Sería risible sino fuese lastimoso, todo acto de micrófono para hablar de socialismo en Venezuela, mientras a calzón quitao funciona en varios estados pero particularmente en Maracaibo, por citar sólo un lugar, la industria de la inseguridad que secuestra, cobra vacuna, sicarea a los dirigentes sindicales, monta casinos, lava dollares, narcotrafica y paramilitariza las calles y los campos, y disfrazada de pool empresarial en funciones de comercio, aumenta todos los días los precios de todos los artículos, pero afincándose en los de primera necesidad, inflando 5 veces (a casi 100 millones) los precios de los carros que estaban destinados a ser comprados por los trabajadores, y que ahora son inalcanzables; y sin embargo ningún castigo los toca, nadie los obliga a devolver el dinero robado a los consumidores e impunemente se burlan de los actos y de las decisiones del gobierno, y hasta se inmunizan con el maratón del Aló.
Todo lo anterior, nos recuerda una realidad que necesariamente tenemos que pronunciar: este es un Estado burgués, que permanece intacto en sus estructuras de funcionamiento para proteger al sistema capitalista, mientras tenemos un gobierno que se asume bolivariano, zamorano, robinsoniano, chavista, messaroneano, trokista, gramsciano, toninegriano, y socialista; pero que no tiene el poder. El poder lo sigue teniendo la burguesía y la pequeña burguesía dueñas del Estado, y de los grandes medios de producción que le otorga el manejo de la economía y especialmente del sector financiero e industrial. Todo lo cual le permite controlar la estructura de costos de venta y de reventa, y por supuesto, le permite obtener los mil millonarios créditos, subsidios y otras prebendas que el pana burda del Estado le otorga.
Esa burguesía dueña del Estado, que aun nosotros nos seguimos calando, roba, y mata porque sabe bien que el sistema judicial está blindado para proteger su robo y sus crímenes. Con sus empresas privadas de comunicación incomunican a los trabajadores, y a la población en general, minan su resistencia, los forman en los vicios pequeño burgueses, y preparan a esa cosa amorfa y ambigua que llaman la opinión pública para defender sus fechorías. No es cierto que estas grandes televisoras se hayan convertido en partidos políticos: la burguesía tiene un solo partido político que cuenta con un buen número de derivados bajo pomposos nombres que se barnizan de democráticos y de nacionalistas. Esta sola organización política de la burguesía utiliza a sus grandes monopolios televisivos como operarios de la defensa del sistema capitalista que no desecha ningún procedimiento por deleznable que sea para lograr sus propósitos.
Recordemos que sólo hay dos tipos de partido. El partido de viejo tipo que defiende los intereses de la burguesía, y desde muy antiguo es de naturaleza poli clasista, es decir, que es un partido burgués que embauca a las capas medias y a la clase trabajadora, y las inscribe en sus filas mediante la enajenación de sus voluntad, haciéndole creer que esa organización política práctica la amplitud y la pluralidad de las oportunidades, y bla bla bla bla, y plin plin plin plin. El otro es el partido de nuevo tipo ideado por Lenin y que sólo defiende los intereses de la clase trabajadora, y que desde esa época se llama Partido Comunista, se rige por los principios del internacionalismo proletario y su teoría científica es el marxismo leninismo.
Sería como mezquino no reconocer los esfuerzos que ha realizado el gobierno bolivariano a lo largo de estos 10 años para suavizar los rigores de la explotación que el Estado burgués les sigue aplicando a los trabajadores y al Pueblo en general. En materia de Educación, de la salud y de la integración latinoamericana también ha obtenido grandes logros. Pero nada de esto pone en peligro la estabilidad del capitalismo en Venezuela, ni mucho menos en América Latina. El presidente y su gobierno aun siguen prisioneros de la burguesía a través de los mecanismos de su Estado. No se ve una señal convincente para una real nacionalización de la banca, es decir expropiar y no comprar activos quebrados. Hay muestras de minusvalía por parte del gobierno para erradicar la industria de la inseguridad manejada directamente por la CIA en todo el territorio nacional.
Qué te puedo decir, como se dice en buen maracucho, mejor dicho sólo nos queda volver a decir: qué fácil es robar en Venezuela.
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