1.- Una aberración sin precedentes el asalto de la embajada mexicana en Quito por parte de la policía ecuatoriana para sacar a la fuerza a quien fue vicepresidente del gobierno de Rafael Correa Jorge Glass. Este es un atropello al derecho internacional, sin precedentes que jamás había sucedido ni en las peores dictaduras. El presidente Nicolás Maduro, calificó esta acción como un hecho de barbarie y fascista contra el derecho internacional. Correa por su parte fue enfático en expresar que Daniel Noboa, presidente del Ecuador confunde a su país con una de sus "haciendas bananeras", al actuar con tanta ligereza en ordenar el asalto a la embajada mexicana. Sin lugar a dudas que en todo este meollo tiene las pezuñas metidas el imperialismo gringo. Debemos de mirarnos en este espejo, todo esto no está muy lejos de suceder aquí en el supuesto negado, que arribe al poder la inhabilitada, lo haría tan igual como este muchachito malcriado de apellido abolengo, que al pisar el poder pisotean a cuanto orden institucional se le atraviesan.
2.- Con el empujón hacia el precipicio que le dio Lula al presidente Maduro; ahora pretende servir de mediador en el conflicto de Venezuela con Guyana Colocó a su Canciller Celso Amorin, en tan titánica tarea y este sin pensarlo dos veces, salió diciendo: "Esperamos que no hagan nada que deriven en conflicto". A sabiendas que el presidente Guyanés se ha convertido en un provocador y tirador de piedra, que tiene a su disposición o lo manejan a su antojo tanto la EXXONMOBIL como el Departamento de Estado gringo, que se han convertido en su brazo armado, ganados para armar cualquier conflicto. Ahora bien, quien es Celso Amorin, un diplomático de carrera, que no arriesga un ápice para enfrentar al poder gringo, que se mueve con soltura y desenfado en los círculos cortesanos gringos. Ya Guyana a través de un comunicado rechaza la Ley que nuestro país acaba de promulgar sobre la defensa del Esequibo. Lula que se prestó para lucir ese triste papel, que se dejo relampaguear por los EEUU y la Unión Europea, lo utilizó como un trapo viejo en su ataque a Venezuela, hora pretende "redimirse" sirviendo como mediador. Lula nunca ha sido un revolucionario, ni lo será. Para nada se le ha visto asumir posiciones que enfrente status quo brasilero, menos estar a la altura, por no mencionar a otros, del capitán Luis Carlos Prestes, que tiene el honor de pertenecer a la saga revolucionaria Latinoamérica; que se caso con otra revolucionaria internacionalista, de origen alemán Olga Benario que fue encarcelada por los sátrapas que gobernaban a ese país y enviada a Alemania para ser fusilada en los campos de concentración nazi.
El presidente Chávez no dudó en arriesgar su pellejo por allá en el 2006, en una visita que hizo al Brasil, a salir en su defensa; al comienzo hubo cierta resistencia por parte de los asistentes, pero finalmente el verbo del comandante Chávez se sobrepuso y logro calmarlos. Para la época, producto de su incoherencia política, ya Lula había perdido la calle. Durante su encarcelamiento muy poco movilizo para pedir su libertad. Su espíritu conciliador no representaba una amenaza, para la oligarquía y menos para el imperialismo y fue cayendo en flaquezas que ponían en duda su verdadero transitar como político de izquierda. Ahora aparece redimiéndose políticamente, intercediendo en favor de la inhabilitada, quien tiene toda una trayectoria de inconsecuencias y posturas apátridas, ahora sale del estercolero político para terciar a su lado y ofrecer sus buenos oficios y darle "consejos de democracia". Recordemos que en el 2019, la inhabilitada no dudo en ponerse en su contra, en momentos que se celebraba en Brasil el Foro de Sao Paulo, que pedían su libertad.
