¿Hay días pesados verdad?, este lunes amanecimos casi tan tristes como en aquellos momentos del año 2002, cuando un vértigo fatal nos sacudía el estómago. Lo de ayer fue una derrota, no hay duda, no la disfracemos. Una batalla perdida dentro de la guerra, es verdad, pero también la primera vez que la derecha nos logra doblegar en un proceso electoral.
Sabemos de todos los recursos, mecanismos y mentiras utilizados por el fascismo, ellos buscan derrocarnos y aplastarnos, hacen su trabajo, trabajo sucio, pero su trabajo al fin y al cabo.
Somos nosotros quienes debemos revisarnos. Es la autocrítica la principal protagonista de este momento, es el reconocimiento que hay fallas y graves, es el reconocer que el socialismo no se decreta, se construye y con la imprescindible conciencia de los trabajadores y del pueblo.
Algunos dirán que aprovecho para hacer leña del árbol caído, de nuestro líder y Presidente. Pero es la verdad, la reforma constitucional no era compacta, no era sólida, si la primera entrega hecha por el Presidente Chávez tenía algunas incongruencias, lo que hizo la Asamblea Nacional lo empeoró todo. Repito, el Socialismo no se decreta.
Pero además de las dificultades para que los lunares de la reforma no taparán sus bondades, que también es cierto, eran muchas, debemos revisar la gestión del gobierno, revisar si de verdad, tenemos gobernantes revolucionarios y no sólo de discurso y de vestimenta sino de práctica. El Presidente sólo no puede y acompañado de ineptos mucho menos. Presidente Chávez no nos diga al pueblo que su equipo es el mejor equipo de gobierno, porque no le creemos, porque en la práctica está demostrado que en su gran mayoría son ineptos, ineficientes y llenos de vicios políticos y éticos.
Presidente su equipo es el responsable de que el pueblo no diferencia la actual gestión de las gestiones de gobierno anteriores. ¿Verdad que entre coimas, contratos, contratistas, obras mal hechas, trámites administrativos engorrosos, displicencia con el enemigo no prospera el socialismo?.
Presidente, la reforma y la profundización de nuestra Revolución para primero por la construcción de conciencias y actuaciones acordes con el ser revolucionario. No podemos hablar de socialismo cuando no empezamos, porque el Estado en su rol de patrono, se comporte como un Estado socialista con sus trabajadores.
No podemos hablar de socialismo, cuando con petróleo a 80 dólares, se deterioran los servicios públicos y se permite que los empresarios generen el desabastecimiento de productos básicos. No podemos hablar de socialismo cuando se beneficia a una clase media que detesta la revolución con privilegios para comprar dólares a precios preferenciales que luego venden al triple en el mercado negro. Si, es así, una élite favorecida que odia a sus benefactores, mientras más allá, el pueblo clama por atención.
¿Vimos o no vimos caravanas de vehículos Hummer en el cierre de campaña?, usted mismo cuestionó ese símbolo de despilfarro de dólares, de combustible y de mal gusto de la clase media venezolana, pues muchos de sus funcionarios se desviven por tener uno de estos monstruos de vehículos y las exhiben, como cachetadas infames en el rostro del pueblo.
Queremos una revolución para el pueblo, con el pueblo.
Los contratistas y los reyes de la coima están apoderados de nuestro proceso, tenemos secuestrada nuestra Revolución, Presidente, vamos a rescatarla.
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