Un grano de maíz

La respuesta

El sábado 22 de agosto alrededor de la barrera que cruzaba la avenida Libertador se manifestó con claridad el momento que vivimos.

A los lados de la valla estaban los bandos en pugna. Uno, los seguidores de la oligarquía desarrollando su inteligente plan, del otro, el Estado Revolucionario, y a dos kilómetros la masa bolivariana y sus dirigentes.

Todo ocurrió como si de un libreto se tratara: la valla frágil, fue violada, el Estado respondió con gas, los manifestantes jugaron la candelita, y los medios de deformación desarrollaron su novela, en el exterior se afianza la imagen de dictadura.

Conclusión: todavía la Revolución no encuentra la respuesta, no desata el nudo.

La oligarquía acumula fuerza para un zarpazo, se amparan en la Constitución y las leyes para luego asesinarlas tal como hicieron en abril. Se protegen tras la legalidad para romperla. Y la legalidad hasta ahora ha sido inútil para detenerlos, avanzan con descaro frente a nuestras propias narices.

Los líderes oligarcas prometen a su masa enloquecida, sedienta, hematófaga que llegarán a la Asamblea y a Miraflores, usan un hábil doble sentido: puede ser con elecciones o violando la legalidad. Siguen desarrollando su plan de “desobediencia civil”, de desacato, de creación de un poder paralelo. Y nosotros inermes esperamos, contemplamos.


¿Cuál es la Respuesta de los Revolucionarios?

Lo primero es entender que el centro del enfrentamiento no es la Ley de Educación, esta sólo es un excusa, el verdadero objetivo es el Comandante y la Revolución Bolivariana , la quieren acabar, y para eso despliegan un plan astuto que comprende desde las bases militares en Colombia, hasta los paramilitares infiltrados, y por supuesto acumular gente en la calle con cualquier excusa. Es allí que debemos poner el énfasis de nuestra respuesta política: se trata de la defensa de la Revolución y del Comandante, eso es lo que está en juego. De esto debemos informar bien al pueblo para que no pase lo de la Reforma o las elecciones regionales. Que nadie se confunda.

La respuesta de los revolucionarios debe tener dos vertientes que se complementan y se potencian mutuamente.

Una, la respuesta fuerte del Estado, lo que no significa represión desmedida, debe ser una respuesta inteligente, por ejemplo, activar contra ellos el 350 por violación de la Constitución y claras intenciones de derogarla como en abril, allí en la calle hay mucha declaración que los imputa. La Revolución debe defenderse.

La otra, la respuesta del pueblo bolivariano: debemos decretar emergencia organizativa y formativa de los bolivarianos, no podemos actuar en esto con la parsimonia de la sana paz. Es necesario informar, organizar y movilizar al pueblo, esa es la única manera de dar una respuesta a la ofensiva oligarca.

Movilizar significa, el pueblo en la calle alrededor del objetivo político principal, la defensa del Comandante y de la Revolución. Alegre y combativo, dispuesto, con razones sagradas por las cuales luchar, apasionado en la defensa de su futuro.

Es urgente derrotar las ideologías que impiden movilizarnos, educarnos, organizarnos.
¡Chávez es Socialismo!


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Antonio Aponte

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