Venezuela, nación suramericana con importantes reservas de petróleo, oro, gas, bauxita, hierro, coltán, diamantes, níquel y muy especialmente agua se encuentra a pocos más de un mes para las elecciones presidenciales período 2025-2031.
En tal sentido el país experimenta una serie de sanciones que no sólo afectan su economía interna sino que, además, son perjudicadas sus alianzas estratégicas con el mercado internacional al colocar su petróleo cuyas exportaciones pasaron de 2.38 millones de barriles diarios en 2012 a 920 actualmente, según datos de Pdvsa.
Es por ello que la población sufre aun tras la caída precipitada de su principal fuente de ingreso con salarios muy bajos a nivel mundial, especialmente el sector público, siendo de 130 dólares de forma integral.
Sin embargo, la polarización entre las dos principales opciones del elector venezolano no ha variado desde que Hugo Chávez Frías llegase al poder en 1999 tras ser electo presidente constitucional en diciembre de aquel año. Tras su fallecimiento el 5 de marzo de 2013 Nicolás Maduro Moros asumió la continuidad de ser la máxima figura del Partido Socialista Unido de Venezuela, presidente de la República Bolivariana de Venezuela y principal líder del proceso transformador con que el país ha asumido especie de independencia económica.
Efectivamente la nación caribeña ha sabido resguardar la paz pese a los diferentes intentos desestabilizadores por parte de corrientes ultraderechistas y principales personeros afines a los emporios internacionales.
De modo que cabe preguntarse ¿qué ocurre en Venezuela para que aún buena parte de la población siga apoyando al presidente Maduro coqueteando el 50% de las preferencias entre los consultados antes de las elecciones de este próximo 28 de julio?
En el país se han dado una serie de hechos dignos de estudio por su destacada preparación, pero por los momentos tomemos en cuenta lo valioso de la formación. Durante el recién finalizado Congreso de Historia Miranda 2024, XVII Nacional y IV Internacional donde más de 2.000 personas del 19 al 23 de junio compartieron experiencias y saberes, de y fuera del país, provenientes desde las aulas de clase, centros de investigación, museos, casas históricas, bibliotecas y archivos, entre tantos otros espacios dedicados a la memoria de los pueblos, ciudades, estados y nación, dedicando sus vidas al estudio, enseñanzas, protección y divulgación de los saberes históricos populares y el patrimonio común que se mantiene como testigo vivo del pasado trataron sobre los siguientes 13 ejes temáticos: 1.- Francisco de Miranda: obra y legado histórico; 2.- De Bolívar a Chávez: pensamiento y doctrina Bolivariana; 3.- Bicentenario de la Independencia de Nuestra América; 4.- Historia de la geopolítica en el Siglo XXI; 5.- Memoria Colectiva sobre las insurgencias, resistencias y contra insurgencias en Venezuela, Nuestra América y el Caribe; 6.- Procesos económicos y relaciones de trabajo en Venezuela, Nuestra América y el Caribe; 7.- El debate epistemológico e historiográfico en Venezuela, América Latina y el Caribe; 8.- Perspectiva y realidades del patrimonio cultural en Venezuela, Nuestra América y el Caribe; 9.- Problemas, retos y realidades de las enseñanzas de la historia; 10.- Historia de las mujeres e historia de género en Nuestra América; 11.- Historia social y de la cultura en Venezuela, Nuestra América y el Caribe (primera parte); 12.- Historia social y de la cultura en Venezuela, Nuestra América y el Caribe (segunda parte); 13.- Política, nación y poder.
Tal herramienta del pensamiento crítico no sólo se ha propuesto sino ha servido para despertar la conciencia social y el fortalecimiento de la identidad nacional y continental, así como la demostración de la memoria colectiva, la divulgación masiva de las historias de las mayorías, ahora hechas desde la voz de los pueblos.
En consecuencia, el gobierno del presidente Maduro mantiene para sus intereses una política organizativa desde las bases que ningún líder o partido opositor, colectivo de élite, campaña propagandística antigubernamental, conspiraciones, golpes de Estado, intentos de magnicidio y ni siquiera los consumados atentados a personalidades del alto gobierno han quebrantado su continuidad en el poder. Con lo que sí han tenido éxito sectores opositores extremistas es estrangular al pueblo llano al solicitar embargos, sanciones e invasiones que afecten la paz, seguridad, alimentación y salud de millones de venezolanos. Los resultados saltan a la vista: un gran descontento con y entre ellos mismos que raya en lo inexpugnable.
Por cada gota de petróleo vendido en el mercado negro y gracias a los impuestos con que el Estado percibe sólidos ingresos las misiones sociales aun pueden existir. Mientras, las bases organizadas se movilizan desde la dirección nacional como una gran red teniendo de interlocutor a Nicolás Maduro Moros podemos señalar se garantiza la paz de cualquier forma pese a todas esas amenazas que la irracionalidad baraja hasta más no poder. Ahora, cortan las guayas del puente Angostura para su desplome pero, aun así teniendo a la corrupción como su máximo enemigo político, parece indicar Maduro cuenta con el pueblo organizado rebelde e insurgente para seguir al frente siendo presidente de todos los venezolanos.