Cinismo, caradurismo, mequetrefada, fue lo que expresó Baltazar Porras en su última alocución ocurrida entre puertas impenetrables. El pueblo quiere saber, pide, grita, que por lo menos estos curas lo dejen entrar a esas conferencias. Quiere dar su opinión, quiere que Globovisión le coloque sus micrófonos para expresar su criterio, ¿hasta cuándo estos curas y este medio se imaginan que el soberano es idiota?
Baltazar Porras se paseó por una historia chimba, sí, chimba. Una historia donde no dijo cual ha sido el comportamiento de los curas en esta Venezuela de comienzo a revolución. No expresó la verdad en toda su intensidad, evadiendo entre páginas el lúgubre comportamiento de unos HOMBRES que se afiliaron a una religión para joder a los demás. Es lo que han hecho. Este Baltazar que habla como que sin en verdad fuera un enviado del trono de Dios a doblegar gafos terrícolas, al parecer sigue en la onda de que pueblo no lee y es bruto.
Porque a quien con cuatro dedos de frente se le va a decir que en la Cuarta República los pobres vivieron una era de paz, amor y riqueza. El pueblo le pregunta a Baltazar Porras, ¿en cuál reino de la fantasía habitaba cuándo aquí los gobiernos adecos, copeyanos del cual él siempre fue militante, desalojaban al pueblo de lo que le correspondía como parte de Venezuela y se apoderaban de los mismos para implantar fronteras, este., oeste dentro de una sociedad que se llamaba “igualitaria”, ¿o es que en el este se ha vivido igual que en el oeste, en el sur, y el norte? ¡Dilo hombre de poca fe! ¿No te conoces las palabritas burguesía, jai, alta sociedad? ¿En esos espacios ha habitado el pueblo del cual dices que vivió chévere? ¿Es igual una calle del Country burgués a una de Catia, del 23 de Enero, de Los sin techos? ¿Es igual cura de la amnesia?
Nunca, desde que los españoles se fueron de aquella Venezuela del pasado, para dejarnos a sus hijos mantuanos, el pueblo hay sido visto por esos infelices como parte de la patria, porque para ellos patria es sinónimo de riqueza, de esclavitud, de prejuicios, de complejos. La iglesia implantada en Venezuela por aquellos invasores españoles, nunca ha sido distinta desde que llegó a desalojar a los aborígenes de sus creencias. Los habitantes de estos pueblos habían vivido millones de años sin que se le implantara la religión católica, ¿lo puedes negar cura Porras?
A Baltazar Porras parece que le es roñoso recordar que aquí en este país desde 1958, hasta 1998 lo que se vivió fue una macabra “dedocracia, barraganacracia, robocracia, corruptocracia, inmoralidacracia, aquí Baltazar Porras, ¿ a cuántos curas has visto muerto de hambre, haciendo cola para un paquete de harina, cocinando con pedazos de tablas, buscando entre la basura desperdicios para comer? ¡Dónde y cuándo, cura Porras! Odian a la revolución porque es un colirio para los ojos de los pueblos a los que ellos han cegado con creencias extraterrestres, de tronos, de glorias e infiernos. Ellos saben que todo eso es mentira, pero deben mantener el imperio religioso para seguir dominando mentes estólidas.
Pero Baltazar Porras no admite que él fue uno de los golpistas contra el gobierno del pueblo y que aun sigue desestabilizando. Con esa vestimenta de santón medieval y ese verbo de vendedor de chucherías, pretende aparecer como el santo que todos esperan para vivir entre sendas de rosas aromáticas, en el regazo de la eternidad… ¡Eso no lo cree nadie en esta nación, Baltazar Porras. Descorre las celosías de tu iglesia para que el pueblo entre a debatir ideas. Si no lo haces entonces el SOBERANO va a seguir pensando que ustedes no son más que una sarta de cobardes y mentirosos que pretenden seguir con sus chimbolerías. Puedes desclasificarme religiosamente; yo tengo un Dios llamado pueblo.
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