Cuando estuve en el Poliedro disfrutando de la poesía y de la música de los cantautores Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, recordé que si hubo algo que me impresionó cuando visité España fue corroborar cuán orgullosos se sienten allá de la familia real. A los españoles les encanta el “Su Majestad” y hacerle la reverencia a cualquiera del linaje Borbón. En el Museo del Prado de Madrid, vi tantos salones repletos de retratos de los reyes, borbones y borboncitos, infantas, reinas y príncipes, en cuanta pose se le ocurrió al talentoso Velásquez, que sentí pena ajena de tanta pleitesía al óleo.
Unas horas después Juan Carlos perdió siglos de compostura y le espetó al Jefe de Estado venezolano un “por qué no te callas” cargado de cientos de años de arrogancia y desprecio.
Y es que creo que olvidar el fondo de la “disputa” que es el hecho incontrovertible de la responsabilidad que tiene José María Aznar, en comandita con Bush y Blair, de la muerte de casi un millón de iraquíes, es de una doble moral desquiciante. Lo de fascista le queda chiquito.
Pero los españoles, con todo y lo difícil que me resulta entender su amor por los Borbón, (allá ellos, es la autodeterminación de los pueblos) cerraron filas con su monarca y su genocida ex jefe de gobierno. En cambio, buena parte de mis compatriotas le hicieron un coro afinado a la corona.
Prueba de ello es que en la cita de Serrat y Sabina en Valencia, alguien del público sacó dos carteles que decían “Dios salve al Rey” y “Viva el Rey”. Los presentes, al ver aquellas “originales” frases aplaudieron felices, a lo que Sabina comentó: “Somos extranjeros, y además, somos republicanos”. Y, ¿saben qué? el público también aplaudió ¿? con fervor.
Lo cierto es que los cantantes españoles han estado muy activos con lo que sucede en el país. El primero en zambullirse en la polémica fue Alejandro Sanz en un ya lejano 2004, lo cual, a falta de una versión oficial de la que yo pueda echar mano, le valió el concierto de este año en el país. Pero el que no pudo con su sumisión ancestral, y de una vez se auto excluyó de los escenarios venezolanos no se sabe hasta cuando, fue Miguel Bosé, quien no vendrá a cantar en el país “mientras esté Chávez en el poder”. El platanazo de esta zambullida no tiene competidor.