Estos arribistas políticos , despliegan toda su actividad en torno a como obtener prebendas, así sea, colocando a un camarada revolucionaria en la parrilla para asarlo. Reproducen la vieja práctica política del pasado, en los puestos de las instituciones del gobierno revolucionario. Esos arribistas del poder, trabajan solo bajo la individualidad y el egoísmo en cualquier jornada u organización que vean o descubran que tienen perspectivas para tal fin. Para estos “arribistas”, trabajar dentro de cualquier organización revolucionaria por la construcción de una política de formación de cuadros, por el rescate de la conciencia individual y colectiva del venezolano, enrumbada a la creación de un estado comunal con principios socialistas donde exista la ética y la moral; es perder el tiempo.
A juicio de la Coordinadora Simón Bolívar, una revolución la hacemos muchos, generalmente, en seguimiento y guía de un líder; es nuestro caso, en tal sentido todo lo que se haga debe estar en sintonía con él y la lucha revolucionaria. Cualquier acción debe estar signada por el objetivo estratégico y común para el pueblo y su destino, hacer lo contrario facilita al enemigo cosas con las que no contaba. La lucha debe ser congruente, efectivamente sabia, racionalmente eficiente y con una alta dosis de ética y moral socialista. El arribismo político y el interés personal no deben reinar en nuestra revolución o la Patria agonizará sin conseguir el objetivo.
El capitalismo todo lo trastrueca, lo deforma, lo canaliza para su provecho […] comprando palabras o cuadros […] o transformando en silencio la expresión de los revolucionarios, de los hombres progresistas, de los que luchan por el pueblo y sus problemas.
(Fidel Castro Ruz, La Habana 04 de Febrero de 1962)