de producción nacional, y aplicando medidas económicas y laborales que defiendan los derechos de nuestros trabajadores y de los sectores más vulnerables de la economía.

El resto de los problemas y necesidades económicas y sociales internas, también lo resolverán las coordinaciones entre los actores nacionales y la sociedad organizada.

Cuando hablamos de coordinación, estamos hablando de participación ciudadana, porque para coordinar se requiere de otros, y para que haya una coordinación efectiva en función del país, tiene que haber participación con los otros actores, opuestos y afectos. De esa forma se estaría cumpliendo con la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, donde la palabra participación se repite 77 veces, que es uno de sus principios fundamentales.

Eso había que cumplirlo, pero dolorosamente, en los últimos años, no fue así, porque los políticos de estos tiempos, de izquierda, de derecha y ultraderecha, se pusieron a pelear y llevaron al país "hundiéndose en el excremento del diablo". Se pusieron a descoordinar, a pelearse, a acusarse, a enfrentarse ideológicamente, de manera intolerante, hasta sabotearse los unos con los otros. Otros se cuadraron con intereses extranjeros para bloquearnos, sancionarnos, robarse algunos activos petroleros, cuentas y oro del patrimonio venezolano, pidiendo derrocamiento del gobierno y la intervención militar extranjera.

Otros, pidieron lealtad y patriotismo en defensa de las agresiones imperiales y la traición. Mientras que otros, estuvieron sacrificando los derechos y beneficios laborales constitucionales de los trabajadores, pensionados y jubilados, mientras otros estaban aprovechando para robarse el Tesoro Nacional y varias de las industrias básicas, en nombre de la revolución.

En esa misma dinámica, otros se pusieron a hacer bullying político, burlarse de los otros, hacer show político, mientras que el pueblo sufría las consecuencias de esa descoordinación y enfrentamiento político por los que luchan por administrar el "coroto" en Miraflores.

Como vemos, al final las víctimas de ese enfrentamiento y descoordinación han sido los trabajadores, militares, pensionados y jubilados de a pie, que dicen ser defendidos de lado y lado, pero solo dicen defenderlos para garantizarse los votos necesarios para mantenerse peleando, seguir en la improvisación, copiando modelos importados, en el bullying mediático, la corrupción, intentar venderles y entregarles nuestras riquezas a otros países, entre otros males que nos mantiene entre los países más pobres del planeta. Esa situación realmente amerita un cambio profundo siempre mirando hacia adentro y no miranda hacia afuera del país.



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Andrés Giussepe

Doctor en Gerencia, Especialista en Política y Comercio Petrolero Internacional y Economista de la Universidad Central de Venezuela. Secretario Nacional del Movimiento Profesionales de Venezuela.

 agiussepe@gmail.com

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