Echevarría
leyó, como muchos de nosotros, un artículo de mi amigo Augusto
Hernández publicado este miércoles en El Sol de Margarita. http://www.elsoldemargarita.
‘’El que se pica es porque ají come’’, decíamos cuando éramos niños, y parece que Echevarría se picó, por lo que en lugar de asumir su deber revolucionario de aceptar la crítica y revisar, Ramón, ese mismo mediodía, dedicó su programa a injuriar a Augusto porque éste ¡horror de los horrores! osó señalar algunos problemas que viene presentando la emisora que dirige nuestro picado personaje.
No pienso repetir las calumnias lanzadas desde su micrófono para no darle eco a semejante rosario de barbaridades. Considero que el deber de Echevarría, de ser cierto lo que dice sobre Augusto, es correr a la fiscalía y pedir que lo metan preso ya. Pero pasa que Ramón sabe, como sabemos todos los que conocemos la trayectoria de Augusto, que lo dijo ayer es una sarta de mentiras urdidas en un momento muy adeco, por adecos que vivían su momento.
Entonces vemos a un revolucionario como Echevarría, recurriendo a gastadas mentiras adecas para injuriar a un compatriota que simplemente emitió una opinión sobre la emisora que dirige, o dice dirigir, Ramón.
Insatisfecho con sus mentiras ‘’blancas’’ y con una hora de programa que rellenar, se dedicó entonces, nuestro suspicaz director, a hilar historias que no tienen hilo para acabar acusando a mi amigo Augusto de crímenes de lesa humanidad, nada más y nada menos...
El problema ahora lo tiene Ramón, porque las injurias contra Augusto tendrá que probarlas si es que quiere conservar su credibilidad, en cambio los señalamientos que hace mi amigo están a la vista, debo decir, a los oídos de todos, si es que logran, milagrosamente, sintonizar su canal.
Así estamos pues, que si dices pío te acusarán de genocida. Así pretende el periodista Echevarría dirigir a una emisora bolivariana. Así entiende él la libertad de expresión. Y así en su programa, al mejor estilo de Aló Ciudadano, dirige su ira mediocre contra un buen revolucionario que no tiene pelos en las teclas para poner los puntos sobre las íes cuando hay que ponerlos.
Y hablando de buenos revolucionarios, Ramón Echevarría, me pregunto si sería usted capaz de aceptar el reto que nos lanza mi presidente y se atreve a revisarse y a dejarnos revisar. Digo, si no tiene nada que temer.