Hasta las piedras saben que el actual Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, goza de un gran rechazo de la población, tanto, que supera el ochenta por ciento (80%) de la población votante.
Este gran rechazo es muy lamentable y puede costar la vida ciudadana e institucional en Venezuela, a la vuelta de unos meses. Y, para no darle larga al asunto, de antemano, me atrevo a señalar que Nicolás Maduro, para perpetuarse en el poder y evitar ser desalojado de Miraflores, necesita dos cosas, que aún no se le han dado: la atomización de todas las oposiciones que lo rechazan y el abstencionismo en su máxima expresión.
Permítanme, amable lectora y amable lector, exponer el cómo y el porqué.
Mientras que con el Comandante Hugo Chávez se llegó a niveles paróxicos de "más que amor, frenesí", con el Presidente Nicolás Maduro, se evidencia en la calle y en todos los escenarios de la vida social que él goza, más que de rechazo, del odio de la gran mayoría de los venezolanos, producto de una gran enumeración caótica, entre la que destaca lo siguiente: Nicolás Maduro es cínico, mentiroso, irrespetuoso con los pobres (los carajea, regaña y sanciona, pero con los ricos anda mansito y por debajito), y es indolente; exhibe una corrupción descarada en el seno de su gobierno, desde el año 2013, cuyos principales funcionarios, familiares y amigos íntimos se pavonean con una grosera riqueza de lo robado a la nación; además del bloqueo y sabotaje del gobierno de EEUU y sus aliados, él es el principal causante del hambre, miseria y muerte en los trabajadores y en todos los sectores honestos de la vida nacional; él desmontó la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV: 1999), liquidó el Plan de la Patria y entronizó leyes y normas supraconstitucionales, desde donde él y sus cómplices justifican toda tropelía en nombre de un socialismo de palabra y una voracidad capitalista salvaje de neorricos y viejos corruptos, verbigratia, la llamada Ley Anticorrupción y el infame Instructivo Salarial de la ONAPRE; Nicolás Maduro dolarizó todo, menos el salario de los trabajadores, de hecho y de derecho, en una economía parasitaria especulativa y de extracción, con desaparición de los recursos y pérdida de soberanía. Entiendo que la narrativa de razones abunda, pero debemos continuar la exposición.
Pero, ni la dirigencia política opositora venezolana aprende, ni muchos de nosotros, los ciudadanos comunes y corrientes, tampoco, después de tantos años, porque los venezolanos somos altamente politizados y escasamente ideologizados.
Tan, no hemos aprendido, que aún reproducen en el discurso la palabra "régimen de Maduro" o "el régimen", pese a que éste sigue siendo el mismo régimen capitalista salvaje y corrupto por el que salimos de la IV República, más que de "economía de mercado", hemos seguido con la misma economía parasitaria, financiero especulativa y de extracción de minerales, materia prima y tierras raras.
Aquí, en Venezuela, no hubo ni hay un Estado socialista, ni comunista. Se pretendió comenzar pacíficamente un Estado Comunal y Nicolás Maduro, él solito, se encargó de liquidarlo.
Pese a todo, de cara a las elecciones del próximo 28 de julio del 2024, desde las filas de la izquierda y militantes del chavismo, la reacción, aunque silenciosa, ha resultado más efectiva y táctica, a sabiendas de que Nicolás Maduro y su camarilla, que se apoderaron del Partido PSUV, han traicionado al Pueblo, a los trabajadores y a la Patria.
Esa gran mayoría nacional que antes apoyó al Comandante Chávez y al mismo Nicolás Maduro, ahora, aguarda silenciosa hasta el día de las elecciones, no para regodearse en el abstencionismo, sino para dar otra lección, como lo hizo en las elecciones parlamentarias del año 2015. Todo apunta a que será aún más radical.
