“Bienvenidos todos los espacios de discusión crítica” pero no a la Revolución

En todo proceso donde se busca cambiar el orden de las cosas, la estructura establecida, el status quo, es enormemente necesario el análisis, la reflexión, la crítica. Es mediante el análisis, la reflexión y la crítica que se pueden detectar los errores que se están cometiendo y entender la necesidad de enmendarlos para enderezar el camino hacia el propósito que se persigue. Más aún es necesaria cuando se trata de un proyecto cuyas referencias, tarde o tempranamente, han llegado a un punto de colapso que han determinado su fin, o son referencias que no se han establecido de manera concreta sino que únicamente se han logrado acercamientos.

A comienzos del mes de junio se llevó a cabo un encuentro denominado “Intelectuales, democracia y socialismo: callejones sin salida y caminos de apertura” donde se dieron cita conocidos, y no tan conocidos, intelectuales de izquierda para compartir y debatir opiniones, críticas, perspectivas y aportes sobre lo que es y debería ser el proceso político que vive el país desde hace ya 10 años.

Como era de esperarse, hubo importantes loas a las políticas gubernamentales implementadas por el Gobierno Nacional dirigido por el Presidente Chávez, pero, como no todo es color de rosas, también hubo críticas, que por fuertes que sean no dejan de ser reales, necesarias y constructivas; porque nada en este mundo es perfecto, por el contrario es perfectible, y si se quiere que un propósito llegue a buen término, la crítica es un elemento fundamental para saber ver los errores en el camino y corregirlos sobre la marcha.

Entre esas críticas se encontraba el PSUV y su reformulación, partido que no terminó de nacer cunado ya tenía que presentarse ante comicios electorales, con un congreso Ideológico que no terminó de fundar las bases teóricas. Sino que se fue convirtiendo en simplemente una maquinaria electoral y de aplicación de líneas directas desde el Gobierno Nacional, contrario al fin que desde las bases esperaba perseguirse como es la dirección colectiva para la articulación con los movimientos sociales y que acabara con el clientelismo partidista a través de la participación democrática. Sin embargo, actualmente uno puede ver grandes similitudes con los partidos tradicionales venezolanos, hoy en día, para conseguir un espacio dentro del aparato gubernamental hay que ser "psuvista" (antes había que ser "adeco" o "copeyano"). ¿La misma historia con distinto protagonista?.

De igual modo se señaló que “a pesar del discurso anticapitalista y socialista, se estaba dando en la práctica un fortalecimiento de las relaciones de producción capitalistas”. ¿Una Revolución con contradicción entre el discurso y la práctica?.
Y se dieron muchas opiniones críticas, que si son bien recibidas y estudiadas, pueden traducirse en ventajas y herramientas para el enderezamiento de un camino torcido.


Es inaudito que un Presidente que en su discurso y sus escritos promueva la crítica, como en su redacción del día 14 de junio dice "Bienvenidos, entonces, todos los espacios de discusión crítica sobre nuestra experiencia socialista.", horas después aparezca criticando a estos intelectuales por contravenir lo que hasta ahora ha estado haciendo su Gobierno. Que más que contravenir o contradecir, simplemente están haciendo reclamos que consideran "a tiempo" para hacer las correcciones necesarias.
¿Es posible que exista una Revolución si ante la crítica se reacciona de manera despreciativa ante los aportes de quienes consideran puede hacerse algo mejor?, calificándolos de "habladores de paja" como lo hizo el canciller Nicolás Maduro, a quien vale recordarle que en sus tiempos de dirigente sindical del Metro de Caracas acudió a algunos de estos intelectuales en busca de asesoría. Hoy abofetea a quien alguna vez le tendió su mano para colaborar en su lucha.

¿Es posible que exista una Revolución abierta a la crítica si quien invita a abrir espacios de crítica y debate, ante el primer comentario crítico lanza toda su artillería verbal en contra de las opiniones y las disminuye y menosprecia? Donde ahora, estos intelectuales que prestan servicios en el Centro Internacional Miranda para el intercambio y desarrollo ideológico, están viendo amenazada su estabilidad laboral por osar apegarse al llamado a criticar constructivamente. Presidente, ponga los pies en la tierra, no todo lo que brilla es oro ni tampoco estamos viviendo en Suiza, aquí hay muchos problemas que atender y muchos entuertos que enderezar. Hay que tener cuidado con ese “hiperliderazgo” no sea que traiga como consecuencia que “chavismo” pase a ser una nueva denominación para “stalinismo”, régimen conocido por su “hiperpresidencialismo” (¿semejanza?), quien debe gobernar no es la voluntad presidencial, sino la voluntad popular, y de verdad.

marcogonzalo.blogspot.com



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Marco Gonzalo Gómez Pérez

Ex-dirigente estudiantil Computación UCV, Desarrollador Web, Emprendedor.

 @MarcoGonzalo

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