La actual "crisis" economicofinanciera que ocurre en EE UU está
consumiendo mucha tinta de parte de marxistas y no marxistas.
Primeramente, dejemos de llamar "crisis" a la quiebra ocasional de unos
capitalistas pertenecientes a un sistema donde sus factores sólo se asocian
para explotar a un enemigo común, pero que fuera de allí aprovechan la paz
laboral para comerse unos a otros.
El mecanismo bursátil siempre ha existido en este sistema burgués.
Establecida una compañía anónima, sus acciones gozan de transferibilidad.
Dichas acciones son dinero fiduciario respaldado en principio por los
activos fijos y variables de la correspondiente compañía emisora. En la
bolsa de bonos , al igual que el dinero bancario, el respaldo efectivo de la
producción real siempre es mucho menor que el volumen de operaciones
bursátiles con las que diariamente "juega" el corredor, así como el volumen
de préstamos en dinero bancario es muy inferior al respaldo en dinero
contante depositado bóvedas bancarias y encales legales.
Efectivamente, cuando los valores bursátiles inician sus alzas, allí están
los compradores quienes verán en cada suba de hoy una posible ganancia a
corto o mediano plazos por especulativas alzas futuras. De manera que la
desgracia de unos será la fortuna de otros. Es una característica
capitalista, acumular para sí aun a costa de llevar a la ruina a los demás.
Es la típica conducta individualista.
La denominación de crisis económica aplicada a las fases de máximo y
mínimo grado de desarrollo económico, es una burda pero bien vendida
analogía con los fenómenos físicos explosivamente ondulatorios
La verdadera crisis del capitalismo sobrevendría cuando la tasa de ganancia
media caiga en picado. La quiebra de unos empresarios de alto giro y de las
Finanzas sólo sirve para iniciar procesos de recuperación que, como si se
partieran de cero, abriría nuevas esperanzas a los mismos epígonos e
incautos de un sistema cuya estabilidad jamás ha existido. También sirve
para evidenciar palmariamente el papel del Estado burgués que no es otro
que defender y alzaprimar el reino oligárquico del explotador capitalista.
Digamos que tales y mal denominadas crisis siempre están en proceso de
presentarse cuando se saturan los inventarios de los mercados de mercancías
reales. Cuando los ingresos de la mayoría solvente es insuficiente para
demandar la ingente sobreoferta. Entonces aflora la alternativa de la
especulación o del "juego bursátil", un mecanismo expedito para todos a
quienes ofrece ganar mucho dinero en corto tiempo y "sin tirar un palo".
Como todo juego azaroso, está preñado de riesgos.
De nada ha servido la copiosa legislación mercantil que rige el
funcionamiento de las bolsas de valores de connotada importancia mundial.
Como quiera que sus administradores también son empresarios, a estos les es
indiferente si quienes ganan hoy pierdan mañana. Ellos cobran su comisión
por cada transacción de subas o bajas. Por eso ríen en la apertura y
cierre de cada día, como si, por ejemplo, la tragedia de millones de
ciudadanos norteamericanos que han perdido sus casas, no fuera una cosa
seria.
Las pérdidas de la bolsa de New York de los años 1929-1933 llegaron a unos
$75.000.000.000. Curiosamente esas "burbujas" explotaron en un octubre
otoñal, como ahora, aunque estas ascienden a unos $700.000.000.000, unas 9
veces mayores, 11% anual, aprox. Esta pérdida será cubierta por los
contribuyentes cuando el Gobierno de EE UU de manera antiliberal y
abiertamente intervencionista, ante el fracaso del libre mercado, inyecte
aquellos $700 millardos. Digamos que el "capital originario e ilícito" de
la alta burguesía también se retoma cíclicamente de los trabajadores en
contratiempos como estos.
No podría ser de otra manera. Un sistema que produce por una lado y por
otro coloca papeles dinerarios en mercados volátiles, cuyos compradores de
hallan despegados económicamente de los dueños de las mercancías reales y
no fiduciarias, es un sistema con alta inestabilidad.
La experiencia de esos años de preguerra mundial no despertó al trabajador
norteamericano. Por el contrario, se negaron al Socialismo ya instaurado en
la URSS como alternativa a las desgracias que engendra el sistema que hoy
nuevamente luce con problemas, aunque desde ya busca sacarle dinero y
ganancias a su propia situación. Para efectuar semejante lavado cerebral,
la mediática emprendida por los epígonos de la oligarquía burguesa se
abocó entonces a pintar de negro la bandera roja del sovietismo de
entonces.
En lo que a Venezuela respecta, debemos tomar estas experiencias ajenas
y evitar que nuestros y más cercanos inversionistas de la oligarquía
nacional sigan alimentando esos mercados bursátiles con bonos de toda
índole. El inminente y proyectado "Banco del Sur" puede recogerlas y
plasmarlas en su constitución empresarial.
Desde acá proponemos que se regulen eficazmente las ventas de obligaciones
a terceros. Proponemos reformas al Código Civily Mercantil y Financiero a
fin de que la emisión de papeles y bonos en general de asociaciones
lucrativas deje de ser libremente endosables. Utópicamente, esta
intrasmisibilidad dejaría sin mercancías especulativas a los jugadores de
la bolsa.
marmac@cantv.net