“¡Como mienten, hombre ... el tiempo mas largo que una cuerda!”
Sabio dicho caribeño.
El lunes, 12 de octubre de 2009, en toda la América al igual que en otros lugares una vez mas celebraremos nuestro “Día de la Raza”. Salvo en Venezuela, Cuba y algunos de los países del ALBA, como Bolivia, como de costumbre, estaremos honrando el día de nuestro “descubrimiento” por Cristóbal Colón, por la colonización europea, por la Inquisición española, el catolicismo romano, la civilización, la cultura y la burguesía emergente. Como ya sabemos, Venezuela ha declarado el 12 de octubre oficialmente como el Día de la Resistencia Indígena.
En Asia, África, América, Oceanía y el Caribe, en tiempos precolombinos, por muchos historiadores y filósofos europeos fuimos considerados como nada, como indios, ojos rasgados, pieles rojas, cafres, peones, paganos y bárbaros. Sin duda, estas “cosas” no son capaces de descubrir América. Sin duda, “los dictadores del mal” en Venezuela no pueden llegar a las estrellas y descubrir a “Jayú”, un pequeño planeta que gira a las afueras de nuestro sistema solar, más allá de Plutón.
Entonces nos preguntamos: ¿Es verdad que durante la Edad Oscura europea, sólo estuvimos vegetando como monos y babuinos hambrientos fuera de la historia?
Antes de comentar sobre el “re-descubrimiento” de América por Colón, vamos a iluminar brevemente el contexto histórico de la función de las grandes mentiras.
En el pasado, ¿de verdad no fuimos nosotros, los africanos y árabes, quienes construimos los buques de largo alcance? ¿No fuimos nosotros quienes dirigimos una flota completa a través de los océanos? ¿O es que primero tuvimos que esperar a Enrique el Grande para que nos enseñara a navegar?
A finales del siglo 15, el Herrenvolk, la raza superior, el pueblo elegido y sus ideólogos estaban convencidos de que nosotros, los aborígenes, los vimos llegar, comenzamos a adorar a sus dioses blancos, luego bajamos de los árboles y comenzamos a caminar en postura recta. Bueno, evidentemente esta es una de las mentiras más grandes jamás inventadas por las clases dominantes.
Para nosotros, los ‘descubrimientos’ de Colón, como se les enseñan en todo el mundo a los inocentes niños de la escuela (que la tierra era redonda y que un “Nuevo Mundo” existe fuera de Europa), siguen siendo unas de las mentiras más espeluznantes de todos los tiempos. Los científicos de la Grecia antigua y los escandinavos de la Edad Media, que comerciaban con Islandia, Nueva Escocia y Groenlandia, respectivamente, ya sabían mucho acerca de todas estas “novedades”. Esta gran mentira sobre Colón se convirtió en un dogma ideológico racista, en una verdad absoluta lógica formal, para celebrar la superioridad de la “raza” europea.
Obviamente, en cada época, no sólo las ideas dominantes son las ideas de las clases dominantes, sino también las grandes mentiras dominantes son las mentiras de las grandes clases mentirosas. Estas grandes mentiras dominantes, incrustadas en la ‘desnaturalización’, ‘dissocialización’, la religión, la educación, la cultura y la ideología, impregnan todos los estratos y las estructuras sociales del capitalismo, e inundan todos los ámbitos de la sociedad de clases. Las mentiras, los mitos, los dogmas y las “verdades absolutas”, difundidas por los medios de comunicación, la propaganda, los sermones, las canciones, la música, las oraciones y la publicidad, se encargan ya desde hace siglos del embellecimiento de la explotación económica sin escrúpulos del trabajador físico, de la naturaleza y la sociedad, por el capital, en otras palabras, por las relaciones de clase entre amos y esclavos.
Otra gran mentira religiosa: Sólo los pobres entrarán en el ‘reino’ de los cielos; por lo tanto: mi gente, por favor, ¡no laven demasiados platos, como una vez lo hizo Rockefeller, porque podrían terminar como multimillonarios asándose en el fuego eterno del infierno!
Mentiras y más mentiras en todas partes ... ¡para ocultar los crímenes cardenales capitalistas! Hoy en día, como lo predijeron Shakespeare y Orwell: La verdad se convierte en mentira, la libertad en esclavitud, la guerra en Paz. La ignorancia se convierte en gloria y ser sabio es una locura.