Esa izquierda y chavismo consciente, no cayó en la tentación de postular algún candidato, aunque tiene gente capaz, trabajadora y honesta o no corrupta, entre muchos tantos, por solo mencionar una de ellas, como la doctora, profesora universitaria, investigadora, ex asambleísta y activista político social, María Alejandra Díaz, a quien -seguramente- no faltó quien le sobara el ego para que se lanzará de candidata presidencial y, por razones lógico racionales, como las siguientes, no incurrió en tal ingenuidad: esa izquierda y chavismo revolucionario está consciente de que, en este momento, ninguna candidatura de izquierda concitará el voto o confianza de la mayoría nacional, por culpa de Nicolás Maduro y de la manga de corruptos capitalistas y neorricos que le rodean, así como tampoco, van a servir de tontos útiles de capitalizar el voto de un grueso de la población para atomizar ese voto castigo y de cambio que significa la salida de Nicolás Maduro y sus cómplices.
También, desde la izquierda consciente, muchos entienden que Nicolás Maduro, con maniobras, atomizando la votación opositora y generando rechazo irracional que concite a la abstención visceral, puede convertirse en la primera minoría que alcance el triunfo electoral por sobre el resto de las minorías atomizadas. Ese mandado no se lo va a hacer el chavismo de base arrecho, ni la izquierda racional, que no está dispuesta a ser colaboracionista de las maniobras electorales de Nicolás Maduro y su banda.
Del otro lado, desde las oposiciones que históricamente han adversado, primero al Comandante Hugo Chávez, luego, al chavismo en general y, ahora, a Nicolás Maduro, para resumir todo lo público y notorio -que no deja de ser relevante en las historia nacional- llegaron, después del Acuerdo de Barbados, a una consulta llamada "Primarias" de la llamada "Plataforma Unitaria Democrática" (PUD), que es la misma cara de la llamada "Mesa de la Unidad Democrática" (MUD), órgano político que a la presente fecha no ha logrado concitar todas las voluntades y diferentes posiciones y credos políticos en torno a un solo objetivo o meta común.
En esta consulta resultó favorecida -hace escasos meses- la activista política María Corina Machado, quien intencionalmente o sin percatarse, se lanzó en dicha consulta, a sabiendas de que estaba inhabilitada políticamente para ser candidata presidencial.
¿Quién puso el primer peine? No sé sabe a ciencia cierta, si Nicolás Maduro y el Consejo Nacional Electoral (CNE), siendo que con sátiras y burlas, en serio y de manera informal, ellos advirtieron que la señora estaba "inhabilitada", mensaje que desde las vísceras muchos opositores no quisieron prever y resolver a tiempo, como no lo hicieron en la PUD o MUD, la de la manito.
Hoy, no faltarán quienes se atrevan a pensar que el primer peine lo puso gente de la PUD y sus partidos políticos que hacen vida en esa agrupación opositora. En río revuelto, ni que los fajen chiquitos.
El caso es que, una vez abierto el proceso de inscripción de candidatos presidenciales, los partido Acción Democrática, Bandera Roja y el Movimiento Republicano, inscribieron la candidatura del Dr. Luis Martínez, fuera de la PUD o MUD. A él le siguieron hasta el lunes 25/03/2024, una seguidilla de 12 candidatos hasta la media noche de ese día, incluyendo a Enrique Márquez, Claudio Fermín, un humorista, un pastor, brujos y hasta Nicolás Maduro.
En el ínterin, el pasado 22/03/2024, la inhabilitada para ocupar cargo público y de representación, María Corina Machado, presentó ante los medios de comunicación a su candidata presidencial, Corina Yoris.
Enseguida, el revuelo entre los medios fue grande. Empezaron a destacar el Curriculum Vitae de la Doctora Corina Yoris, académica, miembro de número de la Real Academia, con su sillón O, jubilada, activista de la partido Vente Venezuela, etcétera. No faltaron las encuestadoras nacionales y extranjeras que para las 3pm de ese día, ya mostraban un profundo estudio completo de proyecciones electorales, en las que la aludida candidata, aún sin inscribirse ante el CNE, ya ganaba a Nicolás Maduro con más del noventa por ciento (90%) de la votación y, según ellos, el resto de candidatos desaparecía de escena electoral.
