Nació el profesor Miles Useche en Caicara del Orinoco un pueblo perdido por allá en nuestra amplia geografía del estado Bolívar; muy joven siente el aletear de buscar nuevos horizontes y se residencia en Maracay en casa de un pariente suyo el general Leopoldo Vivas González oriundo del estado Táchira con quien tenía una relación familiar cercana, quien tuvo mucha figuración en el gobierno de Pérez Jiménez, prontamente ingresa a la UCV y luego al Instituto Pedagógico de Caracas donde obtienen el grado de profesor de Biología. En todo este trajinar de estudio y superación estuvo vinculado a la lucha revolucionaria en las filas del legendario MIR. Una vez egresado del Pedagógico se viene a Ciudad Guayana a ejercer su profesión de docente primero en el liceo Carlos Manuel Piar de San Feliz y luego en otros institutos; pero siempre unido a los movimientos de izquierda. Ingresa al MAS y luego se convierte en dirigente gremial de la Asociación de Profesores del estado Bolívar. Hace su aparición en el escenario político el comandante Hugo Chávez e ingresa en el MBR-200 y luego al PSUV.
Recuerdo que el 12 de abril del 2002, estaba en pleno apogeo el golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez; todo era incertidumbre, no teníamos información de nada. Las televisoras pasaban comiquitas; me encuentro con el profesor Miles Useche y Francisco Medina; sin pensarlo nos dijo vámonos para la alcaldía. Estando frente al edificio, unos policías nos impedían el ingreso; estando allí, nos encontramos con varias expresiones enternecedoras. Pasa un señor de pueblo angustiado y gritando el presidente no ha renunciado., hay que tomar la calle; a los pocos minutos traen a un hombre presa de una crisis nerviosa, expresando palabras incoherentes acompañado de su esposa, señalándonos que su comportamiento se debía al golpe de Estado contra el presidente. Tratamos de calmarlo. En todo esto nos ve el rector de la UNEXPO, el profesor Luis Cardenas; quien logó terciar a nuestro favor y pudimos entrar. Ya dentro nos percatamos que había un grupo, reunidos en una oficina anexa entre ellos un conocido dirigente de Acción Democrática haciendo los preparativos para tomar la alcaldía. No digo su nombre porque sinceramente no lo vi.
Fue un renegado del poder. Pudo muy bien haber buscado en alguna oportunidad las cumbres del poder, pero no lo hizo, prefirió la vida del bohemio, del analista político, en oportunidades articulista de alto fuste y fino estilo en APORREA, el Correo del Caroní y otros periódicos con sus columnas de Multitemas. En los programas radiales, como locutor y analista político tenía una disposición muy particular para abordar cualquier tema político o social con criterio solido. Poseía un interés muy exclusivo de servir a los demás, de escuchar aunque se tratara de cualquiera que no iba a aportar nada. Era irreverente en algunas oportunidades, cuando sucedía algo que no le cuadrara o no era de su agrado; lo decía o lo escribía, así viniese de su partido PSUV. En fin el profesor Miles fue un profesional amplio, ameno en el hablar, cordial. Sin ambigüedades, iba directo, con la verdad por delante sin cortapisas. En los roles que le tocó que desempeñar lo hizo con probidad; como profesor se se desempeño con soltura en el aula de clase; como dirigente gremial siempre estuvo atento en lidiar con los asuntos gremialisticos; fundó una familia de cuatro hijos, para el honor y para el bien; como político fue un defensor a ultranza de los intereses más genuinos del pueblo venezolano y como hombre de pueblo dejo un rastro de entereza en el carácter, abnegación, generosidad y sobre todo de sobriedad. En los cafetines que frecuento; primero hace ya varias décadas en el Mami; en Alta Vista y luego en el cafetín Donde en el edificio Araya. Llegaba solo y al poco rato tenia a un grupo de amigos a su alrededor; entre ellos José López, Pedro Veracierta. Alonso Valdez. Luis Castro Nieves, Jorge Urbano y otros
Lo que no pensó el profesor Miles que sería una Casa Parroquial, concretamente la iglesia Santa Teresa de la urbanización Jardín Levante de Puerto Ordaz, donde se respira la paz espiritual y la tranquilidad fue el regazo donde pasaría sus últimos años bajo la tutoría de su hijo el presbítero del mismo nombre Miles Useche. En días pasados me encontré con el padre Miles, lo salude y le dije del afecto y el respeto que siempre me inspiró su papá, me dio las gracias y nos despedimos. Ya no está con nosotros, hace algunos meses que partió; pero sus palabras, sus análisis políticos, sus críticas necesarias te hicieron acreedor de haber sido un líder revolucionario.
Luis Roa