Traidores de la democracia moribunda y los últimos recogelatas socialistas





Patria es el lugar donde se ha nacido, y debería ser, sinónimo al conjunto de personas que están asociadas entre sí de corazón. En Venezuela se hacen antónimos muchos casos pues, hay apátridas por patriotas. El colectivismo, la plataforma que denuncia las desigualdades sociales y propugna la distribución mas justa de la riqueza entregada por la patria, se llama socialismo.

En el proceso revolucionario bolivariano, aparecen izquierdistas que estiman el valor del capital que poseen para generar mayor interés y ganancia, atesoran la revolución de los labios, “sin tocar el cochino dinero con sus manos”, para que se amase en cuentas bancarias que se inflan como cotufas. Así tenemos capitalistas por socialistas. Es lo que se hace destrucción, causa de una ruina o la privación de los derechos ciudadanos en lo que llamamos muerte moral.

La cesación de la vida es un aspecto físico natural, en algunos casos provocada, pero, en el ciclo normal del ser humano, quien no tiene patria y vive en desigualdad, es una especie de difunto viviente. Hay distintas formas de ver la muerte, pero la única gratificante, se hace “cuando se muere en el intento” por dar mas vida precisamente. No es de extrañar la vida agonizante de una patria manoseada por la democracia y el libertinaje cultural moderno. De allí la búsqueda de la patria buena.

La maduración del proceso de cambio asusta a quienes se enquistan como cáncer en el poder y creen tener paliativos para enfrentar el volcán popular que grita ¡venceremos!. Los “recogelatas” nuevos ricos que corrompen, todavía emanan el hedor que el pueblo olfatea para identificarlos y los ricos de cuello blanco con perfume artificioso del pasado democrático que creen poder colarse también, porque cuando ellos hablan, provocan urticaria a causa del veneno que botan por la boca.

Comienza el combate por la vida. La guerra “por ahora”, es una lucha pacifica que no permite la entrega de la patria y la libertad para ser sumisa al titiritero mayor del planeta. La falta de energía se hace súplica del poderoso que, para obtenerla simplifica con invasiones acomodadas en “lobby” de traidores a la patria, mientras una cámara se hace presente y se convierte en el espía que vende información de su gente para mercadear sus intereses y cobrar con vacaciones en la patria de su imperio soñado.

Nuestros hijos modernos guardan en su mente el “Chip” fotográfico de quienes son traidores. Palpan cada palabra que el corazón graba en un subconsciente enviado al cerebro. Mi repudio es por aquellos que no defienden la patria...debemos comenzar por decir siempre “en nuestro país” con el sentimiento y el sentido de pertenencia mas allá de la repetida y despectiva expresión “en este país”. Por eso, el pueblo venezolano ha entendido bien, cuando se parafrasean tres palabras claves para el cambio soñado por Bolívar...“Patria, socialismo o muerte” que retumba un coro ¡Venceremos!

Larry Márquez Peralta – 18.02.08
larryubv2004@hotmail.com


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