Independencia el 4 de julio de 1776. Británicos se dieron a la tarea de desquitarse tremenda afrenta, y comenzaron a socavar los Estados, ocupando y apoderándose de sus territorios, antes ocupados y colonizados en H
Un año después de la independencia de Estados Unidos, más al sur, en 1777 se crea la Capitanía General de Venezuela, las provincias antes separadas y autónomas, que sólo le rendían cuentas al Rey, ahora iniciaban un trayecto como americanas hacia el establecimiento por parte de los criollos principales, los mantuanos, una vez separados de la Metrópoli, lo que va a costar en un elevado sacrificio, con pérdidas de muchas vidas y de bienes materiales desde 1808 a 1824. Luego se concretará hasta 1830, la gesta que cierra definitivamente con la expulsión del último bastión del reducto español. Pero desaparecido el Libertador, se eclipsa el Sol de la Gran Colombia, y Páez al mando, expulsado por los santanderistas, se apoya en sí mismo, al representar a la Venezuela de la Cosiata, en la cual los americanos del norte y los británicos, entablaron relaciones, aprovechándose de las circunstancias para mantener abiertas las herida, y causar desbandadas, profundizando la brecha con la Doctrina Monroe que hizo lo suyo. Las nuevas guerras intestinas en Venezuela es motivo de la devastación de un país, y lo mismo va a ocurrir en el resto de las naciones en el continente latinoamericano, excepto Brasil. Entre otras causas, hay que señalar el perjuicio de las comunicaciones para atravesar las inmensas distancias, complicando el escenario, y lo precario de los caminos y las dificultades para administrar ese inmenso territorio, y menos lograr la equitativa distribución de las rentas entre las mayorías. Las divididas clases sociales, la estratificación y segregación propiciada por los oligarcas y burgueses que se disputan con los caudillos los negocios públicos, bajo la presión de los empréstitos solicitados a las potencias europeas. En tal contexto, las presiones van en aumento y la escalada de conflictos para la nación, es aprovechada por las potencias que intervienen frente a las costras caribeñas y la fachada atlántica; penetrando a lo profundo del territorio y surgen con las Guayanas, las respectivas disputas entre los Estados, y por Venezuela del Esequibo. Las incidencias directas se mantienen en el tiempo, y el intervencionismo, y las pretensiones arteras de despojarnos bajo argucias unilaterales de nuestros territorios, es causa de los litigios frente a un gobierno títere de los británicos y de los intereses de las corporaciones que están explotando ingentes recursos que nos pertenecen y no han sido defendidos a cabalidad.
La lucha ha sido desigual, como la que enfrentó Bolívar antes, y muchos otros y otras después de él, sus legados, pensamiento político, sus obras y visión de conjunto de toda la América Latina, insistiendo en la unida, donde radica la fuerza. El impacto en la educación, la cultura, la preparación de los cuadros, fundamental, y una vanguardia que se eleve por encima de las circunstancias y de las apetencias personales, familiares, de grupos sectarios, o sectores corrompidos, que hacen de los negocios públicos sus propios negocios, práctica que el imperialismo conoce al detalle, y las corporaciones saben dónde engrasar para aflojar los nudos legales, debilitando las fuerzas de la nación, y un Estado que ataca desde el gobierno a sus connacionales, medidas desesperadas cuando el desgaste ha sido sostenido, y las cuentas no cuadran, y menos los números necesarios para enfrentarse en una contienda electoral, donde puedan maniobrar a sus anchas, como ha sido desde hace una década, la de mayor complejidad por ser multifacética.
derroteros hacia nuevas utopías, en medio de las situaciones y circunstancias que las continuas intervenciones y las circunstancias de las migraciones de los connacionales que huyen de la pobreza o la persecución por diferentes motivos, por parte de gobiernos que han traicionado la confianza y los votos emitidos en las urnas, que una y otra vez son defraudados, convirtiéndonos de nuevo en neocolonias al servicio de nuevas potencias que se disputan el planeta.
La hegemonía de EEUU y sus pretensiones expansionistas, la de los británicos, así como el resto de Estados que buscan las posibilidades de participar en la explotación de los recursos nacionales, sin que interfiramos en tales asuntos, como si de un territorio paria se tratara. Es como están acostumbrados los poderosos, a intervenir unilateralmente, como los sionistas, sin que les sde las instituciones cooptadas, con sus influencias políticas y militaristas, torpedeando las economías en el resto del mundo. Hoy se disputan desde otros frentes el planeta, enfrentándose a muerte y poniendo en grave riesgo la amenaza a la paz global. EEUU, Rusia, China, Irán, y el resto de los países y naciones alineadas con el socialismo, el comunismo, frente al capitalismo salvaje, que inclina la balanza hacia un lado u otros, dependiendo de cómo se maniobre en tiempos de tan delicada situación, y la posible debacle por una paz bajo asedio. Después del Covid-19, lo de Ucrania, el genocidio del gobierno de Israel contra el pueblo Palestino, el ascenso de Milei en Argentina, o el litigio histórico por el Esequibo, despojado por el Imperio Británico; y la maniobra politiquera de un Referendo Consultivo, solicitado por el ejecutivo y atendido por la Asamblea Nacional, y ésta al Consejo Nacional Electoral, para medirse con los votos en las preferencias de las masas de electores, en un compromiso donde el colectivo se juega una vez más la estabilidad de la nación, al cerrar el 2023, décimo año de un gobierno madurista, que está dispuesto a todo por permanecer en el poder, de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
Los hechos nacionales e internacionales que dominan nuestro escenario frente a la geopolítica mundial, la alta crisis económica, social y la situación política, donde los pueblos se hayan frente a una encrucijada, y tienen que elegir entre dos opciones. Las alternativas son escasas, y los peligros inminentes. Lo que ello implica es por una parte de oportunidades, y por la otra los graves peligros que implica la verdadera situación del ambiente ante una "encrucijada catastrófica y una bifurcación histórica".