Como católico denuncio al sector del clero merideño cayendo en nefandos pecados. Asombroso y grave!

  1. Si nos dedicáramos, someramente, a hacer una relación caso por caso, de la gran cantidad de denuncias que nos llegan sobre distintos exabruptos cometidos por curas en sus parroquias, solamente en el estado Mérida, ésta nos ocuparía varios renglones. Quedan muy pocos curas como aquellos de otros tiempos, ahora las frivolidades que se difunden por las redes acaparan principalmente la atención de los sacerdotes, también abundan en ellos negocios particulares para dedicarse con ahínco a este mundo de florecientes locuras materialistas, y acabar por dejar de lado la sagrada y sublime actividad pastoral. Primordialmente hemos de resaltar en estos infringimientos, las burdas y típicas tentaciones de la carne que acaban enloqueciendo a tantos curas, haciéndolos fariseos, indolentes con la comunidad y volviéndolos hipócritas ante los verdaderos creyentes. Completa este desgraciado cuadro la actividad partidista que algunos sacerdotes han venido ejerciendo contra el gobierno, emulando lo que hace la plana mayor de la Conferencia Episcopal Venezolana, CEV.

  2. De modo, pues, que hay un total desbarajuste en distintos niveles de nuestra organización eclesiástica en los Andes, como veremos. Curas que no velan por las almas que sufren, por las aflicciones de su feligresía, sino que se han dedicado principalmente al hedonismo, al materialismo más vil, aprovechando de lo bueno y de lo caro que les sacan a algunos creyentes, al propio gobierno en nombre de los humildes e incluso a algunas instituciones internacionales. Vi hace poco a un cura de familia campesina pobre, de nuestros páramos, que mascullaba un gocho cerrero en su juventud, ahora habla seseando como si fuera un redomado godo, como extranjero, y además ajetreado junto con su ama de llaves, paseando una manada de perritos de lujo, bien peluqueados, con lazos y demás prendas, en costosa camioneta cuatro por cuatro. Estos detalles me llegan en avalanchas, son llamativos, a la hora de hacer este recuento... Como católico me siento en el deber de relatarlos.

  3. Las señoras ancianas de antes, siempre aconsejaban a sus hijas o nietas: "-Miren, tengan mucho cuidado con los curas porque tras ese negro hábito talar, hay un lobo encaletado". En muchas aldeas españolas no estaba permitido que un cura se instalara sin su barragana, y esto es histórico. Pero la gente, no suele coger consejos ni escarmienta en cuerpo ajeno, y como les acaba atrayendo más la curiosidad que oír recomendaciones, azuzan al fulano lobo. Hace poco se conoció un terrible caso en Los Pueblos del Sur, un sacerdote abusó de una cándida muchacha del campo, y cuando a ésta su madre le demandó explicaciones, la pobre contestó: "-Mami, es que yo sólo quería saber cómo es que pecan los curas, y si es verdad… lo del lobo". Le salió bien cara la averiguación. Algunas se "salvan" de no llegar muy lejos en sus desquicios porque logran "protegerse", otras, como veremos al final de esta nota, no corren con tan penosa "suerte" y tendrán que quedarse para toda la vida con un niño o una niña cuyo padre para siempre será un total, obligante y oscuro desconocido. Vivir en un intrigante y permanente misterio, aunque todo el mundo sepa quién engendró a tan desafortunado vástago….

  4. En Mérida, hay una buena camada de curas ejecutando verdaderas prácticas inmorales en muchas parroquias. De Los Pueblos del Sur hay varios casos. Yo no critico ni condeno el hecho de que un cura un día de debilidad sea presa del demonio, caiga en uno de esos tremedales de la carne. Si cae, bueno que lo asuma, no puede ser que siga oficiando como un santo y aprovechándose en nombre de Dios de tantos seres inocentes. Porque algunas de esas mujeres abusadas, llegan a la perdición por esta vía y hasta se suicidan.

  5. Uno de los casos mejor conocidos en Los Pueblos del Sur, es el de un cura que cayó en nefando pecado, fue el padre Eustorgio Rivas, a quien conocí bastante. Buen hombre, buen escritor, llevó el primer jeep a Canaguá, y fue muy querido por su feligresía. Pues, un día, le fallaron las fuerzas, en un momento de debilidad no pudo vencerse a sí mismo y el diablo se lo llevó y luego lo acepto, de tal modo que éste lo conminó a cambiar de profesión. Así hizo. Su camino, lo pudo comprobar, no era el sacerdocio. Fue entonces cuando tomó la decisión de colgar los hábitos y formar un hogar con todas las de la ley. Listo. Y Dios tuvo que perdonarlo.

