"La Batalla de las ideas"

La Reforma... un cambio radical con sabor a pueblo

La reforma Constitucional se ha convertido en la principal arma del proceso revolucionario, la dimensión exacta de su repercusión, la gran mayoría aun no la percibe, sin embargo, el pueblo, en medio de su gran sabiduría popular presiente que le esta llegando momentos estelares y cuan gigante adormecido se despereza de un letargo de siglos.

El líder entiende perfectamente su rol en estos momentos cruciales, no soy de los que piensan que las cosas no se deben decir en algunos momentos, por el contrario, si alguien debe estar claro, orientado y consciente del rol a desempeñar deben ser los pobres de la patria, sujeto histórico de este cambio colosal. ni siquiera en los países llamados del "Socialismo Real" vivieron momentos tan estelares como el que estamos viviendo los venezolanos; la patria de Bolívar, de Sucre, de Ribas, Zamora, entre otros grandes revolucionarios.

La batalla del siglo 21 se traslada a "la batalla de las ideas", quienes lo afirman no están errados en lo absoluto, por el contrario, interpretan que estamos en medio de una "guerra sutil", en donde la claridad en las ideas, la acertada estrategia y la oportuna táctica serán determinantes a la hora del "quiebre histórico".

Como señalamos al principio, la reforma es el arma poderosa que intenta, por una vía inédita derrumbar la superestructura capitalista para construir sobre sus cenizas la nueva sociedad. En anteriores oportunidades destacamos que una de las virtudes de este proceso bolivariano estriba justamente en que de un sopetón recupera las armas ideológicas de la oligarquía como la democracia, la participación colectiva, entre otros, que vienen a ser la esencia del socialismo; otros pueblos no corrieron con igual suerte, ríos de sangre corrieron para lograr su liberación, guerras interminables, violencia, muerte y desosego. Son otras realidades; esto no nos puede hacer dormir en los laureles; el caso venezolano se le ha convertido al capitalismo internacional en un verdadero "nudo gordiano" que no han desentrañado pero que justamente producto de esa desesperación pudieran las fuerzas oligárquicas desatar su furia inusitada.

La reforma, más allá de lo meramente jurídico, está demostrando varias cosas fundamentales.

1.- Es posible, con la participación del pueblo labrar el futuro de la patria nueva; ya está demostrado que esto no es solo tarea de pequeños círculos de intelectuales sino que nace de la raíz de un pueblo que con corazón ha decidido ser libre.

2.-Se rescata la esencia de la democracia como valor intrínseco del socialismo, ya no es "descubrir el agua tibia" señalar que "solo en socialismo es posible la democracia".

3.- La lucha de clases se puede librar en el terreno pacífico; con astucia, habilidad, perseverancia y resistencia. Si afirmamos que la democracia forma parte intrínseca del socialismo, sería contradictorio no luchar con las herramientas poderosas que ésta nos ofrece para neutralizar al enemigo de clase, (debo aclarar que cuando hablamos de "enemigo", nos referimos a enemigos de clase, no nos referimos a personas sino a clases sociales).

4.- Para que un proceso se le pueda llamar revolucionario, los cambios tienen que ser radicales, de raíz y los "acuerdos" o "pactos" con la clase burguesa no son posibles si estamos hablando de una verdadera revolución. Igualmente, la democracia, los mecanismos democráticos deben, como en efecto se proponen en está reforma, ser el arma principal de la transformación social.

5.- El poder en manos del pueblo es la única garantía de cambio profundo y verdadero, cualquier desviación solo serviría para caricaturizas a la revolución y a partir de ese momento ésta perdería su esencia.

6.- Si es posible construir el socialismo sin matarse entre todos para lograrlo.

Observarán ustedes que no se trata de una batalla fácil y sencilla, por el contrario, quizás sea más dura o igualmente dura que enfrascarse en una guerra durante años, inmersos en unas montañas hostigando al enemigo ideológico. Con esto no pretendemos desvirtuar este tipo de luchas; todo depende del momento histórico. Hay momentos históricos en donde no es posible ni siquiera intentar la vía pacífica, la derecha es experta en colocar al deslinde a los movimientos populares y para ello está preparada, hacen esfuerzos en lograr ese cometido, invierte miles de millones de dólares en los llamados "tanques ideológicos" para diseñar estrategias, confundir y desviar; a veces lo logran y los pueblos, en sus luchas también dejan en el camino "sus cementerios" de "muertos vivientes" que alguna vez soñaron con la revolución y hoy se observan al lado de los oligarcas, defendiendo sus intereses, convertidos en verdaderos perros de presa del capital internacional. Otros flaquean ante las tentaciones del poder, las apetencias y los prejuicios pequeñoburgueses; intentan colocar obstáculos sin darse cuenta que la rueda de la historia los demolerá. La gran diferencia está en que mientras los capitalistas dedican grandes capitales en los llamados "tanques ideológicos", los pueblos, con "la autoeducación" de la cual hablaba el Che, con la toma de conciencia, con la madurez en el transcurrir de la lucha; cada quien se convierte, con sus propios medios, en una lanza ideológica contra el capitalismo; con sus propias herramientas busca la forma de difundir sus ideas y aportes, que en realidad no son de uno, son de un colectivo, de un pueblo que aprende, que lucha y se prepara en la gran batalla de las ideas y por si acaso en otras también.

El presidente insiste, como experto tirador insiste en formarnos revolucionarios, cada palabra, cada frase, cada discurso se convierte en un rayo de luz; por eso es líder, es un liderazgo natural el que ejerce el presidente, insustituible diría yo. Es por ello que se identifica de una forma tan natural con las raíces de un pueblo, aprende de sus entrañas y el pueblo lo identifica como uno de ellos. Así como decimos estas cosas, no podemos soslayar el tema latente, siempre latente; la locura del imperio. El propio Fidel que con su basta experiencia hace públicas sus aprehensiones, antes que amilanarnos nos anima cada vez más, nos enfrenta a esa horrible posibilidad, pero igualmente nos despierta y nos hace más contumaces, más decididos y resteados.

Hace algunos días conversaba con un hombre humilde, uno de esos tantos héroes anónimos que existen en la patria, tocamos el tema, el lo leyó (la referencia del artículo de Fidel donde señala sus temores por cualquier intento de un loco contra el presidente, contra su vida; instigado por la oligarquía y el pueblo), de una nota publicada por Diario VEA y lo encontré pensativo y me dijo, palabras más, palabras menos, "yo tengo 52, siete muchachos ya, nueve nietos...yo fui militar, del 77, saque tercer grado en churuguara, me vine a Barquisimeto y me reclutaron, me fui al ejército...los cazadores...yo no entiendo mucho esas cosas que uste me dice..., son buenas pero...uste enreda mucho, habla y habla...yo esa reforma no la leí toda, alguna partecita si...pero yo se que eso es pa nosotros...basta conque Chávez lo diga...porque Chávez siente eso, no ve que el también fue pobre...yo no entiendo mucho lo que si sé es dispará un fusil...allí si soy bueno, yo no pelaba y ya los muchachos están grande y si tocan a Chávez nos van a tené que matá a más de uno..."

La burguesía contará con "tanques ideológicos" pero este pueblo está decidido, a veces con desencantos que rápidamente supera, mitiga y continua la lucha, pero está decidido.


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Luis Alberto Toro Ojeda

Publicista. Militante de izquierda. Integrante del Frente Bicentenario de Campesinos del estado Trujillo. Integrante del PSUV.

 latojeda@gmail.com      @latojeda

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