Hay que caminar dándole el pueblo conciencia de sus derechos y profundizar la unidad ideológica para lograr un verdadero sentimiento demócrata que logre trascender el cariño que debemos tener como unidad de proselitismo y darle un verdadero significado a la construcción de un mundo mejor, donde el único mensaje sea el que provenga de un ideario común, donde todos los hombres tendrán el rol histórico de luchar por la aparición de nuevos lideres que tengan en su seno un verdadero carácter democrático.
El colectivo venezolano debe aprender vivir en democracia y buscar un espacio para aplicar sus realidades concretas con sus postulados para entender el significado de la ética ciudadana y valorizar las técnicas y reglas que favorezcan el bienestar de las mayorías. Las organizaciones partidistas deben mantener su doctrina en un círculo abierto para almodar sus principios a una filosofía que no desprecia la libertad y sus complejas reglas del juego democrático.
La libertad, como ejercicio de la discrepancia y de la búsqueda de acuerdos, determina los efectos prácticos para democratizar la expresión política de una comunidad que ve en el pluripartidismo, una forma de engañar a la gente desde nuestra visión social.
El editor José Cátala expreso en una oportunidad que el pueblo venezolano se ha acostumbrado a vivir en libertad, pero tiene una gran carencia ideológica y política. De allí, las grandes fallas sociales nuestras porque el pueblo ignora vivir en socialismo y ya basta de vivir de promesas y esperanzas. Es necesario que el pueblo comience a hablar de una democracia activa y un socialismo exitoso.
Hay que destruir los oligopolios que controlan la economía mundial y transferir las plusvalías a los sistemas productivos con los consejos comunales en una verdadera acción política y modelar el desarrollo de la economía hacia una nueva visión de país, donde todos los entes de la estructura del Estado provoquen desarrollar verdaderos proyectos de escala social.
Las burbujas financieras auspiciadas por la oposición contravienen la voluntad popular y han destruido la esencia del mismo Estado, que debe implementar nuevas estrategias que nos ayude a perfilar el futuro social de nuestro país.