Pichirre no es venezolano

Los europeos refugiados, fugitivos, perseguidos o simplemente viajeros que dejaron escritas sus impresiones sobre Venezuela, invariablemente señalaron su asombro ante la hospitalidad y generosidad de los venezolanos. Con o sin razón nos llamaron flojos, impuntuales, irresponsables, indisciplinados, soberbios, orgullosos, levantiscos, rebeldes, insubordinados, pero nunca egoístas o mezquinos.

Es cierto que la fertilidad de la tierra y la bondad del clima están en el origen de la ancestral práctica aborigen de la fiesta, la visita y el don, como también que África nos dio su exaltación musical de la vida, aún en penosas circunstancias. El pasito de la cumbia es el único que permitían al esclavo sus tobillos encadenados.

RIGOR EUROPEO MORTIS

Además, llegamos tarde al capitalismo y a su rigor europeo mortis, religión del dinero que por definición siempre falta y hace falta. Como la abundancia producida por la revolución industrial tenía como meta el dinero y no la gente, el capital y el trabajo llenaron el mundo de miseria y tristeza junto con las mercancías. La alegría de vivir fue abolida por la burguesía, primera y única clase dominante en exaltar el trabajo y el sacrificio (de los otros) y su único placer fue degradarlos todos.

Los movimientos sociales que resistieron y combatieron a la burguesía naciente, combatieron sobre todo su individualismo egoísta, porque comprendieron que los hombres separados no tenían poder. La solidaridad fue concebida originalmente como “solidaridad de clase” e instrumento de lucha. Los burgueses ignoran la solidaridad porque su filosofía es el dominio del más apto, la competencia de unos contra otros: sólo se unen para defenderse del pueblo y someterlo.

GENEROSIDAD Y SOLIDARIDAD

La solidaridad es apoyo, respaldo, ayuda, protección, favor, aval, defensa, adhesión, algo que viene del pensamiento como comprensión de una necesidad. La generosidad es más sencilla y más profunda porque viene del corazón; es esplendidez, largueza, derroche, magnificencia, amor, fraternidad, reconocimiento del semejante como hermano o hermana en la gran familia que somos sobre la tierra. Antes que solidario el pueblo venezolano fue y es generoso. Pero se vuelve solidario en la medida en que se hace universal, es decir conciente. Algunos ejemplos célebres son el apoyo a la huelga petrolera de 1936 y la megacolecta llamada “Marcha del bolívar sobre la Sierra Maestra” en 1958, para ayudar a los rebeldes que luchaban contra Batista.

Por cierto, Fidel vino a Caracas apenas dos semanas después de entrar triunfante a La Habana, para agradecer a los venezolanos su solidaridad. Los cubanos nos han retribuido con creces nuestro aporte y han dado un ejemplo único en la historia universal, contribuyendo con lo que tienen y con lo que no tienen e incluso con la vida, a la independencia, salud y educación de otros pueblos.

EL QUE LE PEGA A SU FAMILIA SE ARRUINA

La pobreza del pueblo venezolano tiene nombre y apellido: el de una oligarquía que se enriqueció durante quinientos años explotando a “sus” trabajadores mientras permitía que las potencias extranjeras explotaran al país. Por eso es doblemente infame que hoy acusen al Presidente Chávez de “regalar” a otros pueblos la riqueza de los venezolanos. Al burgués le duele la generosidad ajena, como le duele que una muchacha entregue, por amor, la belleza que él sólo puede obtener por dinero.

A LA BUENA ALIANZA

Todas las revoluciones son reversibles si no se extienden. La Revolución Bolivariana es frágil en la medida de su aislamiento. Ayudando a los hermanos nos cuidamos a nosotros mismos, como mostró la ayuda latinoamericana cuando la oligarquía petrolera intentó vencernos por hambre con el sabotaje del 2002.

Nuestra economía nos obliga a importar más de la mitad de nuestros alimentos, mientras los hermanos latinoamericanos que producen alimentos necesitan petróleo. Un intercambio entre hermanos es coherente con la naturaleza y con la razón, con la geografía y con la historia. Un mercado verdaderamente libre entre independientes rompe la dependencia de la metrópolis y nos da soberanía alimentaria. Es lo contrario del “libre mercado” neoliberal donde la mayor y mejor parte se la llevan las transnacionales, el Imperio y los países industrializados que, además, pretenden imponernos condiciones políticas.

Argentina Bolivia y Ecuador están ayudándonos progresivamente a solucionar el “desabastecimiento” artificial orquestado por los gringos y la oligarquía distribuidora e importadora de alimentos.

INFELIZ MATRIZ

La matriz mediática sobre “la regaladera” de Chávez es profunda y veladamente racista, una versión corregida de la fracasada matriz clasista de la oposición venezolana cuando aún se creía mayoritaria y llamaba “populismo” a las Misiones sociales, argumentando que el dinero del petróleo no debía gastarse en el pueblo. El racismo y el endoracismo siguen siendo muy fuertes, como lo prueba el trato indignante que las autoridades del Aeropuerto Internacional de Maiquetía aplican a nuestros compatriotas indígenas de Venezuela y América.

“PSYOPS”: OPERACIONES PSICOLÓGICAS

Hoy la guerra psicológica ya no la dirigen “los chicos malcriados de Caracas” (como los llaman en la CIA) sino laboratorios mediáticos de Estados Unidos y Europa. Los mismos que nos alegraron cuando la comunidad científica declaró (falsamente) que el origen del hombre estaba únicamente en África; ingenuamente pensamos entonces que la noticia era un buen golpe al eurocentrismo y la pretendida superioridad del hombre blanco. Muy por el contrario, se trataba de una matriz para colocar a los negros a medio camino de la evolución entre monos y seres humanos… La oposición y sus medios siempre han sido abiertamente racistas, pero ahora están bien asesorados y son de una manera que por sutil no es menos despreciable.

CONTRACAMPAÑA

A la matriz de “la regaladera” de Chávez el gobierno y la revolución bolivariana respondieron débilmente apelando a las virtudes de la solidaridad, un concepto político, y descuidando la importancia de la generosidad en el alma venezolana, un concepto psico-social. Ahora que el gobierno entendió finalmente la importancia de una estrategia comunicacional coherente, es de esperar que se produzca una campaña para desmontar la infame matriz de la “regaladera”. Pichirre no es venezolano.

rotheeduardo@hotmail.com


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Eduardo Rothe


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