Esta acción es una actitud miserable y rastrera, prestarse para un guión de tan innoble procedimiento; llevado a cabo por una potencia extranjera, bajo los auspicios de la oposición golpista venezolana. Una televisora chilena que narraba las interioridades del "secuestro"; lanzaban al aire algunas interrogantes que no les cuadraba. Fue tan burdo la vaina, que las mismas autoridades chilenas cuando se percataron del hecho se dieron cuenta que todo era un pote de humo. La policía de investigaciones chilena (PDI); que los mismos "secuestradores" lucían chalecos con esas insignias; ni los carabineros, ni el Ministerio Público de Chile mostraron interés en abrir una investigación. La noticia se supo primero en Miami, a través de Ivan Simonovis un personaje ducho en eso de publicar informaciones nada apegadas a la realidad. Este si se fue de bruces y señaló que había sido DGCIM, la autora del secuestro. Como si este fuera un organismo para moverse con toda libertad por el mundo al estilo de la CIA, para perpetrar hechos de esta naturaleza.
Ahora bien, contra este señor no había una orden de detención firme; la policía tenía conocimiento de su proceder en base a presunciones, nada de hechos concretos. Otro de las ardides utilizadas, es que el señor de marras era teniente; para el hecho le ponen el grado de teniente coronel. La situación es que este ciudadano, no vale la pena ni nombrarlo, estaba vacacionando en Chile, posiblemente y en esto las suposiciones son validas se presto para ganarse unos churupos y se lanzo por ese barranco. La oposición, esa golpista, cuando se vuelva a lanzar al ruedo con historias melodramáticas como esta, debería hacerlo con una base toral de mayor credibilidad. En todas estas la Unión Bicentenaria de los Pueblos – Chile, salió a la palestra pública denunciando que el secuestro fue un montaje perpetrados por sectores de la ultraderecha venezolana, con base en EEUU y Chile; cuyo objetivo es crear malestar ante la proximidad de las elecciones. Más adelante en el mismo documento expresan su rechazo por la presencia de medios de comunicación chilena que se prestan para este montaje. Firman el documento diputados, organizaciones políticas, de trabajadores, sindicatos, etc.