La Iglesia Católica y la Oposición Venezolana Reconocen al Gobierno de Facto de Micheletti

La Iglesia Católica y la oposición venezolana, en realidad son la misma cosa, se ubicaron esta semana a la extrema derecha de los movimientos políticos en América Latina, y sin exagerar, en el ámbito mundial. Después del rechazo unánime de los gobiernos de América Latina y de los Estados Unidos al golpe de estado en Honduras, después de la condena universal expresada por medio de organismos como la OEA y la ONU, después de las medidas económicas en contra del gobierno de facto de Honduras tomadas por el BID y el BM, la oposición venezolana decide apoyar el golpe de estado que llevó a la imposición de Micheletti como presidente en ese país centroamericano. No nos agarra de sorpresa esta posición, era completamente predecible. Es más, se les hace agua la boca cuando ven en lo medios de comunicación a los militares reprimiendo al pueblo y a los políticos hondureños de los partidos de la oligarquía. Añoran esa articulación casi perfecta entre los poderes públicos y la fuerza armada al servicio de los opresores, la cual se manifiesta en estos momentos con toda su fuerza en Honduras.

Las crisis obligan a las partes a destaparse, a presentar sus verdaderas posiciones. En un primer momento se puede ser ambiguo, se puede tratar de pescar en río revuelto. Incluso se puede llegar al punto de guardar silencio y pasar agachado. Pero a medida que los eventos evolucionan y que la crisis se agudiza, se hace necesario tomar posiciones. Así actuó la oposición venezolana y la Iglesia Católica en nuestro país. Esperaron unos días, no se manifestaron abierta y contundentemente en contra del golpe de estado, guabinearon al principio. Tampoco manifestaron su apoyo al gobierno constitucional de Zelaya. Lo mismo pasó con los Estados Unidos. La oposición en sintonía con su amo, esperaba. Cuando el amo habló para condenar el golpe y declarar que sólo reconocería como Presidente legítimo a Zelaya se deprimieron, quedaron desconcertados. Esperaban lo contrario, esperaban que los EE.UU. Se pusieran del lado de Micheletti, pero no fue así. Los EE.UU. Están pensando en su política exterior a largo plazo en estas tierras. La oposición venezolana piensa a corto plazo y piensa en aplicar aquí, los más pronto posible, el mismo esquema. Dicho sea de paso, ya lo ensayaron el 11 de abril del 2004. Pero la administración Obama los dejó con los crespos hechos. Patalearon como niños malcriados y decidieron fijar posición abiertamente. Se pusieron del lado de la extrema derecha, mejor dicho, salieron del closet, mostraron su verdadera cara.

A falta de un partido organizado y efectivo, la oposición tiene que recurrir a Globovisión y centenares de emisoras de radio y un buen número de televisoras locales para fijar posición sobre los hechos ocurridos en Honduras. Pero, esos medios resultan ser algo más que simples medios de comunicación, desde ellos se le impone la agenda a la oposición. Es sólo por cuestión de estilo que hablamos de la Iglesia Católica, la oposición y Globovisión, cuando en realidad son una misma cosa. Así, una cosa. Una cosa cuyo único fin es sacar a Chávez del gobierno y detener el proceso revolucionario, para restituir en el poder a los grupos económicos que tradicionalmente dominaron el país a su antojo. Vieron en el golpe de estado en Honduras una oportunidad para atacar al Presidente Chávez. Según los medios, entre los que se destaca Globovisión, el golpe de estado en Honduras realmente era contra Chávez. Para ellos el perdedor no es la democracia ni el pueblo hondureño, sino Chávez.

La oposición no habla claro, no puede. La oposición no puede presentar abiertamente al pueblo su programa político y económico. Hasta ahora han estado confundiendo al pueblo, manifestando que apoya los programas sociales puestos en marcha por el Gobierno Bolivariano y en aquellas gobernaciones y alcaldías donde son gobierno han iniciado programas similares. Pero esos programas no son realmente parte de su verdadero proyecto político. Ellos saben muy bien que no le ganarían unas elecciones a Chávez proponiendo la privatización de la educación, de la salud, etc., así como las empresas del Estado, que derogaría todas las leyes que benefician a las mayorías y que pondrían los ministerios importantes en manos de títeres de la burguesía. Pero hay momentos en que puede seguir ocultando sus verdaderas intensiones. Hay situaciones en las que tiene que mostrar sus verdadero rostro. La situación en Honduras es uno de esos momentos.

julio_mosquera@hotmail.com


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Julio Mosquera


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