  6. Pero están saliendo unos curitas, que ¡Ave María! Uno de ellos llegó a colocar en el altar Mayor, en plena misa, como si fuesen ángeles de la guarda a héroes gringos, tales como la Mujer Maravilla y el Capitán América, en un acto para aupar las guarimbas. Lo hizo en los momentos más terribles de la violencia en Mérida. Por cierto, la Mujer Maravilla, se puede decir que era de veras maravilla, digna del apelativo de pies a cabeza, esculturalmente llamativa, con botas hasta la media pierna, y con un andar agarzonado que ponía a delirar a los más beatos. Su figura oscurecía a Jesús y demás santos. ¿Quién puede pensar que un cura llegue a tal aberración? Degradando un recinto tan sagrado con tamaña barbaridad. Pero así ha estado pudriéndose nuestra iglesia católica y después se quejan de que la gente esté perdiendo la fe, se esté volviendo tan descreída en los valores cristianos, al ver lo que hacen muchos de sus sacerdotes…

  7. Hay otro cura por estos lares de los Andes, que practica macabros actos de exorcismo, dice él que lo hace para expulsarle demonios a las mujeres, con prácticas dignas de ser narradas por Joris-Karl Huysmans. Tiene una verdadera franquicia para sus negocios que son de los más oscuros, los cuales durante un tiempo estuvo administrando por los lados del Páramo. Hace el susodicho advocaciones a Satanás, da estremecedores alaridos en la ejecución de sus ritos, con admirables locuras: "Señor, sácale el demonio a esta pérfida",… mientras la "pérfida" ríe o se contorsiona según los vientos de sus locuras. Con saltos y sacudimientos pide este cura que el aborto de los vientres sacuda las lágrimas de los monstruos que las han poseído...

  8. Este cura exorcista, no se sabe de dónde es, porque al parecer no es merideño. En sus estrafalarias misas, con falaces temblores y zozobras va de un lado a otro pidiendo que ÁNGELES DEL OLVIDO se adueñen de todos los sueños de sus "condenados"... da voces desaforadamente: "Cuando oscurezca el calor poderoso de la carne debe ceder ante el imperio sagrado de los ángeles, y estos brebajes que ofrezco harán exterminar los venenosos sueños que las poseen. Ustedes deben dormir amordazadas, con trazos de carburo en el pecho, en la frente… Los espasmos de los pecadores están delirando en este momento…". E incluso, cuando lo he escuchado me parece estar leyendo a Joris-Karl Huysmans, cuando narra: "me producía más contento disfrutar con las torturas, con las lágrimas, con el espanto y con la sangre, que con cualquier otro placer… Es realmente este diabólico ser un redomado malandro y estafador, además de vulgar y ordinario. No se concibe cómo es que es cura, pero tiene mucho público que lo sigue y que delira cuando hace el baile de "vueltica" en las ferias de San Isidro Labrador. Nadie puede controlarlo una vez desatado en sus horrendas picardías y desvergüenzas, porque sus horrendas homilías son, ratifico, considerablemente bien cotizadas en el mundo de la clase media y alta.

  9. Un tercer cura, también de Los Pueblos del Sur, ha convertido su parroquia en un poderoso cuartel de la ultra-derecha (y algo mucho peor como veremos), hoy encarnada en la figura secular de los apellidos, doña María Corina Machado. Este último cura de nuestra narración, está muy bien conectado con la alta jerarquía de la iglesia católica. Llegó a ser Vicario "comunicador" de la Conferencia Episcopal Venezolana, y ha mantenido, por meras actividades políticas, estrechas relaciones con encumbrados lagartos del pantano, como don Baltazar Porras, Antonio Ledezma, Lilian Tintori y su esposo Leopoldo López, con Luis Ugalde y el ya fallecido José Virtuoso (ex rector de la Universidad "Andrés Bello"), conectado también con tapaderas de la CIA como la NATIONAL ENDOWMENT FOR DEMOCRACY. Este personaje está metido en grandísimo escandalazo, pues cayó en grave pecado, al ponerle una niña a una muchacha del campo, joven que llegó a ser su secretaria (o lo es todavía), con la cual sigue conviviendo y la que mantiene como su barragana desde niña. Lo grave de esta situación es que este cura trabaja en programas de catequesis con niños, y además viendo que todo mundo sabe en el tremendo pecado en que se encuentra envuelto, él no se decide a tomar la decisión de hacer un hogar con su desdichada amante, lo más razonable y natural, como lo hizo Eustorgio Rivas, por ejemplo. Porque su moza, por fuerza, va a tener que escoger otros caminos, más pecaminosos aún, de hecho, vive torturada porque se siente que ni es mujer ni es madre ni tendrá derecho jamás revelarle a su hija quién es su padre. En habiendo conocido hombre, a ella le está totalmente vedada cumplir con sus funciones naturales, obligada como está, a tener que vivir en el disimulo y la mentira (cuando ya casi todo el mundo sabe lo de su actual condición). La pobre comete insensateces terribles en presencia de su amante, obstinada y desesperada como está... Desde el alto poder de la iglesia nadie se atreve a hacer algo en esta inmoral circunstancia porque el referido cura es un protegido del señor Baltazar Porras. Así mismísimo como se los digo es, sin pizca de mentiras, amados lectores… porque es algo hartamente conocido en todos estos lugares, lo que pasa es que muchos callan a veces con resignación, otros por asco…



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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