En época de elecciones cualquier cosa que se diga puede ser utilizada con fines proselitistas, pero asumo el riesgo: Caracas anda en campaña. Antes, sí antes, cuando uno se conseguía una tranca en alguna parte de la ciudad el comentario era: “como se ve que estamos en campaña”. Ahora es igual, pero uno no se consigue colas sino verdaderas trancas. Se puede estar en una tranca un par de horas sin que se avance más de una cuadra..Los conductores y conductoras se montan en los vehículos preparados para cualquier cosa. Los motorizados, otrora reyes de la velocidad, se paran en las trancas y conversan entre ellos cual chofer de carro particular: chamo, rolo ‘e tranca. Porque el objetivo principal de un motorizado es llegar a su lugar de destino sin frenar. Si frenan por tu culpa te recuerdan a tu madre, le dan una patada al carro y, en el peor de los casos (mi caso) te gritan: muévete vieja. Así son, todos se creen unos chamos y lo peor es que más de un viejito anda por ahí temblando encima de las dos ruedas.
Pero les decía que Caracas está en campaña. Pero la campaña es un tanto esquizofrénica. Fíjense bien. Se supone que en estos tiempos de campaña los actuales alcaldes deberían hacer un esfuerzo por ayudar a sus posibles sucesores: Rangel ayudar a Chacón, López a Grateron (o a Liliana o al otro o al otro) y Bernal a Jorge Rodríguez, por nombrar sólo tres municipios. Pero lo que uno lo que logra decir es: no los ayuden, compadres. En cualquier esquina, de cualquier municipio uno se consigue aquel cerro de basura, nada proselitista. ¿Será una nueva estrategia de publicidad electoral que ignoro?
Lo cierto es que en la Caracas “encampañada” sobran los problemas. Las últimas lluvias no hacen sino recordarnos la vulnerabilidad en la que viven miles de personas, en el este, en el sur o en el norte. La lluvia no perdona las improvisaciones, sean, rojas, amarillas, negras o azules, por nombrar los colores más utilizados en los pendones de los candidatos a alcaldes.
Quienes ganen, quienes asuman las riendas de los municipios metropolitanos por obra y gracia de la voluntad popular, no se conseguirán en lecho de rosas, sino un camino bastante empedrado. Caracas no soporta más equivocaciones. ¡Que gane Caracas!
* Periodista
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