Haciendo juegos de magia con el Estado, Maduro continuará en el poder.
Y eso es así, no porque lo diga yo, sino porque, ni siquiera Mariacorina con el imperialismo a su favor, tampoco los chavistas auténticos, los troskistas o los comunistas, poseen la fuerza social y militar orgánica que pueda no solamente derrotar el proyecto madurista, sino también sustituirlo. Y con denunciar los trucos del mago, solamente se consigue, hacer la vida más aburrida y que el mago invente nuevos trucos.
Y es por las debilidades opositoras que funciona la magia. Pues, los gobiernos no entran en crisis en sí mismo, se les pone en crisis, con la lucha opositora.
En las recién pasadas elecciones presidenciales, el pueblo venezolano tuvo la oportunidad coyuntural, de usar políticamente el proceso electoral, para avisarle a Maduro, de lo que este pueblo, es capaz de realizar, cuando se lo propone.
Aunque ese rempujón electoral no tumbó a Maduro, por lo menos mostró la desconfianza, el descontento ciudadano a las políticas públicas del gobierno y principalmente, la ciudadanía demostró que tiene la capacidad de usar pragmáticamente cualquier opción política para luchar contra lo que no le parece bien, o, porque está en contra de sus intereses.
Y dado que, esa reacción política popular se dio en el contexto limitado de una legalidad electoral dominada por el Estado madurista, Maduro y su equipo estatal, lograron eludir tal empellón popular; pero, no lograron borrarlo. El vergazo lo llevan.
La agudización de la crisis y la represión son los costes y ganancias políticos de esa reelección.
Pues, como ustedes dicen: soldado avisado…se las arregla para sobrevivir y Maduro hizo, pragmáticamente, lo correspondiente. Les parezca fraudulento, desesperado, fascista, reaccionario, inconstitucional, ilegal, o una mierda. La reacción pública del Estado a esa bofetada electoral, era la esperada.
Como los deseos no empreñan; prácticamente el Estado, no cambiará su postura; aún le endosen a las demandas, no solo la propuesta de Lula de un gobierno de coalición para resolver la crisis y el desafiante restriego de votos en la cara de Maduro, que realizan los críticos electorales. Maduro ganó las elecciones y por el momento, no hay marcha atrás.
Aunque, los problemas del desempleo, bajos salarios (es otra forma de desempleo), migración, represión estatal, siguen siendo graves, y como el marcianito no se llevará a los venezolanos a su planeta; unos emigrarán, otros se quedan sobreviviendo y los mejor conectados con el gobierno la pasarán regular; aun viendo esta situación, el Estado y su gobierno continuará con sus improvisaciones jurídicas y políticas para cada caso.
Debido a esto, las izquierdas y los interesados en resolver la situación grave de muchos venezolanos, se encuentran hoy, frente a un fenómeno que modifica y transfiere las esperanzas en el país, hacia otros horizontes.
Ahora, la oposición, principalmente de izquierda, urge que de otra embestida contra el gobierno y genere horizontes políticos sociales tangibles, alcanzables para la ciudadanía. ¿De qué forma?
Ya se está ensayando la constitución de Frentes Amplios Unitarios; se tiene que entrar en debates ideológicos políticos; pero se debe luchar fundamentalmente por la libertad de los reos políticos y por la solución de los problemas básicos: incremento salarial y de pensiones, mejorar los servicios públicos: salud, vivienda, electricidad, canasta básica, educación pública.
La cuestión del socialismo y de PDVSA, es de repensarla. Hay que pasar del pueblo reunido, al pueblo unido y eso, no es una mera consigna, sino, una necesidad política del país, en este momento y de cara al futuro.