La dominación de las clases trabajadoras ha sido glorificada políticamente por todo tipo de cuentos de hadas. Estos van desde el régimen del apartheid piatónico de los reyes filósofos con corazón de oro, que alimentan el “ Bien Mayor “, hasta la “ciudad de Dios” de San Agustín y los Estados por gracia de Dios. La verdad histórica real sobre el “Príncipe” (Maquiavelo), el “Leviatán” (Hobbes), el “Führer” (Hitler) y el “Hermano Mayor” (Orwell) no la vamos a encontrar en Fox News, CNN o en las agencias noticiosas del Imperio de Murdoch. Hicieron su trabajo de manera tan perfecta, que incluso si ahora se publicaría la verdad y se desenmascararía a todas las grandes mentiras políticas de la actualidad, entonces nadie creería en algo malo en cuanto a la política exterior de los Estados Unidos.
Los buenos pastores, los hombres de Dios y los hombres-dioses son incapaces de decir grandes mentiras a su rebaño, sólo los “terroristas” y los “comunistas” son capaces de semejantes crímenes diabólicos. El Estado defiende la “democracia”, es decir, el cristianismo, la civilización, la cultura y la paz mundial en el Oriente Próximo, Medio y Lejano. Dondequiera que ande el dólar, ¡él y nosotros siempre confiamos en Dios!
A través de los siglos, se fabricaron toda una galaxia de grandes mentiras: los africanos negros “no tienen alma” (Montesquieu); ellos “no sirven para el uso ni para el abuso de la filosofía” (Voltaire). Según Hegel, África ni siquiera aparece en la historia del mundo. Por supuesto, de acuerdo con la arrogancia racista europea, tales “bárbaros”, o como también se les denomina, la “carga del hombre blanco”, los árabes y africanos, como lo eran Avicena, Averroes, Ibn Khaldoun, jamás pueden desarrollar algo como las ciencias naturales y sociales; históricamente, no pueden “descubrir” nada, y menos aún América. En el ámbito del racismo hay toneladas de grandes mentiras que se inventaron acerca de los “hijos de Ham”, sobre los “cafres” y “recogelatas”. Millones de personas creen en estas mentiras racistas y fascistas. Estas grandes falsedades incluso infiltraron el Talmud de Babilonia, la Santa Biblia, el apartheid, el sionismo, el fascismo, la “democracia” y el “nacional-socialismo”. ¿Quién iba a dudar de tan grandes “verdades” procedentes de las Sagradas Escrituras, según lo revelado por los grandes hombres?
En el ámbito militar al igual que en la acumulación del capital, las grandes mentiras ponen en marcha los grandes negocios, las grandes guerras mundiales, y los trabajadores, los millones de corderos engañados felizmente marchan hacia su matadero, a la muerte segura. El “Reichstagsbrand” (incendio del parlamento alemán nazi) producido por los propios nazis, las grandes mentiras acerca de “Pearl Harbor” y el “9 / 11” sólo son algunas de las más trágicas y detestables fabricaciones de la clase dominante.
Durante la “guerra fría”, incluso la Unión Soviética utilizó la estrategia de la Gran Mentira durante la carrera armamentista del capitalismo para adquirir la hegemonía mundial. Se le dijo al mundo que Yuri Gargarin fue el primer hombre en el espacio. Hasta hoy muchos todavía creen en este cuento de hadas. La verdad del asunto es que fue Sergei Vladimir Ilyushin júnior, que voló alrededor de la tierra unos días antes de Yuri Gargarin, y que se estrelló en China y tuvo la suerte de ser devuelto vivo a la Unión Soviética. En la carrera armamentista, que también se extendió hacia la luna, esto no hubiera sido una propaganda favorable para la Unión Soviética.
Los astronautas rusos también han descubierto la base militar estadounidense secreta ‘Área 51’, cerca de Paradise Ranch en el desierto de Nevada. Muchos empezaron a dudar de que Neil Armstrong de verdad dio esos brincos en la luna, todo al estilo del héroe vaquero Hopalong Cassidy. La zona parece un paisaje lunar, un fondo perfecto para que el cine de Hollywood filmara sagas como aquella de la luna de miel.