Realmente, la candidata de María Corina Machado hizo un buen papel. Su CV es auténtico y muy plausible. Luce como una señora o doñita simpática, a la vez, con temple. La Dra. Corina Yoris lució y luce muy agradable. Pero sigue siendo la candidata de María Machado, no de la PUD, ni de algún partido político.
Es evidente que cuando María Machado presentó su candidata, no estaba en ese concilio la representación formal de la alianza opositora de la PUD, la que, en ese momento, estaba reunida en otro espacio.
Fue ahí, en donde los electores, televidentes y seguidores anónimos de redes electrónicas, debimos demostrar madurez política, dejar de ser tan altamente mediatizados y politizados, para ser medianamente ideologizados o con mediana cultura política.
Pues no. La mayoría de nosotros, humildes pedestres, hastiados de la ruina familiar, de las tropelías y gobierno corrupto de Nicolás Maduro, caímos por inocentes.
Enseguida, nos aferramos a Corina Yoris, sin detenernos en nada más y obviamos lo que algo estaba pasando, mientras aquél estaba gozando una bola con esta escena y sin siquiera, mover un dedo. Hubo hasta lágrimas de emoción, de tanto aniñamiento político y tanta desesperación.
Resulta que pasaron las horas y los días y la candidata de María Machado, quedó en eso. Su candidata, pero no la candidata de la evidente mayoría opositora.
Aunque Omar Barboza estuvo al lado de María Machado, no estaba en representación de la PUD. Los que inscribían o podían inscribir candidatos o postular, no estaban autorizados a inscribir a Corina Yoris. Faltando dos minutos para la media noche del 25, Manuel Rosales fue inscrito en la tarjeta de UNT y al día siguiente, con prórroga del CNE, la tarjeta de la PUD o MUD, la de la manito, inscribió a Edmundo González Urrutia.
Ahora bien, al ciudadano común o votante en general, no le importa un rábano los chismes e intrigas acerca de quién maniobró para que María Machado no impusiera a dedo a Corina Yoris, como que tampoco parece importarle mucho quién es el candidato que pueda aglutinar la mayoría de las votaciones para salir de esta pesadilla llamada Nicolás Maduro Moros.
Lo cierto es que con candidato unitario o sin él, con el paso de los días, se volteará la atención en un candidato que concite la voluntad de la mayoría nacional y, reitero, esa mayoría nacional, desde ya, deberá ser menos aniñada, más madura y verificar que entre los candidatos inscritos hay, académicos, doctores (sinque sea conditio sine qua non), para escoger, entre el más potable y digerible, el menos malo, el que atraiga a chavistas y opositores, el que esté dispuesto a gobernar desde una transición y gran pacto histórico nacional, que reúna todas las voluntades, que rescate el salario digno de todos los trabajadores, que nos saque de la pobreza y miseria de la que no somos responsables, que le dé una salida digna a los capitostes del gobierno de Nicolás Maduro y que ponga en manos de la justicia a todos los que han robado a la nación.
Más que un presidente que libere presos políticos por burda demagogia, necesitamos un presidente que no se crea el iluminado y que desde ese Pacto de Gobernabilidad y Desarrollo Nacional, concite las mejores voluntades por el rescate de la Patria. Primero, lo primero: la salida pacífica y electoral de Nicolás Maduro con sus cómplices. Y para ello, habría de imponerse la madurez política de los ciudadanos, para no aniñarnos, ni dejarnos arrastrar por las vísceras.
Ojalá, que las sucesiones de escenas acontecidas con María Machado y Corina Yoris nos sirvan de aprendizaje y entrenamiento, para no incurrir en lo que necesita Nicolás Maduro.
Dr. Luis Pino
sipango90@gmail.com