Ese tono peyorativo con respecto a Figueres, eso de que ‘no ha escatimado ocasión para expresar su amistad a EE UU y su adhesión a la política del Departamento de Estado’, ese lenguaje como de compromiso para defender a un régimen (norteamericano) tan ciento por ciento amigo, resulta extraño. Y más si compara con el elogio a la ‘antes pujante y creadora’ Guatemala. Bueno, ya se protestó por lo de Guatemala, pero dejemos que los muertos entierren a sus muertos. No era pujante y creador ese régimen, sino corrompido, inepto, y esto me parece fundamental ENEMIGO de los movimientos liberadores de Venezuela y Cuba. Demostrarle esto a quienes lo saben hasta la saciedad, como son ustedes, sería innecesario. Y en el mismo articulo, se agrade a Romualdi, amigo sincero de las revoluciones cubana y venezolana.[1]
Lo que se sabe era que Serafino Romualdi se había dirigido a Guatemala a cumplir una misión dentro del plan de la invasión, y lo hizo junto con el sindicalista adeco Augusto Malavé Villalba, quien fue acusado por las organizaciones sindicales guatemaltecas de agente del imperialismo.
El 22 de septiembre de 1954, continúa sus ataques contra la revista Humanismo:
En síntesis que la revista se ha trazado una línea: todo lo que sea contra EE UU tiene allí cabida, aun cuando sea los desfogues verbales de un “nacionalismo” sin clientela y con una doctrina de típica estirpe fascistoide, como el de Albizu Campos. [2]
Por esto amenaza con expulsar del partido a Pérez Segnini:
Y que nosotros conceptuamos que en la lucha contra las dictaduras y sus soportes foráneos son aliados, que nos han demostrado consecuencia, el CIO y la American Federation of Labor, y que repudiamos que para defender la infiltración comunista en el movimiento obrero guatemalteco, infiltración por control total, se ataque esos organismos. Este es un problema de partido y como tal debe dilucidarse y por eso estoy enviando copia de esta carta al Comité Coordinador.[3]
Historia verdadera.
jsantroz@gmail.com