Fue tan burda y exagerada la bola que echó a correr la oposición acerca del deterioro de la pila 27 del puente sobre el Lago de Maracaibo, que superó la credibilidad de la gente y se les convirtió en un boomerang.
Los opositores denunciaron que la enorme estructura presentaba desgastes en un rodillo de la pila y generó la natural preocupación de las personas que entienden la magnitud del problema. Además en el momento agradecían la alerta. El puente lo derribaron en una oportunidad y se sabe que eso produjo un desastre colosal.
Pero en tiempos de elecciones, amigos lectores, no podían dejar pasar por alto lo que supongo pensaron que era tremendo “filón” noticioso, sólo que perdieron las perspectivas. Llevaron la información de tal forma que parecía que el presidente Hugo Chávez hubiese tomado la lima de un cortaúñas, para desgastar intencionalmente la estructura y se desplomara al lago.
A la gente no la tomó por sorpresa que hablaran del deterioro del puente. Muchos informes técnicos de instituciones serias y responsables se han divulgado al respecto, pero de allí a decir que las averías que pueda presentar son culpa del Gobierno nacional, porque hace unos ochos meses tomó el control de esta vía, es un exabrupto. No existe posibilidad de creerlo. Y esas conchas de mangos las pisan los opositores desesperados por golpear e intentar infructuosamente debilitar a Chávez.
Inicialmente se ganaron unos centímetros en los periódicos, pero después la noticia se les revirtió, porque quién no sabe que el puente sobre el Lago de Maracaibo estuvo siempre en manos de Acción Democrática y Copei, partidos que mantuvieron en el gobierno una dictadura de 40 años. Se turnaban cada quinquenio, a fin de que todos tuvieran la oportunidad de enroscarse para saborear las mieles del poder.
Creo que toda esa algarabía con el puente, sólo hizo que la gente se pregunte qué hicieron los Gobiernos regionales de la IV República con el dinero que recogían por concepto de pago de peaje.
Sí, más bien sirvió para darle la razón a los que se pronunciaron por la eliminación de ese tributo argumentando que era la caja chica de los gobiernos regionales y que nada hacían por el mantenimiento de esta estructura ni de las carreteras. Qué duda puede caber si padece el deterioro que los adversarios dicen que tiene.
La gente conoce que con lo que producía el puente se hubiese podido construir una vía alterna, pero no fue así, sin embargo, los opositores buscando ganar simpatía de cara a las parlamentarias, quisieron tumbar el que tenemos en la boca.
(*)Periodista
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