Alí hoy escribo para ti. Hoy cuando cumples 65 años, hoy cuando te sentimos tan vigente y tan nuestro, no hay distancia ni circunstancia que nos haga imaginar siquiera que no estás.
Tu presencia se ha hecho canción, tu canción se ha hecho mensaje y ese mensaje sigue siendo la reflexión necesaria, oportuna, solidaria y comprometida que tanta falta hace para apuntalar nuestro proceso de cambios y salvaguardarlo de los oportunistas, los acomodaticios y los fariseos.
Revolución y amor son sinónimos, nadie puede convencerme de lo contrario. Eso lo aprendí en mi formación de hogar, y lo suspiré en las canciones de Alí. Aún recuerdo cuando tuve la suerte de verlo por primera vez. Era aún una adolescente, pero sabía a quién estaba escuchando y sabía el por qué de esas letras.
En una inmensa grúa, la voz de Alí, con su guitarra y su verbo, se pasearon sobre los miles y miles de personas que, en la Av. Bolívar de Caracas, se reunieron para el cierre de campaña de un sempiterno candidato de izquierda. Alí siempre fue más que poesía, quienes lo definen como eso, se quedan cortos en sus apreciaciones. Alí fue guerrilla hecha música; fue conciencia en dolor mayor; fue el reconocimiento a la Patria Grande que es la América toda; fue irreverencia suprema ante las injusticias, ante el opresor, ante el imperialista.
Alí trascendió fronteras y transcendió un tiempo. Los venezolanos lo extrañamos, pero también lo recuerdan y lo aman en El Salvador, en Nicaragua, en Cuba, en la Chile de Salvador Allende, en Bolivia y en la Argentina, entre otros países donde es ejemplo y referencia.
“Hace mil hombres un día”, la escribiste para El Che, pero como tú también eres un guerrillero heroico, hoy te decimos que tus manos siguen viviendo, tus manos dicen pueblo, pueblo, pueblo. Tus manos Alí, llenan de fe la victoria, esa victoria que estamos perfeccionado, esa que construimos todos los días, que estamos haciendo Reforma Constitucional; esa misma que vemos ejemplificada en las misiones, esa que defendemos de la “boliburguesía” (término que utilizo con el permiso de Nicmer Evans), esa misma que no andará jamás en Hummer, esa que convoca la unidad, esa que nos recuerda que debemos juntar nuestras manos, pues la Patria lo reclama.
Alí el visionario, Alí el sincero, el fuerte, el firme, el poeta… tu regalo de cumpleaños es bien bonito, huele a caramelo y es una Patria consciente que está naciendo desde sus consejos comunales, a pesar de esas mentes hipócritas y estólidas que aún hacen peso, pero que como todo lo malo, serán vencidas por el campesino, por los obreros en sus consejos de fábrica, por sus estudiantes gallardos y gallardas, por sus amas de casa, por sus artistas, por sus indígenas, sus trabajadores por cuenta propia que ahora SI tendrán derechos y seguridad social… en fin, por esa gente sencilla que es letra de tus canciones. Feliz Cumpleaños en ese cielo de justicia donde reposa tu alma.
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