Sin embargo, en un breve comentario, es imposible verificar todos estos extraños acontecimientos. Esto sólo es alimento importante para el pensamiento, para tomar las armas contra un mar de mentiras imperialistas, para diferenciar entre la virtualidad y la realidad.
Ahora veamos este gran evento histórico: El Viejo Mundo descubre el Nuevo Mundo.
Como ha explicado el escritor africano-caribeño, Richard B. Moore, en su libro, “La Importancia de la Historia Africana”, los “estudiosos” europeos afirmando el imperialismo, en muchos casos simplemente han falsificado la historia africana.
Historiadores guyaneses como Walter Rodney e Ivan Van Sertima nos han dado material científico suficiente como para al menos dudar de las versiones mentirosas sobre el “descubrimiento” de América. En el mejor de los casos la aventura de Colón provocó un ‘re-descubrimiento’ de tercer grado, la colonización de América, esta última no representa un “descubrimiento” sino la acumulación de capital, la historia moderna.
Hay muchas afirmaciones con referencia al descubrimiento de América, pero ninguna sobre el descubrimiento y la colonización de Europa por parte de América. Según sagas del norte de Europa, parece que la presencia noruega precolombina en América del Norte era una realidad.
Debido a que estos hechos para nosotros son prácticamente desconocidos, me permito citar algunos pasajes pertinentes de la excelente obra “El Descubrimiento Nórdico de América”, por A. M. Reeves, et al:
“Aquí es conveniente agregar que los escandinavos fueron los descubridores de la navegación pelágica. Me permito afirmar con todo el énfasis de que soy capaz de comprimir en tantas palabras, que la navegación de los océanos fue descubierta por los antiguos vikingos nórdicos. Antes de ellos, la única navegación conocida era la navegación de costa. Los normandos eran excelentes constructores de barcos y sabían cómo calcular el tiempo mediante el sol, la luna y las estrellas, y en cada historia del mundo, y en cada enciclopedia yo hubiese afirmado visiblemente el hecho de que la navegación pelágica fue descubierta por los normandos. 1)
¿Entonces no surge la duda, de que en la Edad Media, o incluso antes, los africanos del norte y occidente científicamente no hubiesen podido hacer lo mismo?
Sin embargo, según esta obra, los normandos visitaron a América del Norte ya en 1347, “145 años antes del descubrimiento de Colón”.
¿Por qué se terminaron las relaciones comerciales noruego-norteamericanos?
“La última expedición mencionada en las sagas fue en 1347, 145 años antes del descubrimiento de Colón. En ese año se afirma que un buque procedía de Markland (Nueva Escocia) a Islandia con un cargamento de madera. ... Pero esto, como verá el lector, nos lleva hasta una época memorable en la historia europea. Nos lleva al brote de la terrible plaga negra, o muerte negra”. 2)
Parece una exageración, sin embargo, hay reivindicaciones históricas de que el pueblo egipcio “Nubian Kemmiu llegó a las Américas alrededor de 1200 a.C.”. 3)
Basado en el material de investigación de numerables historiadores de renombre en el mundo, en un artículo, “La presencia africana precolombina en las Américas”, publicado el 16 de mayo de 2006 por Mathaba.Net, dijimos:
“Existe evidencia histórica definida que entre los años 1307 y 1312 de nuestra era flotas Mandingas de África Occidental habían navegado a América y luego habían regresado a África. En el año 1324 de nuestra era el famoso emperador Mandinga de Malí, Mansa Kankan Musa I, en su camino a La Meca, hizo escala en El Cairo y fue entrevistado por el eminente historiador islámico del siglo XIV, Al-Umars, a quien el emperador le relató su subida al “poder” y que “sus predecesores habían lanzado dos expediciones desde el África Occidental para descubrir los límites del Océano Atlántico”.” 4)
Vamos a escuchar más de los informes del eminente historiador islámico del siglo 14, Al-Umars:
