UNA FECHA, DOS MARCHAS, DOS VISIONES:
Un 23 de enero hace 51 años, el pueblo sabio, el mismo que rescató, el hilo constitucional un 13 de abril hace ya casi 6 años, echó del poder a un dictador, quien pisoteaba a mansalva los derechos civiles y políticos de muchos venezolanos, que supuestamente luchaban por una democracia, predicada por ellos como la solución para la Patria,
Pasaron desde ese día hasta el advenimiento de la revolución más 40 años, en los cuales el pueblo fue defraudado por quienes llegaron al poder, a repartirse cada cinco años la torta nacional en un festín al cual el pueblo nunca fue invitado y en el que para él, solo sobraban las migajas.
El soberano siempre, a veces más temprano que tarde coloca orden donde se necesite, la historia ha sido escrita por él y así como premia castiga, es un arbitro justo que a veces se equivoca, pero que sabe rectificar; ello ha quedado demostrado en múltiples ocasiones y tal conducta popular no va a cambiar esta vez.
El 23 de enero de este año, año especialmente significativo porque en pocos días ese pueblo va ejercer de nuevo su derecho a decidir, con toda seguridad va a rectificar el tremendo error que por razones que no vienen al caso, cometió el 2 de diciembre del 2007, cuando desaprovechó la oportunidad que tenia para perfeccionar la democracia, la verdadera, no la que creyó rescatar aquel 23 de enero del 58, para después ser desilusionado por la más vil traición de unos líderes que lo que hicieron fue hipotecar el país y regresarlo a la condición de colonia que el pueblo venezolano tuvo que soportar buena parte del siglo XX.
Pero porque estaba escrito, porque la Providencia así lo quiso o porque “no hay mal que dure cien años ni pueblo que lo resista”, un buen día llegó un hombre que traía en su mano izquierda la bandera de la liberación y que a pesar de quienes aun no aceptan las realidades que llevamos 10 años viviendo, está logrando con coraje, dedicación constancia, inteligencia, trabajo y venciendo mil dificultades, levantar el país y sacarlo a pulso del abismo en que estaba sumido por la acción depredadora de quienes se aprovecharon de él y que aun quedan conspirando y escudándose en sus herederos, ahora estudiantes, obnubilados por falsos mensajes mediáticos, que cargados de odio, no lo piensan dos veces para crear caos y zozobra.
Tal vez la firme decisión del gobierno revolucionario, ojala y así sea, les hizo reflexionar y fue así como en su marcha de este 23, todo transcurrió, ¡oh sorpresa!, en una relativa paz, en la que las piedras, las bombas molotov y la manía incendiaria estuvieron ausentes, aunque la violencia verbal, los insultos e irrespetos y la demostración de una craza ignorancia sobre la enmienda, no podían faltar como una especie de catalizador de su odio y su frustración por no peder llegar a más, tal vez porque esta vez no iban solos y eran los menos, pues como se pudo ver en las imágenes de no más de tres mil personas había una numerosa cuota de entraditos en años.
El comportamiento cargado de improperios, de la marcha opositora tuvo, como era de esperarse, su contraparte en la marcha de los trabajadores revolucionarios, mucho más concurrida y desbordante de alegría y con mensajes claros sobre las bondades de la propuesta que busca la ampliación de los derechos del pueblo, a decidir si quiere que quien haya gobernado bien pueda postularse para seguir haciéndolo, o quien lo haya hecho mal deje de hacerlo, así de simple.
Así va a ser porque la especie de cortesía revolucionaria que operó el 2 de diciembre y les permitió un triunfo más que pírrico, no se va a repetir, esta vez venimos a colocar las cosas en su lugar para que los enemigos del proceso, se den definitivamente por enterados que deben olvidarse de volver.-
VOLUNTAD POLITICA, ES LO QUE HACE FALTA
No sé si en otras ciudades, me imagino que sí, pero aquí en San Cristóbal abundan urbanizaciones, torres de apartamentos, terrenos desocupados y enmontados, puestos a engordar ante la mirada impávida de las autoridades, las de antes y las de ahora, mientras miles de familias viven alquiladas o arrimadas a familiares. Es algo inconcebible en tiempos de revolución, cuando existen leyes bien claras para evitar estos desmanes de inescrupulosos, que bien pueden poner en venta esas propiedades, con una ganancia aceptable pero sin el abuso de sobredimensionar los precios reales; no es posible que en torres de hasta 50 apartamentos, si acaso para una familia de tres personas, se esté pidiendo la suma de 450.000 Bs. F., no es posible que existan terrenos donde bien cabe un complejo habitacional y no haya ley que obligue a los propietarios a darle una utilidad cónsona con las necesidades de hábitat que existen aquí en la ciudad de la cordialidad donde las propiedad inmobiliaria está prácticamente dolarizada.
Eso lo saben las autoridades, y o son vulgares cómplices o son incompetentes para hacer cumplir las leyes. Nada le cuesta al gobernador, alcalde e incluso al Consejo Legislativo, iniciar una operación que obligue a los culpables a reunirse con ellos y llegar a un acuerdo que conlleve una solución al problema de falta de viviendas que aquí existe. Ojala y esta humilde nota la leyera alguien con poder para que con voluntad política que es lo que hace falta, y de manera perentoria, procediera a iniciar lo que es obligante para los gobernantes ante el enorme problema habitacional.
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