Lo he venido escribiendo desde hace mucho tiempo; desde que nos sorprendieron en 2002. No podemos tener un ojo pelao y el otro cerrado,es necesario que tengamos los dos como visión de vendedor de caballos, sin que seamos viciosos, mientas dormimos en el espectro del pensamiento. La defensa de la revolución nos atañe a quienes la seguimos y la vemos como el objetivo para que los de abajo puedan llegar a la cima de la equidad. A la revolución, después que la formamos, tenemos que cuidarla: hay muchos insectos, bacterias, comejenes macabros que quieren hacerle daño. Sobre todos esos monstruos llamados "manos blancas" que aterrizaron del infierno para tratar de sacarle los ojos al pueblo con sus maldito tridente de puntas encuraradas.
Los manos blancas son hijos de los ladrones de la IV-R, hijos de los torturadores, de los esbirros de la Digepol, de los corruptos, de los nuevos ricos del Este, de los barraganeros, de esos hombrecitos sin dignidad que han osado expresar: prefiero a un gringo en Miraflores que a Chávez", los mismos que lanzaban jóvenes desde helicópteros, los ídem que invadían a la gente del 23 de Enero y de todo el país en las sangrientas madrugadas del Puntofijismo. Son los hijos de los traidores Petkoff, Pompeyo Márquez, Martín, Ledezma, Allup, Julio Borges, López, hombrecitos sin ética varonil, pues si la tuvieran no estarían tratando de llenar la nueva política de alcanfor, de reumatismos, de quejidos, de artritis, de úlceras. Los hijos de esos vejetes que lanzan a las esposas desde edificios y que luego, sin una micra de respeto, son capaces de emitir opiniones sobre "muerte de presidentes"; hombres tristes, opacos, lúgubres, viejos forrados de arrugas y de mala intención, esos son la padre de los actuales Manos Blancas que no son otra cosa que cobardes efebos de alcobas
Los ve uno en las fotografías. Salen con morrales, blackberris, celulares finos, vestidos de lujos.En los morrales llevan piedras, armas, máscaras anti gas. En los cerebros, tachonados de muerte, vandalismo, incultura y bajos instintos, se les acumula un propósito: matar, matar, matar, romper, romper, asesinar desestabilizar, cerrar calles, producir caos. Dos jóvenes muertos en Táchira y en Mérida son dos muescas en las cachas de sus armas. El pueblo los mira impávido, estático, no puede actuar, porque no quiere muerte, crímenes, golpes. El pueblo sabe de eso. Los padres de los Manos Blancas se lo hacían a él, al pueblo.
Pero tanto va el cántaro al agua... Ellos saben que con esa pinta de "suatzeneguer tropical" de "esperanza blanca" de "fracotirador fílmico", no le van a causar al pueblo ningún temor. El pueblo al que ellos tratan de intimidar si sabe de boxeo, de peleas, de tiros y refriegas.El pueblo sí sabe lo que es guerra, física y teórica. El pueblo sabe los que es un cuartel, es valiente e inteligente. es cuestión de que se escuche una voz de mando...
Hoy hemos visto con verdadera alegría que a los Manos Blancas de la UCAB (Universidad Contra Aldeas Bolivarianas) se les está acabando el tiempo del abuso. No los queremos corriendo por esos montaraces detrás de la UCAB, ( ¿quién le cedió ese terrenos que demarcaron como a doscientos metros vías Caricuao al borde de la montaña?), no, no es que anhelamos verlos enterrados en la montaña, preguntándose "¿por qué nos hemos metido en terreno del pueblo? Caricuao, Antímano, Carapa, Carapita, La Vega? La gente de Antímano se está cansando, les colocó alguna música del Cantor del Pueblo, y les reclamó en paz. Ellos, los Manos Blancas presentaron una cartuchos de triki-traki que les lanzaron. Festejamos que el pueblo ya les esté dando un parao a estos locos que no quieren entender que aquí hay una democracia y que si quieren desalojar a Chávez deben acudir a las urnas del voto; aquí nadie vuelve a tumbar a Chávez, porque el pueblo por respeto a la Constitución y a la democracia, no lo va aceptar.
Es lo que debe azuzar la revolución. Los compatriotas del PSUV por todas las esquinas, las calles, los reductos. Sin armas materiales,pero sí con las armas de la razón y de la justicia. El pueblo está al borde, no quiere ver más a estos James Dean lambucios, haciendo el ridículo, marchando como monigotes, tales parias, deambulando cual batracios sin pared con la cual detener esa amalgama de mierda orgánica. El pueblo no quiere seguir aguantando a estos fariseos llenando de pus e icor las limpias calles del amor y de la verdadera lucha. Los Manos Blancas recibirán de seguir es su escamoteo a la razón, un trago amargo del jarabe que por irresponsables deben tomar a ver si se les calma el ridículo, la prepotrencia, la mediocridad y la vagabundería que produce la avaricia y la frustración.
Otros ANTÍMANOS OS AGUARDAN MANOS BLANCAS DEL TERROR Y DEL RIDÍCULO.
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