Esta noche se entrega el premio ‘’El revolucionario de oro’’. El jurado, por unanimidad ha decidido otorgar tan deseado galardón a un hombre, pero no un hombre común, a un infatigable revolucionario cuyos méritos enumeraremos a continuación para que sirvan de ejemplo a las futuras generaciones que tomarán las riendas de este proceso emancipador.
Nuestro elegido es un hombre de una inteligencia envidiable, su cerebro se cotiza en los mercados de ídem, -muy a su pesar debo añadir- por aquello de la cotización del mercado que va totalmente en contra de sus altísimos e inquebrantables ideales revolucionarios.
Debido a las injustas vicisitudes de la vida, nuestro héroe, ha tenido que mudarse con su cerebro a un país lejano y primer mundista, a uno de esos al que los cerebros suelen fugarse, donde realiza trabajos científicos para salvar a la humanidad. Pero, muy a pesar de haber vivido la mitad de sus casi cincuenta años lejos del país que lo vio nacer, es un consumado ejemplar de la venezolanidad, pletórico de refranes y todo tipo de expresiones autóctonas que lo distinguen de esa multitud hegemónica en la que le ha tocado desenvolverse.
Su misión es clara: encontrar en este arroz con mango llamado revolución bonita a pseudo-revolucionarios, que según el ha expresado en múltiples oportunidades, mas que ayudar estorban.
Siendo nuestro galardonado un experto en teoría política, entre muchas otras cosas, ha podido fácilmente escarbar en este pajar y encontrar agujas muy puntiagudas cuyo delito imperdonable es el pretender seguir siendo ateos -herejía imperdonable por demás- y libres para pensar y buscar ideas, cuando todos sabemos, porque nuestro experto lo ha dicho en repetidas ocasiones, que Dios existe y que se llama Marx.
Paradójicamente aplica la máxima de su mayor enemigo, jefe del impero opresor, quien puso en boga aquella definitiva frase: o estas conmigo o estas en mi contra, por lo que cualquier revolucionario que no se aferre a la doctrina marxista como única tabla de salvación de cuerpo y alma, se convertirá ante los ojos de nuestro apreciadísimo detector de farsantes en contrarrevolucionario y por ende traidor.
Su última captura ha inclinado a su favor la decisión del jurado, no solo debido a la peligrosidad del desenmascarado, sino también por su supina ignorancia.
Se trata de una mujer cuarentona de apariencia agradable, inofensiva y maternal. Una peligrosa chica que podría ser la vecina de cualquiera, portadora de una sonrisa de yonofuí que engañaría al mismísimo líder de esta revolución, pero jamás al implacable revolucionario a control remoto que descifra pixeles hasta dar con la cruenta verdad.
Esta ‘’señora’’ dice ser chavista roja rojísima a pesar de haber tenido una infancia plena en todo sentido, eso incluye - y disculpen los presente que use esta frase- plenitud económica.
Habiendo vivido la tercera parte de sus cortos cuarenta y poquitos años en el exterior, rechazó sin dar explicaciones convincentes la residencia americana (léase USA). No conforme con eso, la muy arpía, declinó sospechosamente a nacionalizarse española, perdiendo así la oportunidad de obtener un preciado pasaporte de la Comunidad Europea, cotizado objeto de culto entre los de su clase.
Ahora, para colmo de todos los colmos, decidió hace tres años dejar una confortable vida en Barcelona, la de Catalunya, una de la ciudades mas bellas del mundo según estos herejes, para venirse a nuestra pujante y luchadora patria con su esposo y su pequeña hija dizque a apoyar a la revolución y vivirla plenamente. Para rematar, le dio por parir a una pequeña bebé en pleno año electoral. No me podrán negar ustedes que esta mujer es una apátrida.
Su estupidez consiste, y es eso lo que la descubre por completo, en que le da por escribir artículos que la llevan a infiltrarse en el chavismo de manera premeditada y alevosa. Desde allí se atreve a expresar que no ha leído a Marx y que ella se siente revolucionaria muy a pesar de tan grave falta. ¿Quién, señores del jurado, puede creerse semejante patraña?
Nuestra estúpida ignorante, no solo escribe, sino que lo firma con su nombre y apellido, pone su foto en su blog para que veamos todos su carita de inocentona. Además recibe cartas de sus secuaces que simulan insultarla y dejó de hablarle a sus amigos y familiares que le negaron el saludo por participar en tan aberrante aventura.
Aventura frustrada que hoy llega a su fin gracias a nuestro lejano pero cercanísimo Revolucionario de oro, a quien esta noche premiamos con un diploma, un garrote y un potecito de baygón, este último para matar tábanos culeros, como jocosamente llama nuestro héroe a tan nefastos personajes.
Para terminar el show de esta noche, la indigna fémina que jugó con fuego y se quemó pasará al paredón cedido a esta organización por Torquemada Corporation, para que nuestro Revolucionario de oro se desfogue rociándola con pestilente baygón al son de unos garrotazos, no sin antes colocarle un lacito rosado en su cabeza vacía de ideales.
En una noche tan linda como esta…
Telón.