Alerta alimentaria

Quienes se rasgan las vestiduras por la libertad de expresión mientras malversan su enorme fuerza comunicacional en ocultar hechos relevantes del acontecer nacional, tienen en la carencia de amistades sinceras su mayor debilidad.

El momento estelar del liderazgo mediático en la política venezolana concluye con pena y sin gloria, dejándoles rezagados en la espumosa estela de fracasos que ahora comparten con los viejos partidos reformistas.

Nunca sospechamos que llegaríamos a verles suplicando respaldo a la opinión pública que tanto despreciaron. De nada sirve hoy silenciar barbaridades como el reciente atentado terrorista perpetrado por cabeza de motor y su banda a la sede del gobierno Mirandino, igual nos enteramos de Irak o Afganistán.

Tampoco dará buenos dividendos haber celebrado al aire la liberación del asesino Posada Carriles por las autoridades de la Injusticia Norteamericana.

Ante un viaducto que avanza conforme al cronograma a pesar de la sarcástica campaña desplegada en contrario, el silencio prepotente sólo magnifica el daño irreversible en la credibilidad de la audiencia.

Parece tarde para pasar la página inconclusa y entregarse a una nueva ilusión. Tras dos semanas promoviendo la madre de las movilizaciones a favor de RCTV y la libertad de expresión, nunca se mostró en cámara el recorrido por las calles de Caracas de la escuálida marcha resultante; el homenajeado se refugió en su programación regular dejando a Globovisión la “primicia” de mostrar el histórico recorrido en un improvisado planito, una y otra vez hasta que se logró llenar con gran esfuerzo el callejoncito donde un grupito entarimado de peores actores dieron lástima antes de regresar a comerciales para no volver.

El patético cuadro suicida de tapar una metida de pata con otra es indicador claro de la abdicación de los medios privados en favor de poderosos grupos económicos que han tomado las riendas de la mermada oposición, estratégicamente enquistados en la cadena alimentaria. Tienen meses ensayando especulación y desabastecimiento artificial de productos básicos en claro desafío a la capacidad de respuesta gubernamental. Ablandan lo que consideran el flanco débil de la revolución antes de proceder con el zarpazo final, pero en el tanteo del momento más favorable, olvidan que serán medidos con la misma vara.

Sardinas, queso, leche, huevos, pastas, harinas, pollo, carne vacuna y de pescado son algunos de los productos con los que juegan descaradamente Polar, Mavesa y otros esbirros del atadero de usura que continuarán golpeando a la familia venezolana hasta tanto el estado no tome control de las líneas de producción, distribución y ventas donde se atrinchera la extorsión cobarde.

cordovatofano@hotmail.com


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Daniel Córdova Tofano


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Daniel Córdova Zerpa

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