Esta conclusión la hago derivada de los análisis de los resultados en el Centro Electoral en el que, como militante del Partido Socialista Unido de Venezuela ejercí las tareas que se me encomendaron como testigo coordinador por el Bloque del SI y a las que me dispuse con el mayor de los ánimos.
Efectivamente, en ese Centro votan 784 aspirantes inscritos en las filas socialistas de nuestro partido y los resultados arrojaron que por el Bloque A, la Reforma obtuvo 811 votos aprobatorios o por el SI mientras que, por el Bloque B, la Reforma obtuvo 798 votos positivos.
A todas luces, la militancia del PSUV, siguiendo disciplinariamente su condición, depositó en pleno su voto aprobatorio. Pero también es cierto que mas nadie votó por el SI, a excepción de unas 20 personas que se sumaron al SI.
Por esto creo que, si la opción del SI obtuvo 4.379.392 votos a nivel nacional, estos fueron depositados mayoritariamente por los aspirantes inscritos en el PSUV quienes, para el momento en el que nuestro presidente, comandante Hugo Chávez Frías, presenta el Proyecto de 33 artículos que ha su juicio deberían ser reformados, se encontraban construyendo las bases fundamentales sobre las que se construiría el más grande partido político de América Latina, sobre una formulación ideológica de creación colectiva, denominada en principio como el SOCIALISMO DEL SIGLO XXI. De inmediato y de forma disciplinada esta militancia asume la discusión de cada uno de los artículos, los cuales evidencian una sólida cohesión orgánica, una racionalidad monolítica y una visión de estadista del proponente que proyecta el desarrollo de un país, su cristalización como pequeña potencia económica y geopolítica, enraizándola en una filosofía novedosa, humanista y solidaria, incorporando el poder popular en la estructura política del estado.
La construcción del liderazgo popular del partido se suspende transitoriamente, para asumir la coyuntura electoral que se avecina y para ello se aceleran las fases de estructuración interna del Partido; elegimos rápidamente las Vocerías al Congreso Fundacional del PSUV, abortando los procesos naturales en la consolidación del liderazgo emergente con miras a la realización de la Campaña por el SI. Se recurre a revivir el Comando Zamora, donde se agrupan tirios y troyanos, desplazando irregularmente a algunos personajes que con su esfuerzo y claridad ideológica emponderada, venían ya descollando dentro de los batallones socialistas del Partido con sus condiciones naturales para la conducción de los rumbos trazados por nuestro líder máximo.
Como el proceso de estructuración del PSUV suponía una introspección analítica donde cada uno de los aspirantes debía encontrar su rol protagónico, cuando debía asumir la Campaña electoral se encontraba individual y colectivamente “mirando hacia adentro” lo que le impidió ver que, los votos necesarios no solo estaban compartiendo con él en esa introspección partidista, sino que también y sobre todo se hallaban fuera de las filas de aspirantes del Partido. Como militantes y aspirantes del PSUV, la Campaña nos agarró desprevenidos y lo único que pudimos hacer fue seguir lineamientos emanados desde la cúpula del resucitado Comando Zamora. Evidentemente allí no estaba representado el nuevo liderazgo.
Esta derrota, que de manera brillante el Presidente convierte en triunfo, debe contribuir a depurar los cuadros ejecutivos dirigentes, de políticos que desde sus puestos de arrogantes burócratas, están comprometidos con el capitalismo y que conforman la llamada “derecha endógena”, la misma que nos conducirá irreversiblemente a nuevos retrocesos en el proceso revolucionario.