Son las mismas caras de hace ocho años, solo desean imponer sus criterios ante un colectivo que busca una esperanza en el ideal del pluralismo partidista. Los viejos líderes buscan imponer su voluntad poniendo en un punto crítico el proceso democrático que vive nuestro país. En lo particular, siempre he sufragado en el Municipio Naguanagua, (Carabobo, Venezuela), y tuve que cambiarme de residencia porque no votaré por un candidato a alcalde que ha tenido tres oportunidades y nunca logró la satisfacción de los votantes de su propio partido. Necesitamos candidatos que movilicen las masas y sobretodo que tengan ideología. Venezuela- Lo dice Fausto Masó- no es un lecho de rosas, hay que trabajar mucho para lograr la captación de un voto. En el chavismo existen muchos candidatos que son derrotables porque carecen de simpatía y sus representantes no pueden controlar una crisis gurnamental. Con ofensas nunca se gana, se debe respetar cualquier liderazgo, porque, las opiniones son necesarias, así sean adversas al sentimiento del partido o en lo personal.
El socialismo del Siglo XXI viene como una carta abierta, donde se plantea una serie de proposiciones de carácter ideológico que originan tensión entre las definiciones del liberalismo, democracia y el mismo socialismo. Fue Lenin, quién definió claramente lo que era una democracia burguesa y su diferencia de la proletaria. Carlos Marx nos acerca a una teoría inclocusa sobre la memoria socialista y los trabajadores. Lamentablemente, las invasiones de terrenos privados y la inoperatividad de las cooperativas nos están llevando a una revisión reformista de la socialdemocracia y los graves errores del partido PSUV, que, nos esta llevando a un criterio muy alejado de la realidad política nacional por carencia de ideología. No existe una articulación histórica entre la vieja democracia y las contribuciones que el socialismo le viene dando al Estado, sencillamente, por la ignorancia entre los representantes de ese liderazgo. Debemos dejar atrás el dogmatismo que origina enajenación política, hay que luchar por una democracia socialista más lineal y disciplinaria. El país se nos esta convirtiendo en un caos por la carencia de un conocimiento pleno de los códigos de cada viejo partido europeo como el alemán y el francés de gran influencia en nuestra idiosincrasia.
Estamos frente a un nuevo ciclo de la historia que nos esta llevando a un enjambre de decisiones, pero, la verdad es una sola. Estamos en un punto de inflexión donde la gran paradoja latinoamericana es como entrar de una al campo tecnológico y reflexionar hacia el nuevo mundo. Con alcaldes y gobernadores inoperantes nunca desarrollaremos esa tecnología, menos aún con los apartidas que solo ofenden nuestra identidad nacional. Aquí debo felicitar a los empresarios que saben interpretar el concepto de socialismo y están en las calles ayudando a los pobres de nuestras comunidades, solventando en algo sus problemas individualizados. Ese mismo pueblo, los recompensará en público.
*escritor/analista