“Le pregunté al Sultán Musa cómo fue que llegó el poder a sus manos ... . (Él contestó:) ... ‘Pertenecemos a una casa que transmite el poder de manera hereditaria ... el gobernante que me precedió no creyó que era imposible descubrir los límites del mar circunvecino. Él quería descubrir y persistió en sus planes. Él tenía alrededor de 200 naves equipadas y las llenó de hombres, y el mismo número de naves llenas de oro, agua y suministros en cantidades suficientes para durar por años. “ 5)
Muchos “estudiosos” europeos y norteamericanos no consideran tales pruebas como “científicamente correctas”. Sobre todo acusaron a Ivan van Sertima de lo siguiente:
“La obra de Van Sertima ha sido criticada por los académicos de haber hecho afirmaciones afro centristas infundadas. Un artículo del “Journal of Current Anthropology” de 1997, criticó en detalle muchos elementos del libro de 1976 de Van Sertima, “They Came Before Columbus” (Llegaron antes de Colón). El libro aún no había recibido una previa revisión profunda académica profesional. Señalaron que al afirmar los orígenes africanos de la cultura olmeca prehistórica (en la México actual), Van Sertima había ignorado el trabajo de los investigadores de América Central. Dijeron que no se han encontrado pruebas de una influencia o presencia africana prehistórica en excavaciones arqueológicas controladas en el Nuevo Mundo.” 6)
Sin embargo, dejemos que Al-Umars nos informe acerca de la gran verdad:
“Él les dijo a los comandantes que sólo regresaran cuando hubieran alcanzado los extremos del océano o cuando hubieran agotado su comida y su agua. Ellos partieron ... Finalmente, reapareció un solo barco y le preguntamos a su capitán acerca de su aventura. ““
Él le contó al Sultán acerca de su largo viaje y cómo fue que finalmente entraron en algo semejante a un río con violentas corrientes. Él era el último de la fila y vio cómo las otras naves desaparecían. Él regresó para contar su historia.
Sin embargo, “ ‘el emperador no quiso creerle y equipó alrededor de 2000 navíos más y me confirió el poder y partí con su compañera y los demás al océano. Esa fue la última vez que lo ví a él y a los otros ...” 7)
La solución a este enigma histórico se ubica en la biblioteca del museo del Vaticano, es allí donde podríamos encontrar la evidencia histórica, los gráficos y los cálculos que pudieran comprobar que Colón sabía con precisión a dónde iba y cómo regresar a Europa, gracias al conocimiento científico y filosófico africano y árabe.
La ironía de la historia, los extraños caminos de la verdad: doscientos años después de la visita de Musa I de la Meca, Cristóbal Colón, en sus “Diarios” personalmente testificó acerca de la presencia de las expediciones de los Mandinga a las Américas.
Según el “New African”, Colón escribió que “las flotas mercantes de África Occidental periódicamente partían de la costa de Guinea y navegaban a la América Meridional con oro y otras mercancías; (los Mandinga) introdujeron el arte de la aleación del oro. ... Los indios trajeron pañuelos de algodón, confeccionados muy simétricamente y trabajados en colores semejantes a aquellos que se traen de Guinea, de los ríos de Sierra Leona y sin diferencia alguna... Los Mandinga comerciaron con oro y tela llamada “almaizar”... “.
Fraile Bartolomé de las Casas conservó fragmentos y citas del “Diario” de Colón para la posteridad; si lo siguiente es genuino, entonces acabamos de describir uno de los engaños más grandes lanzado contra África y América, y tenemos que estudiar y corregir urgentemente nuestra historia.
Por lo tanto, en conclusión, fue Cristóbal Colón mismo quien declaró que los Mandinga habían llegado a América mucho antes que él. 8)
***
Notas:1) http://www.sacred-texts.com/neu/nda/nda03.htm
2) ibid.
3) Véase: NEW AFRICAN (Londres), “They Came Before Columbus”, enero, 2001, N° 392, páginas 16-20
4) http://mathaba.net/0_index.shtml?x=537389
5) ibid.
6) http://en.wikipedia.org/wiki/Ivan_van_Sertima
7) Las siguientes citas son del artículo publicado en
el NEW AFRICAN.
8) http://www.aporrea.org/tiburon/a21932.html
http://mathaba.net/0_index.shtml?x=537389.
También: http://espanol-franzjtlee.blogspot.com/
http://franzjtlee.blogspot.com/
franz@franzlee.org.ve