¿Quiénes
son los golpistas de los medios?
Son los
que participaron en la organización del golpe del 11 de abril 2002,
se reunieron con Pedro Carmona y los que apoyaron su infame “Acta”
para suprimir nuestra democracia y libertad. Son los mismos que estafaron
al país escondiendo la reacción popular. Entre ellos los propietarios
y directivos del diario “El Nacional”, responsables incluso de una
edición que aclamaba al golpe y la dictadura del tirano, que luego
fue apresuradamente recogida, incinerada o escondida.
¿Siguen
siendo golpistas?
Lo son y
siempre lo serán. No tienen marcha atrás porque están a la orden
de sus superiores transnacionales, de quienes dependen. Entrarán en
todas las conjuras y actuarán, cuando y como se les ordene, aún cuando
sepan que el tiempo y el modo sean errados. No pueden mandar como antes
y ahora obedecen y se enriquecen aunque el periódico se venda menos
que nunca.
Si para derrocar a Allende, el diario “El Mercurio” de Chile recibió un millón y medio de dólares de la CIA-ITT, es obvio deducir que Miguel Enrique Otero es un caso severo de mal de Minamata, la intoxicación con mercurio que explicaría su balbuceo e incoherencia. Que explicaría cómo “El Nacional” se atreve a publicar (bajeza obliga) la bazofia que le envían los gringos, ya se trate de una mentira como la de “cinco venezolanos muertos en enfrentamientos en Bolivia”, de estadísticas trucadas sobre la inseguridad o de los pueriles manifiestos del inmóvil “Movimiento 2-D”. Quizás la única acción realmente independiente de El Nacional sea la que practican desde hace 10 años, esconder lo que ellos deciden que los venezolanos no debemos saber.
¿Por qué
atacan a Andrés Izarra?
Evidentemente
los golpea donde le duele, allí donde tienen el corazón, en el bolsillo.
Y porque puso su ingenio en ejecutar y dar órdenes en la batalla de
las ideas; porque ganó terreno comunicacional para el Gobierno y el
Pueblo. Porque supo ejecutar y dar instrucciones para orientar y aplicar
fuerzas y recursos orientados a crear y posicionaron a Telesur en el
continente. Porque ellos sienten como agresión cada vez que se les
arrebata un privilegio o un monopolio. Atacan a Izarra porque dijo lo
que ética, política y sentido común exigían hace tiempo: ni un centavo
más para los golpistas. Amén.
En lo más
profundo odian a Andrés Izarra porque los mostró con toda su arrastrada
miseria, al actuar con dignidad el 12 de Abril 2002 renunciando a su
cargo en RCTV por principios personales y ética profesional, negándose
a ser cómplice del golpe mediático. La dignidad de Andrés Izarra
es, por comparación, la medida histórica de la indecencia de los golpistas
de El Nacional.
¿Cómo
manifiestan su odio?
Pretenden descalificar a Andrés Izarra llamándolo poco inteligente, diciéndole que usa un “tono doctoral”, acusándolo de golpear la Constitución (donde en ningún lado dice que el Estado está obligado a financiar campañas de desestabilización en su contra), llamándolo “ineficiente” al publicitar la gestión del gobierno (la misma que ellos ocultan, falsifican o calumnian) sin mencionar que Chávez es, de lejos, el presidente que más obras y acciones ha emprendido en toda la historia de Venezuela, quien más problemas ha sacado a la luz, y quien ha propuesto y emprendido más maneras de resolverlos. El Ministerio de Información debe cubrir la vertiginosa agencia nacional e internacional del Presidente y, además y al mismo tiempo, desmontar las campañas difamatorias que el Departamento de Estado adelanta contra Venezuela mediante la SIP, Reporteros sin Fronteras, Transparencia Internacional, Human Rights Watch y otras organizaciones de fachada, utilizando los medios a su servicio, como “El Nacional”.
Lo que es
peor (o mejor), los golpistas de El Nacional no tienen manera de enterarse
lo que sabe o no sabe el pueblo sobre la obra de Chávez y otros temas
importantes que interesan al pueblo de la Revolución Venezolana y Latinoamericana.
Por eso fracasaron en 2002 y fracasarán cada vez que cuenten con la
antigua ignorancia de un pueblo que despertó y está cada vez más
conciente de quienes son los enemigos de su libertad.
¿Quiénes
son mercenarios?
Los golpistas
de El Nacional insultan, llamándolos “mercenarios”, a quienes
pagados o no, expresan sus opiniones críticas desde VTV. Una cosa es
segura: existe contabilidad de lo que paga el MINCI, y nadie tiene nada
que ocultar o de qué avergonzarse. Pero los dineros de El Nacional
son un misterio que más temprano que tarde se resolverá cuando el
Derecho a la Información incluya el fin del secreto bancario para los
propietarios y directivos de los medios. Los verdaderos mercenarios
son los actuales herederos de la “Operación Sinsonte” de la CIA,
la larga cadena de palangristas que publican como suyo el material que
les mandan.
¿Conclusión?
Andrés
Izarra tiene que sentirse orgulloso de ser blanco de los ataques de
El Nacional. El es un representante de las nuevas generaciones que aceptaron
el reto de Chávez de transformar el mundo y cambiar la vida, de reinventar
la sociedad, en paz y democracia. No tiene las manos manchadas de sangre,
no ha cerrado medios, no ha censurado ni perseguido periodistas, es
Ministro de Comunicación e Información del país con mayor libertad
de expresión en el planeta.
Los golpistas
de El Nacional no pueden decir lo mismo. Hundieron sus manos en la sangre
del 11 de abril, donde también fueron asesinados periodistas. Los golpistas
de El Nacional son los últimos representantes de un mundo que no termina
de irse al otro mundo, y de un país que sólo existe en su torcida
cabeza, llena de un pasado triste y un futuro imposible de paz sin justicia.
Los golpistas de El Nacional son ejemplo de la indecencia y la vileza
en la manipulación de la información. Son los amos de la prensa que
comen miseria para hacerse ricos e importantes.
Yo he visto a Andrés Izarra pasar hambre. Nunca lo vi comer miseria.