No cabe la menor duda que la medicina privada, es la expresión misma del capitalismo salvaje. Mientras más enfermos, mas negocios de la enfermedad. No existe dolor, ni suplica humana, que al momento del ingreso a una Clínica Privada, pueda obviar el trámite criminal e insensible de la clave del seguro, o el depósito en efectivo y/o tarjeta de crédito, que de garantía de vida, a un venezolano cualquiera. Amén de la hostilidad en el trato que adereza la atención, dada la abundancia de “CLIENTES ENFERMOS”, que demandan cual vulgar mercancía, los primeros auxilios.
Sin duda alguna, la mentalidad capitalista ha contaminado todos los sectores de nuestra sociedad, en especial los más sensibles. Es el caso de la salud y la educación. A ambas las han convertido en una mercancía, y como es la enseñanza del capitalismo, “mientras más cara, mejor”. Juego en el cual, hemos caído como moscas embobadas, gracias al manejo mediático y consumista de la doctrina del libre mercado perverso y alienante, que nos han dispensado nuestros medios de “incomunicación social”, que finalmente son medios de opinión particular, al servicio de intereses y capitales mezquinos.
Pero volviendo al tema que nos ocupa, si existen responsables históricos, en la realidad que hoy enfrentamos los venezolanos, en el calculado deterioro de la atención pública en salud. La inversión de camas de hospital público a camas de Clínicas Privadas, tuvo su auge en los años noventa, en pleno proceso del relanzamiento del capitalismo, en eso que se conoce como, GLOBALIZACIÓN. En esos tiempos y actualmente, la acción privatizadora, como expresión concienzuda del plan, continúa contando principalmente, con la formación académica de médic@s, carentes de toda sensibilidad y solidaridad social; así como también, respaldada con el silencio cómplice de la Federación Médica Venezolana golpistas (FMVg) y la de los Colegios Médicos de Venezuela (adecos eunucos) (CMae), que solo abren la boca, es para argumentar inconsistencias reformistas, ya que de otra manera, estarían atacándose a ell@s mism@s; puesto que un importante número de “TRAMPAS COMERCIALES MÉDICAS” peri-hospitalarias, y no ni tan trampas (léase grandes Clínicas o sea super trampas), son propiedad de estos flamantes dirigentes “GREMIALEROS”. Las que no son de su propiedad, cuentan con el tácito aval de estos irresponsables, sobre quienes reposa el arcaico compromiso legal de convalidar la permisología, supervisar y sancionar los actos contra el digno ejercicio de la medicina y ser garantes de la adecuada praxis.
Vemos de igual manera como ante la vista perdida en el horizonte de la derecha de la FMVg y CMae, son explotados los médicos residentes, casi rayando en la esclavitud del ejercicio de la medicina salvaje; que aunque están mejor pagados que en el sector público, es pírico su sueldo, ante las groseras ganancias de estos establecimientos de la “enfermedad”. No pretendo defender la permanencia de los colegas en el sector privado, lo que pasa, es que la irresponsabilidad acumulada de estos “lideres gremialeros”, también fue cómplice fundamental, para garantizarle a la empresa privada de la enfermedad, el recurso humano proletario médico, barato, abundante y sufrido. De allí las malas condiciones salarial socio-económica que hoy sufrimos mas del ochenta por ciento de l@s médic@s venezolan@s. Más aun, cuando en el estado venezolano, se desdibujo en los noventa, como parte del plan, la permanencia y continuidad del ejercicio de l@s médic@s, una vez graduados o post-graduados, bajo la responsabilidad del la nación, en condiciones que le diera el sentido social y solidario a la práctica médica exitosa.
Pero la corrupción allí no se detiene en este sector. Si la CORRUPCIÓN. ¿O es que creen que en el sector privado no hay corrupción?. Son desproporcionadas las masas de dinero que reciben las Clínicas Privadas, provenientes del pago por mercancía en salud, tanto proveniente de las compañías de seguros privados, de los pagos del estado venezolano, como los recursos provenientes del pago en efectivo o tarjetas de crédito. Dineros que son manejados, por la mayoría de las clínicas como les da la gana. Difieren el pago a l@s médic@s por concepto de honorarios profesionales por meses, hasta años y en el peor de los casos, el desconocimiento de los honorarios profesionales, por un sin fin de razones, que mejor l@s médic@s soportan, ya que su “DERECHO” a la laborar esta garantizado, si su borrega actitud, así lo refrenda.
Finalmente debe quedar claro que las Clínicas Privadas, son lo que son hoy día, gracias a todo lo antes dicho, y a que es el estado venezolano es el primer aporte dinerario hacia estas, a través de la contratación de jugosas pólizas privadas de Hospitalización, Cirugía y maternidad; el aporte de fondos administrados para la salud y la contratación de soluciones medico-quirúrgicas en las diferentes clínicas privadas y médic@s particulares del país.
Todo esto posible, en esta herencia de desmontaje del estado nacional, iniciado a finales de los ochenta con la tan cacareada y fracasada DESCENTRALIZACIÓN, la cual ha dado al traste con la rectoría del Ministerio de Salud, fragmentando la responsabilidad en esta materia, y permitiendo que cualquier ministerio, gobernación, alcaldía, instituto autónomo, PDVSA, entre otros, pueda contratar, dispensar, administrar, “negociar”, las diferentes expresiones de salud; impidiendo definir la responsabilidad que redunde en garantizar este Derecho Fundamental de tod@s l@s venezolan@s.
Cuidemos los semilleros Socialistas: la Escuela Latina Americana de Medicina (ELAM); el post-grado de Medicina General Integral (MGI); las Misiones en particular Barrio Adentro I, eje articulador de las políticas sociales del gobierno Revolucionario. Están siendo objetivos de la restauración capitalista.
Creo que la lupa se queda corta y la regulación es tímida.
*Médico venezolano gastroenterólogo. Miembro de la CONAMEV (Coordinadora Nacional de Médic@s por Venezuela).
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