¿Tu también Bruto, hijo mió?

Con estas palabras de Julio Cesar a su hijo Bruto, al momento de asesinarlo, me voy a referir a los dichosos llamados a reconciliación.

¡Que reconciliación ni que ocho cuartos!

Para reconciliarse con alguien, primero tenemos que estar disgustados y reconocer cual es la razón del disgusto.

¿Cuál es el disgusto que tienen contra nosotros los bolivarianos?

Les voy a nombrar algunas de las causas del disgusto en contra de nosotros:

* Todos tenemos derecho a estudiar.
* Por fin se reconoce a los pueblos indígenas.
* Tenemos derecho a la salud gratuita.
* Tenemos derecho a la alimentación justa y balanceada.
* Podemos elegir a nuestros gobernantes con libertad y pulcritud en los resultados.
* Tenemos derecho a reclamar que se nos paguen nuestras prestaciones sociales.
* Podemos protestar por lo que queramos, cuando queramos.
* Tenemos derecho a la vida.



Si continuo enumerando todos los derechos que hemos ganado, o mejor dicho recuperado en estos últimos nueve años, no nos alcanzaría el tiempo ni el espacio para nombrarlos.

Estimados compatriotas, la reconciliación de la que se hace mención, es solo eso una palabra.

No se puede reconciliar dos visiones del mundo tan dispares.

Unos piensan (los que piden reconciliación) que los negros, indios, mulatos y en general los pobres del mundo y en este caso de nuestra patria Venezuela, no podemos hacer otra cosa mas que ser sirvientes de una clase y que social, pero que en realidad son personas muchas ellas que después de haber estudiado y cambiar el rancho por la casa, se creen que los que se quedaron en el rancho no sirven para nada y por lo tanto hay que oprimirlos, callarlos y echarles plomo y plan en el momento en que reclamen sus derechos.

En cambio nosotros los que a pesar de tener o no tener una cosa u otra, no cambiamos nuestro pensamiento humanista por nada del mundo y queremos que todos seamos iguales, que tengamos los mismos deberes y derechos y no solo en el papel sino en la practica.

Compatriotas, no tengamos odio en nuestros corazones, pero las ideas y los valores no se negocian ni se reconcilian.,

La igualdad no se negocia, la solidaridad no se negocia, el patriotismo no se negocia, todos los valores que nos inculta el pensamiento Bolivariano, no son negociables ni reconciliables con el pensamiento transnacializado de muchos compatriotas, que solo estan lamentablemente a la espera de la primera oportunidad de dar el zarpazo para traicionar a su patria y a sus conciudadanos.

Camaradas, nada de reconciliación. No se puede reconciliar lo bueno con lo malo, la luz con la oscuridad, el amor con el odio.

Compatriotas, sigamos adelante sin detenernos, apoyemos a nuestro presidente, ayudémosle a corregir los errores cometidos, pero con honestidad y lealtad, si hay algunos compatriotas que no lo estan haciendo bien, bueno saquémoslos de los puestos de gobierno, pero eso si por la vía democrática y legal y sin traicionar el proyecto de país que todos queremos ya que este proyecto Bolivariano esta por enzima de todos nosotros y las aspiraciones que todos tengamos de una forma o de otra.

Sigamos trabajando sin descanso, vayamos decantando la roca en el camino y de esta manera irla puliendo y quitándole todas las aristas que nos van y nos estan rajunando en este camino, que no es otro que el de la felicidad de la patria.

No le hagamos a nuestro Presidente lo que Bruto le hizo a Julio Cesar, guardando las distancias claro.

Roger48363v@hotmail.com.


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