Con estupor hemos oído como algunas personas acuden a los partidos de la Copa América con el único fin de corear sus gastadas consignas políticas de siempre. A lo lejos, por las transmisiones de TVes se deja colar esa letanía de cánticos que resumen la verdadera esencia de un movimiento opositor recalcitrante e inmediatista, que se quedó como congelado en el tiempo y el espacio, con la vista puesta en el retrovisor y el recuerdo fijo en los efímeros momentos de gloria de su golpe de Estado, sus guarimbas, su paro-sabotaje-petrolero, su navidad sin béisbol y harina pan y sus maratónicas colas para hacer gasolina. Con este ritornelo: “¡Y va a caer!, ¡Y va a caer!, ¡Este gobierno va caer!”, o el no menos célebre: “¡Se va!, ¡se va!, ¡se va!, ¡se va! ….”, los oposicionistas expresan su único proyecto de país y su única meta de vida. No tienen más nada que decir, ni ofrecer al país. No creen en la democracia, les importa un bledo el peso de las mayorías populares y están convencidos de que Venezuela es el Sambil o las peluquerías que frecuentan. Esa extraña forma de realizar oposición inflingiéndose tremendos daños a si mismos, cada vez les produce más goce. Por eso salen desgañitados exigiendo aumentos en las matrículas escolares de sus colegios privados, cuando el gobierno congela las tarifas. Tampoco están de acuerdo con la regulación de los servicios de sus clínicas privadas y se les desorbitan los ojos reclamando el monto máximo a pagar. Con lo Copa ha sucedido otro tanto, en vez de vivir a plenitud la fiesta sagrada del fútbol y enfocar todas sus buenas energías (si es que les quedan algunas pocas) en ligar un éxito para la vinotinto, estos babiecas acuden a los estadios a tratar de empantanar la Copa y politizarla con su caca mental. Como el éxito del magno evento y de la Vinotinto ha sido un espectacular triunfo de Venezuela toda, eso les molesta. Por eso le picaron los cables del audio a uno de los partidos transmitidos por TVes y repiten como autómatas sus consignas huecas. De cualquier modo, sus intentos por guarimbear la justa futbolera han sido en vano. La Conmebol ha dicho bien clarito que tenemos el privilegio de haber organizado la mejor Copa América, en sus noventa años de historia. Así que pueden seguir rezumando su odio en los estadios. Imagino que los chilenos, brasileros, argentinos, colombianos, peruanos, mexicanos, paraguayos, uruguayos, gringos, ecuatorianos y bolivianos, que han venido al país para aupar a sus respectivas selecciones, deben estar atónitos con el bochornoso espectáculo de unos señores que son capaces de profanar el templo sacrosanto de un estadio de fútbol con la politiquería más ramplona. ¡Cosas Veredes Sancho!.
PD: La matriz de opinión según la cual el gobierno malvado acaparó todas las entradas de la Copa América para dejar afuera a los escuálidos, nuevamente quedó desvirtuada. Es una lástima que no lo hicieran, pero es que a nosotros no nos mueve el odio y el resentimiento que a ellos los carcome. Pase lo que pase estos tipos se van a seguir pudriendo en su pantano.