Las Organizaciones Revolucionarias de Tovar (partidos políticos, consejos comunales, sindicatos, cooperativas, gremios en general), reunidos hoy miércoles 05 de diciembre del 2007, hemos analizado los resultados electorales del referéndum organizado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), para aprobar la propuesta de Reforma Constitucional. De ese análisis hemos concluido en lo siguiente:
Primero.- Que los resultados electorales a favor del NO son la consecuencia inevitable de la ausencia de liderazgo en nuestro municipio.
Segundo.-Que al disolverse las organizaciones partidistas para darle paso a la formación del partido de la Revolución Bolivariana (PSUV), la mayoría de revolucionarios quedamos a la deriva, desde hace un año, sin orientación ni sitio de reunión. Que la participación política se redujo: (1) A ver los actos del teatro Teresa Carreño; (2) A oír los emotivos discursos que allí se pronuncian cargados de ofrecimientos y consignas que allí se vocean; (3) A oír cada domingo el ¡Aló Presidente!. Quedamos convertidos en revolucionarios apoltronados en sillones para ver la revolución por la pantalla del televisor. Es necesario crear 24 Teresa Carreño, uno en cada Estado; y 335 ¡Aló Presidente! Uno en cada municipio.
Tercero.- Que las organizaciones populares (consejos comunales, cooperativas, gremios, etc, ) no tienen la capacidad política para asumir la confrontación que envuelve la propuesta de Reforma Constitucional. Falta el partido revolucionario.
Cuarto.-Que como consecuencia de la ausencia de liderazgo y de organización política, la mayoría de simpatizantes y militantes de la Revolución Bolivariana no recibieron la información necesaria para entender, aceptar y defender la propuesta de Reforma Constitucional. Las mentiras de la oposición encontraron terreno abonado en la campaña contra el socialismo. El pueblo llano de obreros y campesinos pobres saben de socialismo lo que los enemigos del socialismo han dicho, repetido e inculcado desde los púlpitos, los institutos de educación, los medios de comunicación, durante cien años. Tan sólo necesitaron repetir sus mentiras para regar y hacer brotar la simiente de sus falsedades. Nadie salió a contrarrestar la impostura con el fervor y dedicación propias de los procesos revolucionarios.
Quinto.- Que tenemos graves fallas de organización, de formación ideológica, de teoría revolucionaria y de práctica revolucionaria, necesarios para dar la batalla contra la explotación capitalista, para el enfrentamiento clasista, así como, contra las agresiones de la oligarquía, de la jerarquía católica, del imperialismo y de la campaña mediática.
Sexto.- Que nos comprometemos a corregir nuestras fallas y aprender de nuestros errores para ser verdaderos revolucionarios y avanzar por el camino del socialismo auténtico, como meta de nuestra liberación.
Séptimo.- Que los resultados electorales del 2 de diciembre, confirman:
A.-Que tenemos un Consejo Nacional Electoral garantía de imparcialidad, de confiabilidad como expresión de la autonomía de los poderes.
B.- Que las mentiras mediáticas tanto contra el CNE, como contra otras instituciones del Estado y contra la persona del presidente Hugo Chávez, carecían de fundamento. Mentiras que se desvanecieron y ahora constituyen la mayor derrota de la estorbo. El presidente Chávez es auténtico demócrata por su legitimidad, sus actuaciones y las constantes consultas electorales que le hace a las mayorías nacionales.
C.- Que la reforma de la Constitución, ¡por ahora! está postergada, pero ha de volver como otro gran triunfo electoral de las mayorías nacionales. Jamás como triunfo pírrico.
D.- Que así como la oposición perdió poder en el golpe de Estado, en el sabotaje petrolero, en el Referendo Revocatorio (15 de agosto); ahora, su discurso montado en la mentira, se desmoronó. No tiene nada que ofrecerle a las mayorías nacionales de obreros y campesinos pobres. Las cifras electorales de los últimos nueve años confirman que la oposición no convence, permanece estática, sólo alimenta sus vanidades de dominio. He ahí su mayor derrota. Quemaron la última carta, su juventud ingenua, con su discurso ambiguo, falso, aburguesado y vano.
Octavo.- Qué sólo podemos corregir nuestras fallas, y aprender de nuestros errores por medio de la organización, de la práctica revolucionaria, del estudio de la ideología y la teoría revolucionaria y de la disposición para avanzar en la construcción de nuestro proyecto revolucionario al hacerle honor a la consigna ¡Patria, Socialismo o Muerte! ¡Venceremos!
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